El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, visitó hace unos días el emprendimiento de cannabis medicinal que se instaló en Juan Lacaze (Colonia) y, entusiasmado por el desarrollo y el potencial del sector, se contactó con la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal (Cecam). Varios integrantes de la cámara lo recibieron el lunes y al presentarse fueron explicando dónde están sus cultivos, o dónde los proyectan: Salto, Colonia Suiza, Montevideo, Canelones, Paysandú, San José. “En Uruguay hay 20.000 hectáreas habilitadas, alrededor de 25% de esas hectáreas hoy en día ya se están usando”, explicó a la diaria Marco Algorta, presidente de la Cecam. La cámara se formó en octubre de 2018 y reúne a 15 firmas (Bcbd, Yvy, Blooming Frenital SA, Greenfields, Innovaterra, Caillon Hanonet, Inverell, Nube Serena, Uruguaycan, Heluz, Cannapur, Cannabis Conference, Phytoplant Research, Medic Plast SA y Raíces); hay, además, dos empresas grandes que no integran la cámara (Aurora y Fotmer). Mayoritariamente, son de capitales extranjeros y exportan su producción. En diálogo con la prensa, Algorta detalló que actualmente emplean de manera fija a 650 personas y que la inversión es de 100 millones de dólares; la proyección es que en 2022 el sector ofrezca 5.000 puestos de trabajo, entre zafrales y no zafrales.
Opción laboral
“Vinimos a escuchar, a aprender, a conocer una nueva realidad que está sucediendo en el país”, dijo Murro a la prensa cuando terminó la reunión. Relató que en 2013, cuando se aprobó la ley de marihuana y sus derivados, él tenía sus dudas, pero los hechos le mostraron otra cosa: “Tengo un vecino que ha mejorado sensiblemente su salud gracias a la utilización de cannabis, y otros amigos también; estas son las cosas nuevas que están pasando en Uruguay, y podemos proyectar y aprender y controlar en todo lo que hay que controlar”, expresó. Con orgullo, afirmó que dada la seguridad jurídica y normativa uruguaya, Uruguay está considerado hoy a nivel mundial como el cuarto país por el que se interesan quienes están invirtiendo legalmente en la producción de cannabis medicinal. Dijo que “ya hay tres permisos de producción otorgados que podrían estar generando exportaciones a corto plazo en el país y generar puestos de trabajo”.
Murro comentó que los referentes de Cannapur, en Juan Lacaze, “están actuando con absoluta transparencia, nos entregaron hasta los planos de qué es lo que van a empezar a construir con una inversión de varias decenas de millones de dólares”, y que proyectan crear 700 empleos dentro de dos o tres años, “el doble o el triple de la cantidad de gente que trabajaba en Fanapel”, comparó. Cannapur, empresa que representa Algorta, es de capitales canadienses; planea crear un laboratorio en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro, y ahora está comenzando la etapa de producción. El 1º de setiembre empezará el movimiento de tierra y se está definiendo la empresa que armará los invernáculos, puntualizó Algorta.
En la conversación del lunes, las empresas y Murro acordaron planificar proyectos de capacitación con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop). Algorta valoró que ahora que hay más países que han regulado el cannabis, es necesario posicionarse a nivel mundial con “personal capacitado para el desarrollo de esta industria”. Para eso se pensó en la posibilidad de que lleguen especialistas extranjeros para comenzar con las primeras capacitaciones, que se desarrollarán a lo largo de la cadena de producción, que abarca desde la fase agrícola a la producción y poscosecha, que incluye el secado, la industrialización de las flores y la creación del producto final. Algorta detalló que “en otros países la mayoría de las personas que se contratan son mujeres rurales de más de 50 años” que son hábiles en el trabajo y, por otro lado, tienen dificultades para conseguir empleo.
Otras barreras
El mercado financiero sigue siendo un problema para el sector, y eso también fue planteado por los empresarios a Murro. “Lo tenemos que resolver para realmente desarrollar esta industria”, dijo Algorta, que afirmó que no pueden trabajar en la plaza bancaria con cuentas a nombre de estas empresas. “Para exportar y poder cobrar en Europa tenemos que usar plazas bancarias o bancos extranjeros, entonces tenemos que abrir sucursales en otros países para obtener subcuentas y así hacer la transferencia internacional con una pérdida de valor para Uruguay y un costo innecesario para las empresas”.
Cecam pide que el Ministerio de Salud Pública acelere los tiempos de las autorizaciones. “Estamos viendo que los cannabinoides funcionan y generan calidad de vida”, afirmó Algorta, pero acotó que es necesario “discutir cuál es la forma técnica de hacer validar esos productos”, porque circulan muchos cuya composición se desconoce. Dijo que hay seis proyectos de la Cecam que están esperando habilitación. Por el momento, trabajan fundamentalmente para el mercado europeo, tienen mayor vínculo con Alemania, y aspiran a exportar también a Canadá y a la región, al menos a Argentina y Brasil. En cuanto a la opción de producir para el mercado uruguayo, Algorta dijo que es un mercado chico y que “si lo aprueba el MSP no me sirve para exportarlo a ningún lado, si lo apruebo en Brasil es reconocido en la región entera”, y por eso, ponen la mira fuera del país.