“Después de hacer todo el trabajo que se hizo para ver la refuncionalización en un proyecto de más de 100 millones de dólares, y no obtener nada, ¿qué clase de gente hay en este hospital que tiene ese nivel de resiliencia para continuar buscando caminos, para insistir en busca de opciones y con el escaso presupuesto seguir avanzando en mejoras? Eso es lo que festejamos de estos 65 años: esa capacidad de regenerarse, de pensar en el futuro, de seguir creando”, afirmó la directora del Hospital de Clínicas, Graciela Ubach, el viernes en la charla titulada “Realidad y desafíos”. Su disertación cerró la Semana Académica que se había iniciado el lunes 17, en conmemoración de los 65 años del hospital universitario; habló ante un auditorio repleto de funcionarios y antes de hacer la entrega de medallas en reconocimiento a funcionarios y docentes por los 20, 25, 30, 35 y 40 años de dedicación al hospital. El proyecto al que aludía Ubach fue en el que trabajó la Universidad de la República (Udelar) a partir de 2015, y a propuesta del gobierno, para estudiar una reforma profunda para el Hospital de Clínicas; el Poder Ejecutivo limitó las opciones de financiamiento a hacer una obra a través de participación público privada (PPP), pero la Udelar rechazó la propuesta y todo quedó en la nada. Con su característico entusiasmo, Ubach relató ante el auditorio las mejoras que se han conseguido hacer en el hospital pese al magro presupuesto que se le ha dado en los últimos tres años: habló de un convenio con UTE para mejorar la iluminación, de otro que se hará con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para mejorar la sala de calderas del hospital, y de las conversaciones con el Fondo Nacional de Recursos (FNR) para obtener financiamiento para las neurocirugías de epilepsia refractaria en niños, y para volver a hacer las cirugías renopancreáticas que había comenzado a hacer el hospital durante su primera gestión al frente de la dirección (2000-2010) y que tuvo que discontinuar por falta de presupuesto.

En la órbita del sistema

En la charla Ubach reconoció los logros de estos 11 años del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), como la cobertura universal, pero también mencionó lo negativo: “Tenemos 11 años de atraso en la formación del recurso humano necesario para profundizar el sistema”, subrayó, destacando la falta de personal de enfermería que no sólo tiene el Clínicas, sino todo el SNIS.

Luego, en diálogo con la diaria, detalló que Uruguay tiene “tres veces más médicos que enfermeros, cuando tendría que ser al revés”, dado la atención permanente que se requiere de los cuidados de enfermería. Remarcó, además, la necesidad de contar con más egresados de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica –fisioterapia, neurocardiólogos, foniatras, técnicos radiólogos, técnicos de laboratorio, enumeró–, que funciona dentro de la Facultad de Medicina. Dijo que son carreras que siguen teniendo cupos, si bien se amplió el número de estudiantes –y por eso la facultad está con déficit, al no tener el dinero suficiente para pagar los cargos docentes–. “Tendría que haber habido desde el inicio [del SNIS] una focalización para mejorar y para formar generaciones y generaciones de enfermeras, auxiliares y licenciadas, y de tecnólogos médicos”, y pidió resolver esa situación. Ubach entiende que la cantidad de médicos es suficiente, aunque reconoce los problemas derivados de la desigual distribución de estos profesionales en el territorio nacional.

Producción de los institutos de medicina altamente especializada (cardiológico y nefrológico) 2017

Angioplastias: 407
Cateterismos: 356
Valvuloplastias: 6
Marcapasos: 97
Implantes de cardiodesfibriladores: 21
Cirugías cardíacas: 98
Hemodiálisis: 6.778
Trasplantes renales: 40
Trasplantes renopancreáticos: 0
Diálisis peritoneales: 29

El hospital universitario está formalmente fuera del SNIS. Ubach señala que eso fue un error, pero reconoce que ni la Udelar ni el gobierno hallaron una “fórmula aceptable” para su inclusión. Sin embargo, considera que el hospital “está inserto en el sistema”. “Si el hospital no existiera, ¿quién haría lo que hace el hospital, esas 150.000 consultas externas, las 50.000 consultas anuales de emergencia?”, pregunta, al tiempo que destaca que se trata de una de las emergencias más complejas del país, porque “tiene guardias prácticamente de todas las especialidades”. Menciona los casi 9.000 estudiantes de grado y posgrado que se formaron en el hospital en 2017; las 130 investigaciones biomédicas; las instalaciones de medicina nuclear, que permiten realizarles estudios a niños y adultos del sector público; el hecho de tener “todas las especialidades médicas y las 17 especialidades quirúrgicas en el hospital”, y la forma de trabajo conjunta e interdisciplinaria que se da naturalmente en el centro universitario. “Trabajamos para el sector público fundamentalmente, nuestros pacientes son pacientes pertenecientes a la Administración de los Servicios de Salud del Estado [ASSE], vaya si estaremos integrados al SNIS”, dice, al tiempo que destaca la buena relación con los hospitales Militar y Policial.

La atención que el Clínicas les da a usuarios de ASSE (en el segundo y tercer nivel de atención, es decir, los de mayor especialización) fue reconocida explícita y económicamente a partir de 2010, cuando ASSE y la Udelar firmaron un convenio para transferirle al hospital 70 millones de pesos anuales, que ahora superan los 200 millones de pesos, pero que sigue siendo una ínfima parte del presupuesto del centro. Pero no es suficiente para mantener una planta física de 19 pisos y más de 65 años de historia que apuesta a tener la última tecnología para que los estudiantes puedan formarse para lo que vendrá con los procedimientos menos invasivos, que redunden en calidad de atención. Ubach reconoce que el financiamiento “se está convirtiendo en una dificultad para el desarrollo del hospital […], para la resolución de cuestiones complejas que el hospital puede resolver, que esa es su fortaleza, esa es su potencialidad, ese es el papel que tiene que jugar en el SNIS”, subraya, aludiendo al personal altamente calificado y a la tecnología.

