En junio la Intendencia de Montevideo (IM) lanzó el programa de Apoyo Alimentario enmarcado en el Plan ABC que buscaba encontrar en las policlínicas municipales casos de malnutrición. Al comenzar las estimaciones hablaban de unos 70 posibles casos, pero hasta el momento se detectaron 223 personas con desnutrición y/o retraso en su crecimiento entre embarazadas, niños y niñas.

El programa tiene como objetivos diagnosticar el estado de seguridad alimentaria de los niños de cero a tres años y de las embarazadas que concurren a las 23 policlínicas de la Intendencia. “No teníamos una medida. Por eso instituimos dentro de las policlínicas la obligación de que quien estuviera atendiendo tuviera que registrar si ve síntomas de malnutrición, sobre todo para direccionar un tratamiento”, indicó la intendenta Carolina Cosse en una charla que dio este viernes en la Universidad Católica, según consigna Búsqueda.

Según los datos del último análisis a los que accedió el semanario, del total de personas con malnutrición que participan en el programa, 164 son niños de cero a tres años y 59 son embarazadas, 16 de ellas adolescentes.

A nivel territorial, la mayor cantidad de casos están en el Municipio A, en los barrios Cerro, Casabó y La Teja, con 20 casos de desnutrición en embarazadas, siete en embarazos adolescentes y 81 en niños; el F, en los barrios de Maroñas, Villa Española, Punta de Rieles hay 16 embarazadas, tres de ellas adolescentes, y 27 niños con problemas de desnutrición, y en el D, en los barrios de Piedras Blancas, Marconi y Aires Puros, hay 17 embarazadas, tres de ellas adolescentes, y 21 niños en esa situación; mientras que el Municipio C (Aguada, Prado, Goes) y CH (Punta Carretas, Pocitos, Buceo) hay cinco casos de desnutrición en embarazadas, dos en adolescentes, y nueve niños.

Según datos nacionales sobre pobreza e inseguridad alimentaria que recoge la IM, 50% de los hogares en Montevideo y área metropolitana con niñas, niños y adolescentes tienen algún grado de inseguridad alimentaria. Además, en 7,4% de los casos la inseguridad alimentaria es severa.

A partir de la identificación de esta población el plan trabaja en varias áreas. Una de ellas busca que las familias accedan a mejores alimentos, con alto valor nutricional, y para eso se elaboró un convenio con Cambadu, que nuclea a la mayoría de los comercios minoristas. El objetivo es que las personas ingresadas al programa, ya sea un niño, una embarazada o madre que esté amamantando, puedan ir al comercio de su barrio con su cédula y abrir una cuenta corriente por 2.800 pesos al mes, durante 18 meses, que le permita comprar alimentos.

Durante la presentación del programa, Virginia Cardozo, directora de Salud de la IM, había comentado que “además de la oportunidad de comprar los alimentos tenemos que poder trabajar en la autogestión de la compra, la elección de alimentos de alto valor nutricional y hábitos, por eso el enfoque familiar es muy importante. Vamos a trabajar con las familias en la priorización en la compra de alimentos que tengan nutrientes críticos para la infancia, como el hierro y el calcio”.

El programa trabaja en conjunto con la Universidad de la República, en particular con el Núcleo de Alimentación y Bienestar, tanto para la parte de educación nutricional como para la evaluación. Además, hay un componente de desarrollo social, que implica visitas a las familias con equipos de trabajadores sociales que busquen apoyar en otras áreas y asegurarse de que los derechos de todo el núcleo estén protegidos.