Desde el sábado 1º hasta el 28 de febrero estará abierto el período de movilidad regulada de usuarios amparados por el Seguro Nacional de Salud; en otras palabras, la apertura del corralito mutual, como se lo conoce popularmente. La apertura se da después de dos años consecutivos de restricción de esa movilidad, que se resolvió limitar a causa de los casos de intermediación lucrativa que se conocieron en marzo de 2017. Durante este tiempo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) trabajó junto con las instituciones prestadoras de salud, con el Banco de Previsión Social, con la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento, y con las instituciones de salud, en el diseño de un sistema que diera mayores garantías para evitar las afiliaciones irregulares. El sistema se llama More (Movilidad Regulada) y fue presentado este jueves por el ministro de Salud, Jorge Basso, y el presidente de la Junta Nacional de Salud (Junasa), Arturo Echevarría.

Procedimiento a futuro

More es un sistema de soporte para el ingreso y cambio de institución de salud; de aquí en más todas las afiliaciones se deberán hacer mediante este sistema, y no sólo las que se dan en el marco de la apertura del corralito mutual. Su diseño e implementación estuvieron a cargo del gobierno; cada prestador de salud debió costear la instalación de los equipos y el software en sus sedes, así como designar y capacitar al personal que lo manejará. Echevarría explicó que las afiliaciones sólo podrán hacerse en las sedes en las que se colocaron las máquinas para trabajar con el sistema. Para evitar la intermediación lucrativa, el sistema buscó garantizar la trazabilidad de todos los cambios: cada máquina estará asociada al número de identificación de la computadora a la que fue asignada y funcionará exclusivamente en ella; los cambios se harán únicamente a través de la red de salud, a la que sólo tienen acceso el MSP y las instituciones de salud (es la misma que da soporte a la historia clínica electrónica nacional). Además, las afiliaciones sólo podrán ser hechas por los funcionarios habilitados y cada poco tiempo el sistema buscará verificar que es ese funcionario quien está manejando el sistema.

Los usuarios que quieran cambiar de prestador deberán dirigirse con su cédula de identidad a la institución a la que quieran afiliarse (mutualista, seguro privado o la Administración de los Servicios de Salud del Estado, ASSE). Allí se inicia el proceso de su autentificación: una cámara web le toma una foto a la persona, que a su vez tiene que digitar su huella en un lector de huellas y de cédulas. Si la cédula es digital, el aparato compara la huella con la que contiene el chip. Si es una cédula vieja, el funcionario debe autentificarla manualmente: coteja la huella mediante la verificación en línea con la Dirección Nacional de Identificación Civil (DNIC), y si no se logra verificarla porque la huella se le ha borrado a la persona, compara la foto de la cédula con la foto que está en el registro de la DNIC; si el funcionario no autentifica la identidad de la persona, no debe seguir el trámite. Todo este proceso “es instantáneo, lleva minutos”, aseguró Echevarría.

Todo esto es en caso de que la persona acuda en su propia representación; también lo puede hacer en relación con sus hijos o personas que tenga a cargo. En caso de las personas que tienen algún impedimento para trasladarse a la institución a hacer el cambio, podrán hacerlo representantes; para ello, deberán tener un poder general (que debe estar inscripto en el registro notarial) o una carta poder de la persona, que debe ser hecha para la ocasión (el modelo de redacción también está pautado y podrá consultarse en la web del MSP) y tiene que estar avalada por un escribano público.

Cambios en cualquier momento

Al margen del corralito mutual, hay tres tipos de cambios que pueden darse en cualquier momento del año y son los únicos que estuvieron habilitados en estos dos años:

  • De una mutualista a un seguro privado o a ASSE
  • Por cambio de domicilio (de departamento)
  • Por pérdida de confianza en el prestador de salud. Este trámite debe hacerse justificadamente y a través del Banco de Previsión Social.

A todo esto, la persona que se cambie de institución (ella misma o que represente a alguien) deberá firmar una declaración jurada en la que manifieste que la elección del prestador fue libre e informada y que no percibió dinero ni ninguna otra ventaja equivalente. El trámite se completa con la comunicación: mediante correo electrónico o por mensaje de texto, la persona recibe luego la confirmación del cambio.

El sistema ya está siendo probado por las instituciones. Hasta el miércoles se habían hecho por él 2.844 trámites, que habían otorgado 1.209 afiliaciones.

Más garantías, pero no son totales

Basso comentó que este sistema es más económico y “muy superior” respecto del que habían comenzado a trabajar en 2018, antes de que resolviera suspenderse, por segundo año, la apertura del corralito.

“Vamos a minimizar fuertemente el impacto de las afiliaciones irregulares”, afirmó Basso, aunque aclaró que no habla de la eliminación de las irregularidades porque “cuando hay dinero de por medio, el riesgo existe”. Añadió que ahora “nadie va a poder decir que fue engañado” a la hora de afiliarse a una institución, y a eso apunta también la declaración jurada. No obstante, nada garantiza que, antes de concurrir a la institución, la persona no haya recibido dinero.

El hecho de que ahora las afiliaciones sólo puedan ser hechas por funcionarios de las instituciones es otro paso para eliminar las irregularidades. Echevarría comentó que “en el período anterior había un corte de vinculación, instituciones contrataban empresas que contrataban personal y en ese contrato decía que la institución de asistencia médica colectiva no se responsabilizaba de los malos actos que realizaran esas empresas que contrataban. De determinada manera, había una relación contractual que alejaba de la lógica a una persona que estaba en la calle consiguiendo afiliados de las decisiones de la institución”, dijo. Por eso, la mayoría de los procesados por afiliaciones irregulares hasta el momento fueron personas ajenas a las mutualistas, que no recibieron sanción. Con este nuevo régimen, se buscará responsabilizarlas por las estrategias que desplieguen y, si hay irregularidades, la Justicia deberá evaluar si las sanciones son civiles o también penales, dijo Echevarría.

Basso informó que en estos dos años el MSP continuó recibiendo denuncias de usuarios y de instituciones de salud por afiliaciones irregulares; dijo que se trató de afiliaciones hechas fuera de los locales de las instituciones y sin que las personas identificaran que estaban siendo cambiadas de prestador. Fueron cerca de diez, que están en la órbita de la Justicia Penal.

Habilitados a cambiar de institución

El corralito mutual se instaló en el año 2000, a raíz del cierre de instituciones que coincidía con el estímulo económico que daban algunas instituciones: se instaló para garantizar la estabilidad del sistema de salud, que hacía difícil prever los recursos con los que cada una contaba. Recién en 2009 se abrió el corralito, y en aquel momento estaban habilitados a cambiarse de institución quienes tuvieran diez años o más de afiliados a un mismo prestador. En 2010 la antigüedad se redujo a siete años, y a partir de 2011 fue de tres. Si las interrupciones en la afiliación fueron inferiores a 120 días, se sigue contando la fecha de afiliación más antigua; pero si son superiores a los 120 días, se anula el cómputo de los períodos de afiliaciones interiores.

También podrán cambiar de institución quienes hayan sido afiliados de oficio a ASSE por no haber elegido prestador de salud en los 30 días siguientes a que comenzó a aportar al Seguro Nacional de Salud. Hay 1.700.000 personas habilitadas para cambiarse. Luego de hacerlo, por tres años no podrán cambiar de prestador.

Desde 2009 a 2017 el porcentaje de personas que cambió de institución de salud fue disminuyendo, estabilizándose en el entorno de 3%. Es imposible saber qué proporción se cambiará ahora; las autoridades no quisieron arriesgar números, pero es muy probable que sea superior al de los últimos años en que se abrió el corralito.

.