Desde marzo, la Escuela Universitaria de Música (EUM) y la Escuela Universitaria de Tecnología Médica (EUTM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República trabajan en acciones que vinculan la música y la salud. Han dado conciertos en salas de espera del Hospital de Clínicas y en diferentes espacios del Centro Hospitalario Pereira Rossell, y antes habían llevado a cabo actividades similares en el Centro Cívico Salvador Allende de Canelones y en el Centro de Rehabilitación Casa de Gardel. Las autoridades de las escuelas buscan profundizar la experiencia y lograr un estudio académico sobre la influencia de la música en la salud. Esta fue una de las experiencias que se difundieron en la Semana Académica 2019 del Hospital de Clínicas, que se desarrolló del 23 al 27 de setiembre.

“Tenemos que delinear por dónde vamos a seguir, porque es un proceso largo y hay muchas líneas para trabajar. En Uruguay no hay mucha bibliografía. Estamos investigando lo que se hace en el exterior”, explicó a la diaria Patricia Manzoni, directora de la EUTM. “La música hace que se obtengan mejores resultados en menor tiempo”, dijo. Comentó que “los lugares hospitalarios son sitios con ruido” y que “la idea es que en las salas de espera o en radioterapia, por ejemplo, haya actividades que condicionen al paciente de manera positiva”. Añadió que la música es beneficiosa “para impulsar un determinado desarrollo, para mejorar los resultados a corto plazo, por ejemplo en niños que tienen una vulnerabilidad muy complicada, porque a través de la música se pueden expresar de distinta forma”.

En la charla se mencionó la influencia en el área de neonatología; Manzoni explicó que los bebés prematuros tienen internaciones largas, y “hay que ver en qué condiciones de sonoridad están, hay que tratar de que los ruidos no sean invasivos, porque muchas veces están conectados a máquinas”. Mencionó un trabajo realizado con Radio Butiá –una emisora web dirigida a niños y niñas, familias y educadores– para generar canales con música pensada para promover el desarrollo de los bebés. Agregó que en fonoaudiología “hay canciones que pueden ayudar a ejercitar partes que faciliten la deglución”.

Leonardo Croatto, director de la EUM, dijo que hay que pensar en dos dimensiones: la salud de los músicos, que tienen patologías especiales, y la importancia de la música en la salud, ya que “puede ser una herramienta terapéutica”.

Osvaldo Leite, coordinador de la Unidad de Extensión de la EUM, contó que en un taller con niños y niñas presentaron instrumentos de percusión y uno de los niños se involucró tanto que tocó mucho más tiempo que los demás; después, en una charla con los docentes, los talleristas supieron que ese niño, de ocho años, había tenido tres intentos de suicidio. “La música puede ser muy importante en niños y niñas internados y con vulnerabilidad social”, relató.

Leite también destacó que los niños con dificultades motrices “se acercan a percibir la vibración”, y puso el ejemplo de una niña que tocó el violín para sentirlo y después tocó las cuerdas. “Se ven los cambios en la cara de los niños; son caras de disfrute”, transmitió. Por otra parte, dijo que la práctica de determinados instrumentos puede ayudar a las especialidades. “Hay similitudes entre la fineza de movimientos para tocar y la que debe tener un cirujano. Es una buena idea que practiquen un instrumento musical”, expresó.

Laura Baranzano, profesora de la EUM, explicó que “el cuerpo es la parte visible de nuestra voz”. “Funciona para poder ser más libres, nos lleva a preguntarnos qué espacio le estoy dando al diafragma y a la laringe, algo que trasciende la voz y comprende todo el organismo”. Dijo que la tendencia humana es “estar en tierra y expandirnos hacia arriba y ser seres más espaciosos”, y eso se logra por medio del canto y de la voz, porque “todos somos cantantes, pero lo hemos olvidado”.