En el pizarrón estaban escritas las palabras “igualdad”, “derechos”, “LGTBI”, “diversidad”, “respeto” y “buen trato”. La primera consigna para los niños de quinto y sexto año de la escuela 354 Los Junquillos, de la Gruta de Lourdes, de Montevideo, era hacer una lluvia de ideas en relación con esas palabras. Así comenzaron el jueves 22 las tareas para terminar el primer módulo del programa de formación de agentes comunitarios en salud junior, una iniciativa de médicos de familia de Maldonado y Salto que se extendió en 2018 a Canelones y este año a Montevideo. Gonzalo Paleo, médico responsable del programa en esa escuela, explicó a la diaria que se trata de unir los conocimientos relacionados a la salud con los del programa escolar y de incorporar la tecnología, ya que la peculiaridad del proyecto es que los distintos departamentos se conectan por videoconferencia y todos al mismo tiempo participan en el taller semanal.

En lo que va del año los niños tuvieron varias instancias de conexión con las otras escuelas y de ejercicios con Paleo, las maestras de las clases y las médicas residentes que se están especializando en medicina familiar y comunitaria. El primer módulo fue sobre salud sexual y reproductiva, y el que sigue será sobre hábitos saludables. Durante las primeras jornadas se habló de muchos temas “muy importantes”, según destacó Thiara López, una de las alumnas de quinto año: “Hemos hablado sobre el respeto, sobre cómo se ponen los condones las mujeres y los hombres, sobre el abuso sexual, sobre con quién tenemos que hablar cuándo nos quieren tocar y no queremos. Cosas así”. Su compañera de clase Gimena Maciel dijo que los talleres “están re buenos”: “Aprendo muchas cosas y después, si me pasa algo, sé qué tengo que hacer y decir”. Para otra de las alumnas, Ámbar, estas instancias son “muy buenas” porque les permiten aprender “otras cosas que no se dan en la clase, vemos que todos tenemos los mismos derechos; aunque yo nunca vi la discriminación, sé que está mal”.

La maestra de sexto año, Leticia de Torres (esta semana se conoció que integra el equipo asesor de Daniel Martínez en temas de educación), destacó que estos espacios sirven para que los niños “se sientan con más seguridad y con más información, porque cuanto más conozcan y puedan hablar de cosas que les pasa, mejor van a construir su proyecto de vida”. Además, señaló que “se siente que necesitan este espacio para poder conversar sobre las dudas que tienen o simplemente sobre lo que ellos sienten”. Valoró que el curso “está buenísimo, primero porque comparten con otros chiquilines de la misma edad –es algo novedoso y les gusta–, y segundo porque les permite profundizar algunos temas en los que venimos trabajando y problematizar cuestiones de la vida cotidiana en la construcción de ciudadanía para que puedan llegar a adquirir los derechos que ya tienen”.

Paleo comentó que durante la primera parte del programa abordan “temas como la adolescencia, el desarrollo, los cambios en esta etapa, métodos anticonceptivos, prevención de abuso sexual y de maltrato infantil, diversidad sexual, y salud sexual y reproductiva”. En la segunda parte trabajan en torno a “salud mental, recreación, alimentación, seguridad vial, prevención de consumo de sustancias”. En resumen, en los 11 talleres se toca “un temario bastante diverso, que abarca los temas más importantes en la salud de esta etapa de la vida”.

Interdepartamental

“La estrategia de capacitación de promotores de salud es una herramienta que tenemos los equipos de salud que trabajamos en territorio para habilitar la participación”, subrayó Paleo. Se apunta a un modelo de abordaje de la salud en el que “se trasciende al equipo médico” para “empoderar a la población en cuanto al control de su proceso de salud-enfermedad” en diferentes ámbitos, “tanto a nivel individual como familiar, escolar y barrial”.

Este curso de formación de agentes comunitarios en salud junior funciona desde 2014, cuando el equipo de salud de la policlínica de Buenos Aires (Maldonado) comenzó a trabajar con la escuela pública de la zona en talleres de promoción de salud. Al año siguiente surgió la propuesta de conectarse con el equipo de salud y con una escuela del departamento de Salto: “Había puntos en común. Integrantes de esos dos equipos habían compartido formación en la especialidad de medicina familiar y comunitaria, mientras que paralelamente se impulsaba el desarrollo de las TIC [tecnologías de la información y la comunicación] y las escuelas públicas iban instalando salas de videoconferencia”, profundizó Paleo.

Los médicos vieron el potencial de hacer los talleres conectados, “generando un proceso de encuentro y de diálogo e intercambio entre diferentes poblaciones, ubicadas en distintas áreas del país, con diferentes realidades, pero que durante la realización del curso se encontraban”, agregó.

En Montevideo el trabajo comenzó en la escuela 354 porque es una de las que están bajo la órbita de la policlínica de Los Ángeles, en el complejo Sacude, donde Paleo es médico de familia y comunidad. “Los Junquillos es una de las escuelas históricas en el territorio y cuanta con un equipo docente que siempre está dispuesto al trabajo en conjunto con el sector de la salud. Como primera experiencia, nos parecía que era oportuno comenzar con esta escuela, aunque no descartamos que a futuro se puedan sumar otras”, dijo el médico.