Los países europeos tuvieron mayor éxito que Estados Unidos a la hora de evitar un agravamiento de las desigualdades en salud debido a la crisis financiera de 2008, según se desprende de un estudio financiado por la Comisión Europea recientemente publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
“Las desigualdades en salud entre los diferentes grupos socioeconómicos son un fenómeno altamente persistente, a pesar de haber sido el centro de las políticas de salud pública en muchos países”, se explica en el informe, que detalla que desde principios de la década de 2000 Estados Unidos ha experimentado un aumento en las denominadas “muertes de la desesperación” entre los estadounidenses blancos de mediana edad con bajo nivel educativo, como resultado de las crecientes tasas de suicidio y envenenamiento, en parte debido a una epidemia de uso indebido de analgésicos opiáceos.
El objetivo del proyecto financiado por la Comisión Europea era constatar si en Europa se había producido este mismo fenómeno y tras el estudio los autores descubrieron que, a diferencia de Estados Unidos, y a pesar de la aparición de una crisis económica, “la salud de las personas con bajo nivel educativo en Europa ha mejorado en los últimos años, mientras que las desigualdades en materia de salud a veces se han reducido”. En la mayoría de los países de Europa occidental, la mortalidad ha disminuido de manera constante, tanto entre las personas con bajo nivel de educación como entre las que tienen un alto nivel de educación, sin que se observen signos visibles de una interrupción de la tendencia debido a la crisis financiera de 2008, a pesar de los aumentos muy reales del desempleo y la pobreza, a menudo acompañados de recortes en los servicios de seguridad social y de salud.