“Por 23 años más” fue una de las frases que resonó el sábado, en la fonoplatea virtual con la que Radio Vilardevoz festejó un nuevo aniversario, en una mañana que empezó con lluvia y terminó con sol. Fotos, videos y relatos mostraron el paso del tiempo de este proyecto comunicacional de salud mental que comenzó en 1997, dentro de las salas del hospital Vilardebó, por impulso de estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Con los años, Vilardevoz fue ganando terreno en el hospital –hoy funciona en el área de rehabilitación–, en el aire –de los programas grabados en casetes pasaron a tener fonoplateas abiertas al barrio, después le sumaron un transmisor, una frecuencia en el dial, la 95.1 FM, y un sitio web– y en la esfera social y política, donde se convirtieron en portavoces en la lucha por la desmanicomialización y la defensa de los derechos humanos.
Marcos Almirón, Gabriel Ramán, Gustavo Bajo, Gustavo Bautista, Alba Villalba, Mauricio Pajares, Emanuel Freitas, José Luis Buero, participantes de la radio, junto con Cecilia Baroni, psicóloga y una de las coordinadoras de Vilardevoz, Andrea Deleo, psicóloga nicaragüense, y Joaquín Amorena y Víctor Duffour en los controles, transmitieron desde el estudio; cumplieron con las pautas establecidas en los protocolos contra la covid-19, y por una rejita los funcionarios del hospital les pasaban regalos que les llegaban. Sobre el final de las cuatro horas de trasmisión, cortaron la torta después de cantar el feliz cumpleaños. Del otro lado de la pantalla, un centenar de personas se sumó por Zoom a lo largo de la transmisión: integrantes de colectivos de organizaciones de derechos humanos, de salud mental –de Uruguay y del exterior–, músicas y músicos, periodistas, cineastas, oyentes, estudiantes y ex estudiantes de Psicología, y más amigos ganados en este tiempo.
En estos años hubo pérdidas de integrantes de la radio que fallecieron y que de alguna manera fueron evocados el sábado. También hay muchas historias de crecimiento, una de ellas es la de Alba Villalba: la propia Alba contó el sábado que hace seis años, cuando parte de la radio se preparaba para ir a México y empezó a filmarse el documental Locura al aire –sus directoras, Alicia Cano y Leticia Cuba, participaron en la fonoplatea del sábado– ella no había podido pronunciar una palabra, y se veía en la película, callada, asistiendo a los cines foro. Hoy Alba es una de las representantes de Vilardevoz en los medios de comunicación, y las palabras nunca le faltan: “Le perdí el miedo al micrófono, el micrófono me tiene miedo”, bromeó el sábado, mientras sus compañeros le pedían que redondeara la idea. Alba dio cuenta de lo que significa hablar de “la locura en primera persona”, de la necesidad de que los usuarios de servicios de salud mental sean protagonistas de sus trayectorias y sean “locutores, editores, noteros, productores”, que es parte del trabajo que hacen durante toda la semana, cuando preparan la salida al aire de Vilardevoz, que se concreta con la fonoplatea de los sábados.
Lo que vendrá
Pese a la distancia física, este año Radio Vilardevoz siguió siendo refugio para los participantes, continúa reclamando el cumplimiento de la Ley de Salud Mental, que se aprobó en agosto de 2017, y la implementación del Plan Nacional de Salud Mental, que se aprobó sobre fines de 2019. “Para abrir hay que cerrar y para cerrar hay que abrir. Hay un poquito más de presupuesto, habrá que pelear en qué se usa”, dijo Baroni. La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) proyecta abrir nuevas casas de medio camino y residencias con apoyo para cumplir con el proceso de desinstitucionalización que marca la Ley de Salud Mental, aunque las autoridades de ASSE ya han dicho que no se cerrarán las colonias psiquiátricas ni el hospital Vilardebó en 2025, tal como marca la ley. Este colectivo pide, ante todo, un trato humano y digno, así como oportunidades laborales, educativas, culturales y habitacionales para quienes atraviesan problemáticas de salud mental, porque muchos de estos protagonistas están en el duro cruce de la locura y la pobreza.
Pero esta radio festeja siempre, pese a las penurias, y el sábado celebró también que sigue creciendo y ahora tendrá local, lejos de la sede de Millán 2515: el 23 de noviembre, Vilardevoz y Radio Contonía FM recibieron del Departamento de Desarrollo Urbano de la Intendencia de Montevideo las llaves de una casa ubicada en la Ciudad Vieja –en Ituzaingó y Rambla 25 de Agosto–, en el marco del proyecto de Fincas Abandonadas. La casa está en reparación y estiman que podrán instalarse en febrero. En la sede del barrio Reducto, Radio Vilardevoz seguirá haciendo el taller central –que alimenta la fonoplatea– y la salida al aire. En la nueva sede trabajarán los dispositivos sociolaborales y de inclusión social que proyectan hacer en y con el barrio. El hospital Vilardebó fue construido en 1880, para sacar a los locos para las afueras de la Ciudad Vieja, recordó el sábado Baroni. 140 años después, volverán a la Ciudad Vieja.