En lo que va del año, los equipos de salud que trabajan fuera de los centros asistenciales han sufrido 17 robos a mano armada, detalló el lunes Gustavo Grecco, presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), en medio de una reunión urgente de la Comisión Multiinstitucional por la Seguridad del Personal de Atención Extrahospitalaria (Comsepae). Esta comisión se formó en 2011 y nucleó al SMU, la Federación Uruguaya de la Salud, la Cámara de Emergencias y los ministerios del Interior (MI), de Trabajo y Seguridad Social y de Salud Pública. Asistieron representantes de los gremios (incluso de la Federación Médica del Interior, Femi), representantes empresariales y del Sistema de Atención Médica de Emergencia de la Administración de los Servicios de Salud del Estado; se esperaba contar con la presencia un integrante del MI, pero como nadie concurrió se solicitó una entrevista. La comisión volverá a reunirse el 6 de setiembre.

Grecco explicó a la prensa que la inseguridad es un “fenómeno creciente” y que en los últimos días se incrementó. Según informó a la diaria Víctor Muniz, integrante de la Red de Sindicatos de Trabajadores de las Emergencias Móviles (afiliada a la FUS), “hay épocas en que las agresiones no se producen o son mínimas” pero que la preocupación se da ahora porque en los últimos diez días hubo siete agresiones. Esto les ha pasado a trabajadores de emergencias móviles, médicos de radio y médicos de familia que, según Grecco, son “un blanco fácil de rapiña”. “Se rapiñan celulares, dinero, GPS, nada específico de la salud”. En estos últimos episodios no hubo heridos, pero sí en 2018. Aclaró que esto ocurre en distintas zonas de la capital: “Podemos identificar algunos barrios en algún momento, pero si miramos el panorama es todo el mapa lo que está pintado como zonas donde ocurren estas cosas”, aclaró. Muniz agregó que el problema ocurre también en el interior del país, y que por eso participó la Femi.

Dificultades y posibles soluciones

El protocolo se aprobó en 2014, después de casi tres años de discusión, dijo Muniz. Aclaró que tiene vigencia las 24 horas del día y que se aplica cuando un integrante del equipo de salud ve la posibilidad de riesgo; según el caso, se solicita apoyo policial (acompañamiento de un móvil del 911), de Bomberos o de la Policía de Tránsito (en caso de tratarse de un accidente con riesgo). Las precauciones suelen ser mayores durante la noche cuando, dependiendo del peligro, los equipos difieren los llamados para la mañana siguiente, o concurren sólo a los que se clasifican con código de emergencia, que son aquellos en que hay riesgo de vida.

“Necesitamos el involucramiento del MI para que nos ayude, porque últimamente hemos tenido inconvenientes en acceder a esos lugares cuando solicitamos el apoyo del 911”, dijo a la prensa Jorge Díaz, representante de la Cámara de Emergencias. “Necesitamos que venga rápido la Policía, sobre todo cuando el paciente corre riesgo de vida”, agregó, y reconoció que ha habido fallecimientos en esas situaciones, aunque no quiso atribuirlos a la demora policial.

Muniz informó que se está elaborando una propuesta para mejorar el protocolo y que quieren discutir con el MI acerca de los apoyos que se necesitan; adelantó que posiblemente comiencen a clasificarlos, como se hace con los códigos de urgencia y emergencia. “Hay apoyos que realmente son de emergencia y tienen que ser rápidos, y otros que pueden tener una demora”, dijo. Hasta ahora “simplemente se pide el apoyo y se queda esperando; muchas veces se esperan varias horas, lo que pone en riesgo la atención del paciente y al equipo asistencial, porque luego la familia y el paciente le reclaman a este”.

Las agresiones ocurren en situaciones variadas, dijo Muniz. Detalló que algunas se han producido porque el equipo asistencial no aplicó el protocolo, por ejemplo: al llegar al domicilio “ninguno debe quedarse arriba del móvil, y a veces los choferes se quedan y se los ha asaltado”. “Otras situaciones involucran a móviles de radio o rentadoras con chofer que les prestan servicio a mutualistas o a emergencias móviles que no son firmantes del protocolo, porque los choferes no están obligados y se han generado situaciones peligrosas para ellos”, agregó. Por eso, la Comsepae se propone convocar a las empresas mutuales a que firmen el protocolo, en la medida en que ellas también brindan asistencia extrahospitalaria. Es necesario homogeneizar las respuestas y pactar acuerdos para que la competitividad de las empresas no ponga en riesgo a los trabajadores, planteó Muniz.

“Tenemos que tomar la violencia y la inseguridad como un hecho global de toda la ciudad y que compromete seriamente la asistencia de la tercera víctima, que es el paciente, que se ve impedido de recibir su asistencia”, evaluó Grecco.

La comisión pedirá a los trabajadores que se guíen estrictamente por el protocolo, pero con eso no alcanza. La comisión extiende el pedido a la población, a fin de que tome conciencia del problema y que, por ejemplo, haga “un buen uso de los recursos sanitarios a ciertas horas del día”, en lugar de hacer “llamados banales” en horas de la noche, resumió Muniz.