Se hicieron esperar, pero llegaron. Uruguay recibió ayer las 600.000 dosis de vacunas antigripales que se compraron mediante el Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Habitualmente estas vacunas están disponibles en el país durante la primera quincena de abril, pero esta vez se retrasaron porque, en función del serotipo viral que había circulado en el invierno del hemisferio norte, la Organización Mundial de la Salud recomendó modificar la composición de las dosis indicadas para el hemisferio sur. Existía una preocupación adicional: en el hemisferio norte el virus había comenzado a circular antes del invierno y se temía que acá ocurriera lo mismo, pero el retraso de los fríos ayudó a que eso no pasara.

Se logra la inmunidad adecuada entre 10 y 15 días después de haber recibido la vacuna, explicó ayer en rueda de prensa el ministro de Salud Pública, Jorge Basso. Al igual que en años anteriores, la población objetivo son los niños de seis meses a cinco años, las embarazadas, los adultos mayores, las personas con patologías crónicas y el personal de salud. Todas esas personas pueden vacunarse a partir del miércoles, gratuitamente, en cualquiera de los 450 vacunatorios del país (no importa si es la institución de salud a la que están afiliadas).

El laboratorio Calmette, de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes, verificó ayer que las dosis llegaron en buenas condiciones y certificó que la cadena de frío no tuvo interferencias. Basso declaró que la distribución llevará algunos días y que por eso recién el miércoles estarán disponibles. Ayer, en la reunión periódica que tienen con los directores departamentales de Salud, las autoridades insistieron en que los centros de atención extiendan su horario de vacunación “para lograr rápidamente resultados de cobertura”, dijo Basso. Con ese mismo objetivo, aumentará la cantidad de puestos móviles que están disponibles cada año en Montevideo –la próxima semana anunciarán dónde estarán– y la siguiente semana se irá a vacunar a los residenciales de ancianos, adelantando el calendario habitual. “Estamos haciendo el mayor esfuerzo para recuperar el tiempo que se generó por esta demora”, dijo Basso. Calculó que las 600.000 dosis serán suficientes; el año pasado se dieron 580.000 y sobraron 20.000.

“La gripe no es una enfermedad banal, mata”, recordó Basso, y mencionó los fallecimientos ocurridos en Bolivia. Según publica en su sito web el Ministerio de Salud de ese país, la gripe H1N1 había provocado hasta el jueves 18 muertes, todas ellas de personas que tenían patologías de base –diabetes, hipertensión arterial, obesidad, insuficiencia renal crónica, entre otras–. “Hay que seguir insistiendo en la ventaja de la vacunación antigripal, que se ajusta todos los años a los virus que circulan”, dijo Basso. Agregó que es primordial tomar otras medidas, como mantener la higiene de manos, la ventilación de los ambientes y evitar lugares con mucha aglomeración de público, porque en ellos se transmiten más fácilmente las enfermedades respiratorias.