Las Unidades Docentes Asistenciales (UDA) son parte de un programa de formación de recursos humanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) para cubrir tareas asistenciales en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Surgieron en 2008 y, hasta ahora, han sido gestionadas de manera conjunta por la Facultad de Medicina y ASSE. Sin embargo, los senadores oficialistas de la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda votaron este martes un artículo sustitutivo en el proyecto de ley de Rendición de Cuentas que había enviado el Ejecutivo y que tiene media sanción, que modificaría su funcionamiento.

Según el nuevo articulado, el programa “será gestionado y administrado en su totalidad” por ASSE, que “suscribirá un convenio con la Facultad de Medicina” para dotar a ASSE de la formación de recursos humanos que requiera para la cobertura de sus necesidades asistenciales, así como para contemplar la función asistencial de los docentes de la Facultad de Medicina, dice el nuevo texto. En otras palabras, le quita a la Udelar su gobernanza sobre el programa.

Este es un nuevo enfrentamiento en el relacionamiento entre las dos partes, que ya se había tensado a fines de 2020 por la asignación presupuestal. El programa UDA financia básicamente sueldos, pero las partidas que se le asignaban cada año no incluían la diferencia salarial correspondiente al aumento del índice de precios al consumo; para compensar esa carencia, durante los gobiernos del Frente Amplio (FA) el Ministerio de Economía y Finanzas asignaba una partida a fin de año para completar el monto que se requería, y la siguiente Rendición de Cuentas incluía esa última cifra.

Pero eso no ocurrió en 2020: la ley de Presupuesto no incluyó el ajuste de 2019 y, al no reproducir el mecanismo anterior, se congelaría el presupuesto del programa hasta 2024. Según había denunciado en agosto la filial de Medicina de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR-Medicina), la diferencia de dos años sin aumento, que era de alrededor de 20%, podía llevar a la desaparición del programa.

En diálogo con la diaria, Rafael Vignoli, integrante de la Comisión Directiva de ADUR-Medicina, explicó que ASSE “quería quedarse con la gobernanza y poder decidir unilateralmente cómo y dónde se gasta la plata”. Agregó que la nueva redacción difiere de lo que se venía negociando en reuniones bilaterales entre la facultad y ASSE, en las que se había acordado la cogobernanza “porque es insólito que ASSE maneje qué recursos puede formar la Facultad de Medicina”. Dijo que la facultad tiene que estar porque es quien se encarga de formar recursos humanos, y que lo hace pensando a largo plazo, no en un período de gobierno. De esta forma, dijo que se afecta la formación de recursos humanos no sólo de Medicina, sino de las 20 carreras que dicta la facultad.

En ese sentido, Juan Mila, director de la Licenciatura en Psicomotricidad, dijo a la diaria que “la situación es dramática para todas las carreras de Facultad de Medicina que tenemos UDA”, especialmente para Medicina, Fisioterapia, Fonoaudiología, Psicomotricidad e Imagenología. Puntualizó que en la carrera de Imagenología de la sede de Paysandú las tareas docentes se sostienen a partir de las UDA y que esto será “un claro retroceso”. Anunció que el cambio repercutirá en la formación de recursos humanos en salud y en la asistencia a las personas; y que se lesiona, además, la autonomía universitaria.

Hay UDA en todos los niveles de atención y de diferente complejidad. Además de los proyectos UDA, que desarrollan tareas asistenciales específicas y en los que trabajan alrededor de 500 docentes, el programa tiene un componente denominado UDA-Facultad de Medicina, que es un complemento salarial que reciben alrededor de 1.000 docentes de Medicina que cumplen tareas asistenciales.

Vignoli detalló que con la recuperación salarial que habían tenido los médicos en ASSE en los últimos años, se había ampliado la brecha salarial de los cargos docentes, y por eso se creó este complemento, que es de 45% por encima del salario docente. Si bien no se llegaba a la equiparación salarial, de esta forma los ingresos de los docentes se acercaban a los de los médicos contratados por ASSE. La importancia de este componente es vital porque, según dijo, sostiene “todas las clínicas ginecológicas, pediatrías, las clínicas médicas del Maciel, del Pasteur y del Hospital de Clínicas”.

Entre los dos componentes, son 2.000 cargos docentes que están en riesgo de perderse. Según Vignoli, “no es una cuestión de plata, es una decisión política”, porque los cerca de 500 millones de pesos anuales que requiere el programa significan 4,2% del presupuesto de ASSE, al tiempo que representa “40% del presupuesto de Facultad de Medicina”. “Es un golpe inmenso que afecta la docencia, la asistencia, las fuentes laborales”, dijo, y agregó que le saldrá más caro a ASSE, porque sus sueldos son más altos que los de los docentes. “Este proyecto no es una reforma para ganar-ganar, es una reforma que es perder-perder: la Facultad de Medicina pierde, ASSE también, y pierde la gente en asistencia”, sostuvo.

El Consejo de la Facultad de Medicina se reunirá este miércoles para tratar este tema, y el jueves ADUR-Medicina hará una asamblea extraordinaria para acordar los pasos a seguir.