Hay medicamentos que se ven parecido y suenan parecido; de hecho, eso indica la sigla en inglés por la que se los conoce: “LASA” (look alike, sound alike). Esto genera una posible confusión, tanto por parte de los médicos para recetar el fármaco, como de los encargados de entregarlos o de los pacientes al consumirlos. Recientemente el Ministerio de Salud Pública (MSP) identificó casos de laboratorios que no respetaban la normativa para diferenciar los medicamentos y emitió un comunicado, el 6 de junio, en el que solicitó a las instituciones de salud extremar las precauciones en la compra de medicaciones de alto riesgo.

El último caso involucra a los fármacos Transamina –indicado para tratamientos sobre coágulos sanguíneos– y Bupivacaína –un anestésico local–. Ante esto, el MSP “exhorta a las instituciones a maximizar las medidas de control y evitar la compra a proveedores que presenten similitudes de envases en este tipo de medicación”.

El comunicado surgió, en parte, por una situación comunicada por el Comité de Seguridad del Paciente de la Corporación Médica de Canelones (Comeca), que advirtió esta situación desde 2015. Ante la falta de respuesta de los laboratorios, Comeca dejó de comprar la Transamina al laboratorio Celsius por su presentación semejante a la Bupivacaína del laboratorio EFA.

El MSP explica que “en caso de no haber alternativas en el mercado, se deberán tomar medidas específicas en lo referente a dispensación, almacenamiento y comunicación a todos los involucrados en la cadena del uso de medicamentos de alto riesgo: químicos farmacéuticos, anestesistas, intensivistas y licenciados en enfermería, ya que los mayores peligros involucran a pacientes en block quirúrgico, terapia intensiva y emergencia”.

Marcelo Barbato, coordinador de la Comisión de Seguridad del Paciente del MSP, recordó en diálogo con la diaria que esta situación ya se había dado años atrás con algunos sueros que, a pesar de tener diferente composición, tenían etiquetas similares. Aseguró que estos casos “son los menos”, pero que cuando suceden “son muy graves porque son medicamentos de alto riesgo”. A su vez, Barbato remarcó que estas situaciones no sólo se pueden dar en un quirófano, donde el personal especializado puede detectar más fácilmente el error, sino que también se le pueden presentar a “una persona que tome varios medicamentos; si son del mismo laboratorio o tienen el mismo etiquetado, se parecen demasiado y confundirlos puede ser muy grave”.

Además, comentó que para evitar estas situaciones, hay dos tipos de barreras provisorias. Dijo que hay “herramientas físicas”, como son “códigos de barra para los medicamentos o dispensadores automáticos”, entre otras innovaciones a nivel de insumos. Por otra parte, resaltó que “la herramienta más fuerte es la barrera humana; es el elemento más importante, es la gente que hay en cada uno de los espacios con medicamentos, se necesita que sea personal capacitado, entrenado y alerta a los sistemas [de clasificación de medicamentos]”.

En esta línea, Barbato comentó que hay dos tipos de capacitaciones para solidificar la barrera humana ante esta clase de incidentes. Marcó que hay una instrucción que se da a nivel general a todo el personal sanitario. Esta formación se ha introducido por medio de un convenio en el marco de las negociaciones del grupo 15 del Consejo de Salarios que nuclea a los trabajadores de la salud privada. En este punto resaltó que “en el último año se han hecho capacitaciones en el uso seguro de medicamentos”.

En otra línea de acción se encuentran las capacitaciones en el entorno de los comités de seguridad del paciente que deben tener todas las instituciones de salud por normativa ministerial. En ese caso, los cursos son para los integrantes del comité y varían en su contenido. Según Barbato, “estos comités de seguridad tienen varias prerrogativas y una de ellas son las estrategias vinculadas al uso seguro del medicamento”. Destacó que en el último año “se ha hecho hincapié en que participen químicos farmacéuticos, equipos de dirección técnica –para facilitar las implementaciones de los programas– y obviamente licenciados y médicos”.