Los ataques a los trabajadores de la salud, en especial a los que cumplen tareas en móviles de radio y emergencias móviles, son un tema de creciente preocupación, por eso ayer el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) lanzó una campaña para concientizar y llamar a la reflexión. En los afiches, que se colocarán en la vía pública y en los centros de asistencia, puede verse a una persona inconsciente en el piso y con el celular tirado al lado de su mano, con el mensaje: “Basta de violencia hacia los trabajadores de la salud”. También se difundirán videos en las redes sociales, y se distribuirán volantes para que los trabajadores conozcan mejor las acciones que deben seguir. El protocolo de seguridad establece que todos los trabajadores que asisten a llamados a domicilio deben bajar de los vehículos, llamar a la Policía si perciben peligro, y que tienen que derivar las llamadas que no sean de urgencia o emergencia.

Según datos del SMU, en 2018 hubo 20 robos a mano armada a los equipos que trabajan fuera de los centros asistenciales, y este año van 30. Gustavo Grecco, presidente del SMU, en diálogo con la diaria aclaró que se trata de cifras relativas, dado que el registro es voluntario, por lo que probablemente haya un subregistro.

Zaida Arteta, secretaria médica del Comité Ejecutivo del SMU, expresó en el lanzamiento de la campaña que hay una “profunda preocupación en el sindicato por las agresiones a los trabajadores”, y pidió que se cumpla el protocolo de seguridad, que fue creado en 2014 por la Comisión Multiinstitucional por la Seguridad del Personal de Atención Extrahospitalaria (Comsepae). Arteta dijo a la diaria que en la mayoría de los casos de robo no se siguieron las instrucciones; por ejemplo, hubo choferes que se quedaron solos en el vehículo, cuando deberían haber bajado con el resto de los trabajadores, para no exponerse.

Salvo el conteo de robos a mano armada que hace el SMU, no existe un registro de las agresiones; Arteta dijo que hay “decenas de casos”, que incluyen pedradas, así como violencia física y verbal. La jerarca añadió que el SMU en ningún caso recomienda no entrar a los barrios. “La seguridad de la escena es lo primero que tiene que ver el equipo para poder trabajar. Muchas veces, ante la situación peligrosa, se convoca al Ministerio del Interior [MI] y se hacen las acciones necesarias para poder asistir”, comentó.

Arteta aclaró que “ninguna medida aislada es la solución”, porque se trata de un problema “multifactorial” y “complejo” que “no vamos a solucionar desde el sector salud”, pero lo que sí puede hacerse es “colaborar para que cumplan los protocolos de autocuidado”.

Dijo que tampoco hay un registro exacto de cuántas veces tuvieron que llamar a la Policía ni de cuánto demoró en responder a los llamados. Por otro lado, comentó que “hay colegas que dicen que entrar con personal del MI aumenta la violencia”.

El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, participó en el lanzamiento y declaró a la prensa que se trata de un problema que “se ve en todas partes del mundo”, por lo que hay que incorporarlo a la agenda pública y lograr el involucramiento de todos los actores.

Priorizar la asistencia

La Comsepae, conformada por representantes del SMU, la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), la Cámara de Emergencias y los ministerios del Interior, de Trabajo y Seguridad Social, y de Salud Pública, viene trabajando desde 2011 en criterios para mejorar la seguridad de los trabajadores.

Víctor Muniz, integrante de la Red de Sindicatos de Trabajadores de las Emergencias Móviles (afiliada a la FUS), dijo a la diaria que se está discutiendo la manera de mejorar el protocolo manteniendo su espíritu. Entre otros puntos, se negoció el cambio de luces de las ambulancias de rojo a verde, para evitar el ataque de quienes, de lejos, las confunden con móviles policiales. Muniz dijo que se están incorporando las luces verdes en las ambulancias nuevas, por los costos que suponía para las empresas el cambio en todas las unidades, y agregó que se está trabajando en la creación de un código en común con el MI para que se establezca la emergencia o urgencia de los llamados.

Con relación a los choferes de los autos de radio contratados por las mutualistas, que no estaban comprendidas en el protocolo, afirmó que se conversó con las empresas para que estos trabajadores también cumplan el protocolo.

Muniz aclaró que no hay zonas a las que las ambulancias no entren, ya que “agresiones se pueden dar en cualquier lugar” y no es bueno estigmatizar un barrio. Lo mismo plantea el SMU: “Nosotros tenemos la responsabilidad ética de atender a todas las personas en cualquier circunstancia”, dijo Arteta.

Con relación a las medidas de lucha de los sindicatos ante una agresión, Arteta respondió que la posición del SMU es no parar; en cambio, la FUS tiene matices con esa postura, dijo Muniz, aunque aclaró que las medidas se deberán evaluar en su momento. De todas formas, afirmó que ninguna de las medidas que eventualmente se tomen redundará en que se deje a la población sin asistencia, y se mostró partidario de discernir entre las “llamadas banales”, que son el “90% u 80%”, de las de urgencia o emergencia para aplicar medidas ante un conflicto.