A casi un año de que fuera aprobada la Ley de Salud Mental, el presidente de la República, Tabaré Vazquez firmó, en el Consejo de Ministros del lunes, un decreto que reglamenta dos aspectos de la ley: el capítulo de notificación de las hospitalizaciones y el del órgano de contralor de la aplicación de la ley (ver recuadro).

Con respecto a la aplicación de la ley, Ariel Montalbán, director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP), explicó a la diaria que el MSP está recibiendo las notificaciones y haciendo el seguimiento de las internaciones que se prolongan por más de 45 días y un seguimiento de que no exista el límite de internación de 30 días en los prestadores de salud, algo que fue explícitamente incluido en la ley. El MSP no ha recibido denuncias de que haya mutualistas que continúen teniendo el límite de los 30 días, pero Montalbán alentó a los usuarios a denunciar este tipo de situaciones.

Primer decreto reglamentario

La Comisión Nacional de Contralor de la Atención en Salud Mental es un órgano desconcentrado del Ministerio de Salud Pública (MSP). El decreto faculta a la Comisión a visitar – sin aviso previo– los establecimientos públicos y privados donde se hagan hospitalizaciones y donde vivan usuarios de servicios de salud mental. La comisión podrá a acceder a toda la información asistencial que requiera y, cuando detecte hechos de apariencia delictiva, podrá denunciarlo ante el MSP, el Ministerio del Interior o el Ministerio Público.

En cuanto a las hospitalizaciones, el decreto establece que la Comisión y la Institución Nacional de Derechos Humanos deben ser notificadas por las internaciones que superen los 45 días corridos –se detalla cómo se hace–, así como la internación de niños, niñas y adolescentes.

El MSP trabaja en la segunda etapa de reglamentación de la ley: la definición de las estructuras alternativas, que sustituirán los asilos, hospitales y sanatorios psiquiátricos, que deberán haber sido cerrados en 2025.

El proyecto de Rendición de Cuentas no incluye recursos específicos para aplicación de la Ley de Salud Mental. Montalbán expresó que tratarán de conseguir fondos en esta etapa parlamentaria, pero no lo halló imprescindible. Explicó que se invierte en salud más de 9% del Producto Interno Bruto y que, si no se obtuviera dinero, “hay espacio para ir caminando hacia las transformaciones que queremos”, porque se pueden reorientar recursos que hoy se invierten en las estructuras asilares, que “en la relación costo beneficio” tienen un “altísimo costo”. Manifestó que “las resistencias mayores están en intereses corporativos, de empresarios, dificultades en la formación de recursos humanos y dificultades culturales, porque de nada sirve tener recursos que van a generar los mismos dispositivos, mejor hotelería, pero no van en la línea del cambio de modelo”.

La no internación de personas en las colonias psiquiátricas contribuyó a la saturación del hospital Vilardebó, que está contratando más camas en el sanatorio Etchepare, donde murió un paciente el lunes (ver recuadro). Montalbán expresó que “la situación de desborde del hospital Vilardebó es algo que ocurrió históricamente”, pero reconoció que la situación “se agravó por la aplicación del Código del Proceso Penal”, que está dificultando el egreso de pacientes que tienen el alta; acotó que esto se está trabajando con el Poder Judicial.

Muerte en Sanatorio Etchepare

Marcos Sotto se llamaba el hombre, de 43 años, que murió el lunes de noche en el sanatorio Etchepare, un centro privado de internación de personas con problemas de salud mental ubicado en Montevideo.

Mariela Vivone, vocera de la Dirección Nacional de Bomberos, informó a la diaria que recibieron el llamado el lunes a las 22.15 y que los bomberos llegaron en pocos minutos, cuando el fuego ya había sido extinguido y el hombre estaba muerto. Bomberos investiga las causas del incendio.

El jerarca reconoció que “en la medida en que no generemos todos los dispositivos alternativos, se va a generar ese ruido en el hospital Vilardebó” y que es necesario “generar los recursos afuera para abordar a los pacientes de esta forma”, pero también cambiar la cabeza de los profesionales, de modo que pueda sostenerse la atención de los usuarios en equipos generales o derivando a otro tipo de dispositivos. “Ya sabíamos que iba a haber nudos, que nos tienen que empujar a ir resolviendo esto; por ejemplo, la contratación de camas del Vilardebó en el sanatorio Etchepare fue una solución transitoria que tiene que ver con repetir el mismo modelo. Entonces, tenemos que ir trabajando con los que están gestionando y con los recursos humanos para modificarlo”, aseguró.