Si alguien está de vacaciones en otro departamento y siente un dolor en el tórax, tiene un cuadro agudo de abdomen, un esguince, una irritación conjuntival severa, o pasa por una situación de abuso sexual –por poner sólo algunos ejemplos–, puede recurrir a una institución de salud del lugar donde esté y tiene derecho a ser atendido y a no pagar por ello más que lo que pagaría en su institución de salud; eso es lo que garantiza la llamada ley de urgencia y emergencia, que comenzó a regir en julio de 2018. Tal como lo define su decreto reglamentario, una emergencia es aquella situación en que la persona corre riesgo de vida; en ese caso puede ser atendida en cualquier centro de salud. Una urgencia, por su parte, es “una situación clínica que, sin poner en riesgo inminente la vida o una función del individuo, requiere una atención médica en el menor tiempo posible”. Esas situaciones están descriptas en el decreto 211/2018.

Desde que empezó el verano, las mutualistas de la Federación de Prestadores Médicos del Interior (Fepremi) que registran mayor número de consultas por urgencias y emergencias son las que están en los departamentos del este y el litoral del país, fundamentalmente en Maldonado, Piriápolis, La Paloma y el Chuy, y en menor medida en Fray Bentos, Salto y Paysandú, explicó a la diaria Carlos Cardoso, presidente de Fepremi. El jerarca también detalló que en los primeros días de enero en La Paloma Fepremi tuvo un promedio de 12 consultas diarias, en el Chuy diez, al igual que en Piriápolis, sin contar la atención de los afiliados a otras mutualistas de Fepremi –que tienen un convenio desde 1994 para atender a sus socios– y de seguros nacionales e internacionales con los que también tienen convenio.

El presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Marcos Carámbula, recorrió ayer tres policlínicas de Maldonado –en Buenos Aires, Piriápolis y Pan de Azúcar–, y el martes una delegación había ido al hospital de Maldonado. Según dijo en ronda de prensa, en los primeros 15 días de 2019 la demanda ha sido similar a la de años anteriores. Carámbula relativizó las críticas por demoras en la emergencia del hospital de Maldonado: expresó que se instaló un consultorio –triaje– que ordena las consultas de acuerdo a la gravedad y que eso permitirá disminuir los tiempos de espera que tienen por el momento, en un servicio que ya estaba saturado por limitaciones edilicias y de recursos humanos que se subsanarán en el correr de los meses, anunció. Según publicó esta semana la Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República, las policlínicas de ASSE de La Paloma, Castillos y Lascano recibieron en la primera quincena de enero 70 consultas por la ley de urgencia y emergencia (para lo que incrementaron 30% la cantidad de personal y recursos humanos), mientras que la de Piriápolis recibió entre tres y cuatro consultas diarias.

Costos

Para atender la mayor demanda, las instituciones de Fepremi tuvieron que hacer ajustes, como lo hacían otros veranos, pero Cardoso planteó que antes lo hacían mediante contratos con las instituciones de salud, en función del número histórico de consultas, pero que ahora recién al término del verano se conocerá la evaluación “de lo que hubo que adecuar y cuánto fue que se generó”; en ese sentido, dijo que hay “un subsidio hacia las instituciones de Montevideo en virtud de que el valor generado por el pago está calculado como marginal, pero no calculado como que tú tengas que readecuar tu servicio para esto”. Dijo que la población de La Paloma se multiplica en verano por cuatro o por cinco y que es necesario revisar el costo de la consulta cuando las cantidades “no son de costo marginal” sino que se transforman en “la actividad principal”.

Consultado al respecto, Arturo Echevarría, presidente de la Junta Nacional de Salud (Junasa), dijo a la diaria que la fijación de los valores “fue una discusión bastante larga” y que se entiende que si una puerta de emergencia atiende 100 consultas y recibe cinco más por esta ley, los costos quedan “licuados y no es un gasto incremental, sino marginal”. El jerarca adelantó que “cuánto incrementa Fepremi el gasto para atender a socios de Fepremi frente a cuánto se les incrementa por atender a otros usuarios que no son de Fepremi es lo que valoraremos al final del verano”, y subrayó: “No queremos que se perjudiquen las instituciones que brindan el servicio ni las que sus usuarios reciben la prestación, queremos que sea lo más neutro posible y que el único beneficiado sea el usuario, que tiene derecho a atenderse como antes no lo tenía”.

Por una consulta médica de urgencia las instituciones reciben 375 pesos, alrededor de 500 por la paraclínica básica, y cerca de 700 por la consulta a especialistas y la terapéutica básica. El usuario debe pagar luego, en su institución de salud, al costo que lo hubiera pagado en la suya.

Echevarría valoró que el sistema viene funcionando bien, aunque acotó que “todavía es poco conocido” por la población.

¿A dónde ir?

En una situación de urgencia, la persona tiene que buscar qué institución tiene convenio con la suya. Los usuarios de ASSE van a cualquier centro de salud de ASSE, y los de mutualistas pueden saberlo ingresando al sitio web del MSP, y en donde dice “Consulta atención urgencia y emergencia” tienen que poner la institución a la que están afiliados y el departamento en el que se encuentran