Para Ubach el Clínicas tiene que tener tres vías de financiamiento: la más importante es el presupuesto universitario; luego están los procedimientos complejos que son cubiertos por el FNR y recursos extrapresupuestales, que tienen de incentivos al personal y a la investigación, y la tercera es la que surge del convenio con ASSE. Ese es el esquema actual, el problema es que el presupuesto universitario no es suficiente.

Cuestiones no resueltas

En la última Rendición de Cuentas el Clínicas presentó un proyecto para ampliar el área quirúrgica, que requería una inversión de 11 millones de dólares durante cuatro años, que permitiría “avanzar en la instalación de la emergencia, block quirúrgico, CTI, cuidados intermedios, que pegaba en el diseño arquitectónico con toda la imagenología y el centro cardiovascular”, que incluía un centro de esterilización de materiales. “De eso no nos dieron nada. Pedimos también para retener al personal de áreas más complejas de atención al paciente, como puede ser la emergencia, el CTI, block quirúrgico, a través de incentivos, porque la diferencia entre los salarios de acá y los de otros lugares es abismal. Habíamos solicitado 22,5 millones de pesos por año; no nos dieron nada”, lamentó.

Producción asistencial en 2017

Porcentaje ocupacional: 84,06%
Promedio de estadía: 12 días
Egresos totales: 8.203
Consultas externas: 155.201
Consultas de emergencia: 50.189
Cirugías: 4.973
Partos: 586

Al ser consultada acerca de la relación con el sistema político, Ubach respondió que “la universidad ha sido discriminada negativamente” en la última Rendición de Cuentas. “Con el papel que cumple la universidad no tengo explicación para ese comportamiento, me parece incomprensible y doloroso; en las rendiciones de cuentas justificamos cada peso, en estudiantes formados, en investigación... ¿Qué más tenemos que aducir? ¿Es una necesidad o no es una necesidad? Yo creo que para que un país se desarrolle es esencial la formación del recurso humano en todas las disciplinas, y en el tema de salud, teniendo en cuenta que se avanzó mucho con el SNIS, necesitamos avanzar más para tener mayor calidad, mayor cercanía y mayor productividad –que no es mala palabra–, y la universidad tendría que jugar un papel muy importante”.

¿Se le está cobrando la autonomía y la larga búsqueda de consenso? Ubach se resiste a creer que pasa eso. Admite que se han buscado formas más ágiles de cogobierno pero que no se han encontrado todavía; acota que el Hospital de Clínicas desde la aprobación de la nueva ordenanza de funcionamiento (en 2015) ha mejorado su forma de gobierno tanto a nivel de la Comisión Directiva como de la dirección, y también porque a partir de ese cambio la dirección pasó a tener voto en la Comisión Directiva (antes sólo proponía). Ubach volvió a dirigir el hospital en diciembre de 2016 y asegura que esa modificación no implica la imposición de posiciones, sino que los temas se siguen discutiendo y consensuando.

Ubach tampoco cree que la negativa del Ejecutivo y del Parlamento a destinar mayores fondos para el Clínicas sea una represalia por el rechazo de la PPP. Reconstruyó cómo fue esa negativa: dijo que se estudió “mucha bibliografía y experiencias de otros hospitales” que confirman que no es bueno que un hospital sea financiado con PPP “porque lleva indudablemente a riesgos de privatización asistencial, para recuperar más rápidamente los costos de la obra”. Evaluó, además, que no era un buen negocio, porque se prometía hacer la obra en tres años –desestimó que fuera real hacerla en ese plazo con el hospital en funcionamiento– y a mantenerlo durante 20 o 30 años; durante ese tiempo se le debería pagar a la empresa que gestionara el hospital un canon que a lo largo de los años terminaría sumando más de 600 millones de dólares. Según Ubach, al término del plazo la Udelar recibiría un hospital “detenido en el tiempo”, porque las obras ya tendrían décadas de antigüedad. Además, dijo que no estaba claro de dónde saldría el dinero –si iba a haber un agregado al presupuesto universitario, por ejemplo–, y volvió a reprochar cómo se pensaba tener partidas de 30 millones de dólares por año, cuando ahora no se accedió a otorgar 11 millones durante cuatro años. “La Udelar entendió que esa forma de financiamiento no era buena para la universidad, ¿por eso tomó represalias? Yo no puedo pensar eso, me daría mucha tristeza”.

El hospital trabaja ahora en diseñar una unidad de cuidados de pacientes críticos, y para eso formará un equipo que estará integrado por jefes de CTI, de emergencia y técnicos, que determinarán el número de camas que se necesitan de cuidados intermedios e intensivos; de paso, buscará redistribuir los servicios, puesto que tienen que estar ubicados de manera conexa, y ahora están dispersos en diferentes pisos. Ubach reconoce que no será fácil conseguir financiamiento, pero que es un deber del hospital proyectarse de acuerdo a las necesidades del país.

Enseñanza a estudiantes de pre y posgrado en 2017

Escuela de Graduados: 1.682
Facultad de Medicina: 750
Escuela de Nutrición: 1.200
Escuela de Parteras: 60
Escuela Universitaria de Tecnología Medica: 8.992.

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