En Uruguay se detectan aproximadamente 1.800 casos de cáncer colo-rectal cada año, es decir, unos cinco por día. De cada 100 tests de sangre oculta en materia fecal que se llevan a cabo en los prestadores de salud, entre ocho y nueve dan positivo, y de esos pacientes, entre cuatro y seis presentan lesiones neoplásicas (tumores). De estos últimos, uno resulta ser cáncer y el resto son adenomas: pólipos benignos pero que pueden llegar a malignizarse. Por esto, uno de los principales objetivos en este Mes Mundial de Lucha contra el Cáncer Colo-Rectal es promover la prevención y detección temprana de este tipo de cáncer, que es el segundo con mayor mortalidad entre las mujeres y el tercero entre los hombres.

El coordinador del Programa de Cáncer Digestivo del Ministerio de Salud Pública, Eduardo Fenocchi, dijo a la diaria que la biología de este tipo de tumores hace que no crezcan rápidamente en comparación con otros y que tengan una etapa precancerosa de entre seis y ocho años, lo cual da tiempo para intervenir. Por eso, explicó, la aplicación de programas de screening o detección precoz es efectiva en este tipo de patologías, a diferencia de otras, en las que los tumores se desarrollan de forma mucho más rápida. “Si encontramos esos pólipos estamos previniendo que alguno se pueda transformar y llegar al cáncer en tres o cuatro años”, indicó. Por el contrario, si la patología es detectada por síntomas, significa que la lesión está avanzada y su tratamiento se hace más difícil y costoso. “Generalmente, cuando se detectan los pólipos de tipo adenomatoso se resecan, se quitan y se terminó. En cambio, cuando hay cáncer hay que ver la estadificación que tiene: si es un tumor de pequeño tamaño y puede sacarse por endoscopía, o si requiere una cirugía y complementar con radioterapia o quimioterapia”, señaló.

Uruguay se posiciona “bastante bien” respecto de Latinoamérica en materia de prevención, según los datos compartidos este jueves 28 en el Instituto Nacional del Cáncer (Inca), donde se llevaron a cabo charlas científicas y comunitarias, dirigidas a profesionales de la salud y población en general. Nuestro país es el único que ha cumplido con todos los pasos desde 1998 en el screening de cáncer colo-rectal y con el Programa Poblacional Organizado, que está incluido dentro de las Metas Asistenciales del Ministerio de Salud Pública (MSP). Esto permite una mayor cobertura e incidencia de la detección precoz en la población objetiva, que son las personas de entre 50 y 70 años y aquellos que tienen antecedentes de familiares directos con cáncer de cólon.

Al momento sólo cuentan con cifras preliminares sobre el primer año de la aplicación del programa en el marco de las Metas Asistenciales, pero Fenocchi afirmó: “Vamos tras los objetivos que se plantearon, en el sentido de aumentar la base prestacional, la cantidad de personas que se involucran, la cantidad de tests que se realizan y los resultados que se van obteniendo, que son acordes a lo que habíamos obtenido anteriormente con los programas pilotos”. Entre 24 y 26 prestadores del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) ya han incorporado los fecatests inmunoquímicos, que se hacen de forma gratuita. El MSP y la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer impulsaron este programa con el fin de mejorar el registro web de los estudios de tamizaje, diagnóstico y tratamiento. Cuando el resultado de las pruebas es positivo, se debe registrar cuándo se hizo la colonoscopía –el estudio que determina la causa del sangrado–, el resultado y el tratamiento.

Fenocchi advierte que el cáncer colo-rectal es multifactorial. Inciden los antecedentes genéticos, el medioambiente y los hábitos dietéticos. Dentro de los últimos, el experto distingue dos factores: el consumo crónico de agentes carcinógenos, como la carne roja con alto contenido graso y cocida a altas temperaturas, y el no consumo de factores preventivos como frutas, verduras y líquidos. El ejercicio físico también es importante para prevenir la obesidad y acelerar el tránsito digestivo.

Otras opciones

Nicolás González, presidente de la Sociedad Uruguaya de Endoscopía Digestiva, comentó a la diaria que además del test de sangre oculta, recomiendan el estudio de la colonoscopía, que consiste en examinar el colon y el recto con un endoscopio. A diferencia del test de sangre oculta, la colonoscopía es un estudio invasivo, que requiere anestesia general y una preparación del colon con laxantes para que esté limpio antes de realizarlo. “La ventaja es que si durante la colonoscopía vemos una lesión o un pólipo, se puede tomar biopsia o tratar en ese mismo momento. Además este estudio se puede hacer cada cinco o diez años si da todo normal; sin embargo, al test de sangre oculta hay que hacerlo todos los años”. De todas formas, González entiende que el MSP impulse los tests porque son una forma no invasiva de diagnosticar el cáncer.