La Junta Nacional de Salud (Junasa) discutió el miércoles las condiciones de apertura del corralito mutual que, según adelantó Salinas el lunes en una conferencia en el Rotary Club de Montevideo, llegará a su fin. Tal como informaron el programa Así nos va de Radio Carve y El Observador, y confirmó la diaria, la apertura no será total e irrestricta.

Se derogará el decreto que habilitaba la apertura cada mes de febrero y el cambio ya no se desarrollará sólo ese mes, sino a lo largo de diez meses. En marzo podrán cambiarse de institución de salud los usuarios cuya cédula termine en 3, en abril en terminación 4, en mayo 5, en junio 6, en julio 7, en agosto 8, en setiembre 9, en octubre 0, en noviembre 1 y en diciembre 2.

Para cambiar de prestador de salud, las personas amparadas por el Seguro Nacional de Salud que administra la Junasa deberán tener al menos dos años de antigüedad, y no podrán volver a cambiarse durante los próximos dos años. Todo esto fue discutido y recomendado por una comisión de la Junasa integrada por representantes del Ministerio de Salud Pública (MSP), el Banco de Previsión Social, el Ministerio de Economía y Finanzas, de las mutualistas y de los trabajadores; su aprobación es potestad del Poder Ejecutivo.

En diálogo con la diaria, Federico Preve, dirigente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), representante alterno por los trabajadores en la Junasa, informó que el sindicato “ha pedido que pueda existir movilidad durante todo el año para todas las personas” y aclaró que “el corralito en realidad no termina, se modula”, y el cambio se extenderá a lo largo de diez meses, de una manera fragmentada, para que los cambios sean dentro de cierto margen.

De todos modos, no está allí la principal discrepancia del SMU con la resolución que adoptó la Junasa. Preve explicó que el SMU había solicitado que el sitio web salud.uy y también otras plataformas con información para los usuarios incluyeran información sobre la situación financiera de las instituciones, así como los tiempos de espera y diferentes indicadores sobre la calidad de atención, entre ellos la cantidad de reconsultas en la emergencia, la resolución de pacientes en policlínica, el nivel de complicaciones por infecciones hospitalarias, la cantidad de cargos de alta dedicación de acuerdo al usuario (“porque da mayor disponibilidad y continuidad asistencial en los procesos”), o si el centro tiene residencias médicas, lo que se toma como condición de calidad de atención. “Queremos que se pongan arriba de la mesa indicadores de calidad de atención para que las personas tengan información y que no dependan de una opinión o de la publicidad. Lo solicitamos y por ahora no tuvo recepción, por eso el apoyo crítico a esta fragmentación de la movilidad”, expresó.

Comisiones en suspenso

El SMU sacará en estas horas un comunicado de prensa para reprobar la decisión de la Junasa de conformar comisiones de temas asistenciales en las que participaría el SMU. De hecho, se le había solicitado al sindicato que pasara nombres de delegados para conformar una comisión que discutiría la implementación de metas asistenciales para dirigir acciones de los prestadores de salud contra accidentes cerebrovasculares. Esas comisiones nunca se habían conformado, pero estaba en los planes hacerlo. Según Preve, se resolvió no convocarlas, “por presión del sector empresarial”. A través de los contratos de gestión, las empresas y la Junasa trabajan en comisiones, como en la que discuten las cápitas, pero el SMU no participa. En lugar de eso, el sindicato fue invitado a participar de las comisiones de los programas asistenciales del MSP.