El estado de Massachusetts, por intermedio de su fiscal general, Maura Healey, presentó la semana pasada una demanda contra 16 altos ejecutivos de Purdue Pharma, la empresa fabricante de OxyContin, un medicamento elaborado a base de opioides que ha causado numerosas muertes en Estados Unidos. El estado sostiene que la compañía farmacéutica mediante publicidad engañosa les mintió sistemáticamente a médicos, pacientes y a la sociedad en general sobre los riesgos que representa el analgésico, cuyo uso se ha disparado en los últimos años.

Si bien las demandas contra esta empresa farmacéutica son numerosas –ya han entablado acciones 24 estados y también el estado libre asociado de Puerto Rico, así como muchos particulares–, la realizada por Massachusetts es la primera que se emprendió directamente contra los principales ejecutivos de la compañía, según informó la agencia de noticias Reuters.

Durante la presentación de la demanda, la fiscal Healey afirmó que “la estrategia del laboratorio era simple: cuantos más medicamentos vendían, más dinero ganaban –y más personas morían–. Hemos descubierto que Purdue invirtió miles de millones de dólares para engañarnos, mediante marketing engañoso, presionando a los médicos para que recetaran dosis más altas de este medicamento con el fin de que los pacientes lo utilizaran por períodos de tiempo más extensos, sin tener en consideración los riesgos reales de adicción, sobredosis y muerte”.

En general, las demandas contra la farmacéutica la acusan de convencer a los médicos y al público de que sus medicamentos, particularmente el que se vende bajo el nombre comercial de OxyContin, eran efectivos para tratar el dolor crónico y tenían bajo riesgo de adicción, algo que está comprobado que es falso.

Según cifras oficiales del gobierno, más de dos millones de estadounidenses tienen problemas con los opioides. Además, también de acuerdo con números oficiales, las sobredosis de drogas y medicamentos son la principal causa de muerte entre los estadounidenses menores de 50 años, y el factor número uno son los medicamentos elaborados a base de opiáceos.