Ayer, en la premiación de las buenas prácticas de resolutividad en el primer nivel de atención que se hizo en el Ministerio de Salud Pública, una médica tenía su túnica y un distintivo: “Médicos en conflicto”. Al terminar la actividad, la mujer estaba sentada escribiendo a mano: redactaba en una hoja de papel el informe de una paciente que había atendido; en el bolso tenía la laptop en la que suele registrar todo y que está más habituada a usar, pero ahora esa herramienta es parte del conflicto. Desde el lunes, los médicos de la Red de Atención Primaria de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (RAP-ASSE) aplicaron la medida que habían anunciado que implementarían si no recibían respuesta de ASSE a siete reclamos que habían hecho hace varios meses. En lugar de parar, optaron por no usar la historia clínica electrónica (volver al registro en papel) y no entregar partes diarios. El conflicto es hecho por los médicos que integran los núcleos de base del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).

El principal reclamo es por la falta de recursos humanos. Faltan médicos en las puertas de emergencia de los centros de salud del Cerro, Jardines del Hipódromo, Piedras Blancas y Ciudad de la Costa. Faltan especialistas de salud mental en los centros de salud de la RAP, personal de enfermería en policlínicas (lo que recarga la tarea de los médicos), y faltan especialistas para evaluar las alteraciones en el desarrollo de niños y adolescentes. Reclaman, también, por los problemas edilicios de algunos centros, “que hacen que en algunos lugares sea imposible trabajar”, debido a “riesgos físicos y ambientales para trabajadores y usuarios”, dice la plataforma, y por los problemas de seguridad en policlínicas y en móviles de emergencias.

Isabel Nigro se llama la médica de familia y comunidad que escribía ayer la historia a mano. En diálogo con la diaria, detalló algunos de los puntos más problemáticos. Ella trabaja en el centro de salud de Sayago; dijo que el 1º de setiembre, a raíz del reclamo de los psiquiatras por condiciones de trabajo, renunciaron todos esos especialistas en su centro, que quedó sin psiquiatras. Otro gran problema, planteado hace mucho tiempo, es la demora para que los niños con dificultades de aprendizaje consigan hora con especialistas en neuropediatría, fonoaudiología y psicomotricidad, y mencionó que “para fonoaudióloga se demora más de un año”.

El lunes, el SMU y autoridades de ASSE tuvieron una reunión en la Dirección Nacional de Trabajo. Zaida Arteta, secretaria del Comité Ejecutivo del SMU, informó a la diaria que en la reunión ASSE cuestionó la medida y pidieron que la levantaran por unos días para establecer una bipartita. Ellos se negaron y pidieron respuesta a los puntos planteados. Se dieron un plazo de 72 horas, por lo que volverán a reunirse mañana. Consultados por la diaria, referentes de ASSE prefirieron no hacer declaraciones, para no entorpecer la negociación.