En nuestro país, el cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en hombres, el de mayor incidencia, y el tercero en mortalidad, luego del cáncer de pulmón y del colo-rectal. En los últimos años se ha bajado levemente la mortalidad, gracias al diagnóstico precoz y a los tratamientos más adecuados, pero todavía queda mucho por trabajar. El diagnóstico oportuno es fundamental y por eso, desde 2016, la Sociedad Uruguaya de Urología (SUU) se suma a la campaña internacional “Noviembre Azul” que, en el entorno del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Próstata, que se celebra el 17 de noviembre, busca concientizar sobre esta patología.

El oncólogo Álvaro Luongo, presidente de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, explicó a la diaria que desde 2016 los trabajadores del sector público y privado tienen derecho a un día al año de licencia especial con goce de sueldo para que se hagan estudios diagnósticos de cáncer de próstata. Luongo fue cauto y dijo que es necesario consultar al urólogo o al médico de medicina general a partir de los 50 años, y que el profesional verá si hay necesidad de indicarle que se haga un análisis del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), proteína producida por células normales y malignas de la glándula prostática. “Si viviéramos 100 años todos los hombres tendríamos cáncer de próstata, hay una cantidad de cánceres de próstata que están presentes pero no expresan el PSA y a veces el aumento del PSA no expresa un cáncer de próstata, entonces a veces las campañas pueden llevar a un sobrediagnóstico y a un sobretratamiento del cáncer de próstata”, advirtió. El análisis del PSA (un análisis de sangre) suele ser acompañado por el tacto rectal, un estudio sencillo del que huyen muchos hombres, como a otros estudios en general, aclaró Luongo. El urólogo Enrique Cardozo, presidente de la SUU, coincide con el carácter inespecífico del análisis del PSA: “cualquier patología de la próstata, benigna o maligna, lo aumenta, por ejemplo una infección, una inflamación, un aumento de tamaño, o hacer bicicleta fija”, comentó en diálogo con la diaria. Sin embargo, plantea que el PSA tiene que ser un estudio de tamizaje, masivo para los hombres mayores de 50 años, acompañado por el tacto rectal. A su entender, todo hombre tiene que tener un análisis de PSA a lo largo de su vida; dijo que si el valor del primer análisis es bajo, tiene que repetirlo a los dos años y que si vuelve a dar bajo, debe repetirlo a los cinco años. “Da una idea de riesgo y con esa idea determino cómo y cuándo lo voy a seguir”, dijo. Cuando da un valor elevado para su edad, hay que comenzar a estudiarlo, para identificar si se trata, o no, de un cáncer. Ese estudio puede ser una ecografía, o una biopsia, algo que se define en función de cada caso.

Si el hombre presenta factores de riesgo, debe hacerse los estudios alrededor de los 45 años; dentro de ese grupo están quienes tienen su padre o un hermano con cáncer de próstata, afrodescendientes, o con madre o hermana con cáncer de mama, puntualizó Cardozo.

Diagnósticos y tratamientos

“En Uruguay hay una caída de la mortalidad por cáncer de próstata porque se han mejorado mucho técnicas diagnósticas y de tratamiento. Cuando uno empieza a tener una muy buena cirugía o una muy buena radioterapia para próstata y empieza a controlar pacientes que antes no controlaba y que no tienen complicaciones, que tienen mejor calidad de vida, y la gente empieza a consultar”, explicó Luongo.

El Plan Integral de Atención en Salud (PIAS) incluye la cirugía, tratamientos convencionales de radioterapia, tratamientos hormonales y quimioterapia. “Estamos llegando a una población que podemos decir que casi 75% u 80% de los pacientes que van a tener cáncer de próstata podría morirse de otra cosa que no fuera cáncer de próstata, y a eso es a lo que aspiramos”, expresó. Aclaró que el diagnóstico seguirá aumentado, porque está asociado a una mayor expectativa de vida. Comentó que en nuestro país se está aplicando una nueva técnica que es la reirradiacion de próstata: “nosotros estamos tratando pacientes que después de diez años recurren con cáncer que ya fue tratado y los estamos tratando con radiocirugía, o sea que estamos rescatando pacientes cuando recaen, después de diez o 12 años, era una cosa que antes no se podía hacer”. Dijo que también se hacen cirugías laparascópicas.

En el mundo ya se hace cirugía robótica, mencionó Luongo, que se hace en Uruguay en algunos centros privados. Agregó que la Administración de los Servicios de Salud del Estado -el Instituto Nacional del Cáncer, que él dirige, el Hospital de Tacuarembó y el Pereira Rossell- adquirió tres equipos de radioterapia que mejorarán las posibilidades de tratamiento para este y otros tipos de cáncer.

En cuanto a los estudios diagnósticos, dijo que a nivel mundial hay biopsias dirigidas, “biopsias transperineales guiadas por la resonancia nuclear magnética que se van a buscar la zona específica de punción” y que son mejores que las biopsias transrectales, porque ofrecen mejores diagnósticos y tratamientos.

Cardozo planteó que sería deseable que todos los hombres que lo necesitaran pudieran acceder a una resonancia nuclear magnética multiparamétrica, que mide los parámetros de los tumores, así como acceso a estudios genómicos de los tumores porque “sólo con eso uno puede determinar cuál es el pronóstico de un paciente portador de un tumor específico, porque dos pacientes pueden tener una anatomía idéntica y tener un comportamiento diferente, uno que responde bárbaro a lo que le hacemos y otro que se agrava y termina mortal, porque hay cosas que no conocemos. Los estudios genéticos ayudan mucho, pero son muy caros”, apuntó. Ninguna de esas dos prestaciones son cubiertas por el PIAS, pero pueden hacerse en nuestro país en centros privados.

El Registro Nacional del Cáncer muestra la situación de Uruguay en el mapa mundial. Hay países desarrollados -como Estados Unidos, España, Francia, Países Bajos, Gran Bretaña- que tienen mayor incidencia de cáncer de próstata que Uruguay, pero menor mortalidad. “Estamos corriendo de atrás, estadísticamente nos comportamos como un país de primer mundo pero vamos llegando con los tratamientos”, dijo Luongo.

Motivaciones

Según Cardozo, hay más varones que consultan a partir de la fijación del día libre, pero remarcó la incidencia de Noviembre Azul, que motiva la búsqueda de información por Internet y la consulta al urólogo o al médico general. Más que eso, destacó el rol de la pareja, “que lleva al hombre a la consulta”, y dijo que es algo que se da en todos los estratos sociales.

Los casos de próstata precoces no tienen síntomas. Cardozo dijo que muchas veces se consulta “por hiperplasia prostática benigna, que es el aumento de tamaño de la próstata por un tumor benigno” pero que concomitantemente el hombre puede tener un cáncer de próstata. Añadió que “cuando un hombre tiene disfunción sexual consulta en seguida”, y que es muy importante la consulta porque “un paciente normal que pasa los 50 años puede tener un trastorno en la circulación, una enfermedad de lo que se llama endotelio, que es la capa interna de los vasos, que es un órgano que produce ciertas sustancias que cuando están en déficit hay muchos trastornos, entre ellos la disfunción sexual”, que puede provocar infartos en el futuro. Dijo que esa consulta es importante porque le abre al hombre la puerta al sistema de salud y el urólogo lo puede derivar a un internista o a un cardiólogo para que determine el riesgo y evite daños mayores.