La relación entre el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y el Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ) tuvo fuertes disputas en 2018, en el marco del Grupo 15 de los Consejos de Salarios, que nuclea a la salud privada. El convenio colectivo, firmado el 3 de octubre, creó una comisión de trabajo para estudiar la recategorización del acto quirúrgico con representación directa del SAQ, además de los delegados del Poder Ejecutivo, de las empresas, del SMU y de la Federación Médica del Interior. El miércoles 2 esta comisión llegó a un preacuerdo que debe ser refrendado hoy por el Comité Ejecutivo del SMU; en él se establecen seis nuevas categorías de acto quirúrgico en la cirugía general, por lo que algunas intervenciones valdrán más caras, otras más baratas y otras se mantendrán. También se da una prórroga hasta el 15 de febrero para definir las nuevas categorías de los actos anestésicos y hasta 90 días (mediados de abril) para completar el resto de las especialidades quirúrgicas.
Según Federico Preve, director de la Unidad de Negociación del SMU, esta firma es “un quiebre” en las negociaciones, ya que se logró el objetivo de trabajar las modificaciones con representantes de todas las partes involucradas. El preacuerdo tiene como base la propuesta de la Sociedad Uruguaya de Cirugía, que extiende la cantidad de categorías de actos quirúrgicos en la cirugía general e incorpora gran parte de la propuesta que el Poder Ejecutivo había presentado en reuniones anteriores.
Calidad asistencial
Por otra parte, el SMU también llegó a un preacuerdo en la Comisión de Calidad Asistencial y Condiciones de Trabajo, creada también por el convenio colectivo, con el fin de elaborar una propuesta para aumentar el tiempo de consulta en policlínicas, estimular el funcionamiento de los médicos de referencia, establecer mecanismos de interconsulta con especialistas, definir indicadores que permitan evaluar la resolutividad del proceso asistencial, asegurar el llenado de la historia clínica electrónica y el cumplimiento en tiempo y forma de los horarios de consulta, y generar espacios para que el equipo de salud discuta acerca de su funcionamiento.
Preve detalló que el documento del acuerdo “está casi cerrado” y tiene el visto bueno de los sindicatos, del Ministerio de Salud Pública y de las empresas. Esta comisión tenía 180 días para expedirse (hasta abril), pero el SMU insistió en que debía cerrarse junto con la comisión de recategorización del acto quirúrgico “porque se entiende que las necesidades médicas son equitativas”, aseguró el sindicalista. En la reunión del miércoles 2 se dio plazo hasta el 15 de febrero para llegar a un acuerdo, y Preve cree que no habrá mayores problemas para que esto suceda. Aún quedan algunos puntos pedidos por las empresas que se están analizando, como por ejemplo el que busca disminuir el ausentismo de los pacientes a las consultas médicas que agendan, para lo que hay un par de propuestas: una tiene que ver con el manejo de la agenda por parte de los profesionales, es decir que sean los propios médicos los que la manejen, y la otra sancionaría con un copago a aquellos usuarios que falten de forma sistemática. Por otra parte, las empresas piden que en los casos en los que no haya suficientes recursos humanos como para bajar de cinco a cuatro la cantidad de pacientes atendidos por hora en algunas especialidades se acepte una excepción, algo en lo que el SMU estaría de acuerdo. Además, las mutualistas solicitan que se modifique el cronograma establecido para implementar el cambio referido a menos pacientes por hora, y sobre esto el sindicato considera que “mientras todas las especialidades y la medicina general se incorporen en el correr de dos años no habría problema”.