Una niña de diez años falleció la semana pasada en Maldonado por inhalación de monóxido de carbono (CO); ocurrió por una fuga de gas del calentador de agua de la ducha, que era alimentado por una garrafa de 13 kilos que estaba colocada dentro del baño y no en el exterior de la vivienda, como se recomienda, para evitar accidentes en caso de fugas, informó Subrayado.

Estos accidentes son más comunes de lo que se piensa y suelen ocurrir en invierno. El CO es un gas menos denso que el aire que se dispersa fácilmente; no se puede oler, no irrita los ojos ni la nariz y los síntomas más frecuentes son dolor de cabeza, cansancio, tendencia al sueño, náuseas. Según un informe del Ministerio de Salud Pública, el CO “compite con el oxígeno en la sangre, desplazándolo de su unión a la hemoglobina en el glóbulo rojo. En lugar de transportar oxígeno, se transporta CO, provocando una mala oxigenación de diferentes órganos y tejidos”; afecta especialmente al cerebro y al corazón.

Puede generar CO todo aparato o sistema que funcione por combustión a gas, gasolina, querosén, carbón, petróleo o madera, como estufas, calefones, braseros, hornos. Conviene asegurarse de que los artefactos funcionen correctamente, no dormir con ellos encendidos y tener una entrada de aire.