La Cátedra de Medicina Intensiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) impartirá una nueva capacitación voluntaria a médicos no intensivistas para formarlos como personal de apoyo en unidades de cuidados intensivos en situación de “saturación o catástrofe”. El curso es de alcance nacional y está destinado a servicios asistenciales tanto del ámbito público como del privado. Las inscripciones comenzaron el 13 de abril en las oficinas de recursos humanos de los prestadores de salud donde los profesionales desempeñan su trabajo y finalizan el martes 20 (no tienen cupo).

Las instituciones convocantes son el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Administración de los Servicios de Salud del Estado, la Coordinadora Nacional de Instituciones de Asistencia Médica Colectiva, el Sindicato Médico del Uruguay, la Federación Médica del Interior, la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, la Cátedra de Anestesiología de la Udelar, la Sociedad Uruguaya de Anestesiología y la Sociedad Uruguaya de Cardiología.

La primera experiencia

Miguel Asqueta, titular de la Dirección General de Salud, se refirió al tema en la comparecencia del equipo del MSP ante la Cámara de Senadores el martes pasado. Asqueta sostuvo que 390 médicos de especialidades afines (cardiología, nefrología, anestesia, neumología, entre otras) se inscribieron en cursos de capacitación y habilitación transitoria para dar apoyo en CTI durante la pandemia, según la versión taquigráfica. Briva aclaró que fueron 250 los que cursaron y entre 150 y 200 los que lo terminaron.

Para el docente en la cantidad de participantes en ese curso influyó el momento de lanzamiento de la convocatoria -en febrero-, cuando las proyecciones de la evolución de la pandemia eran totalmente distintas, pero fueron "superadas por las realidad". También reconoció que en enero había una expectativa mayor sobre las repercusiones que tendrá el curso, pero valoró que de todas formas hubo formación de recursos.

Briva contó que aún no se ha hecho una evaluación formal de los resultados de la primera capacitación porque "no es parte del objetivo de esta etapa", y señaló que no se está pensando en formar a nuevos especialistas, sino "simplemente tratar de que se pongan en sintonía con la práctica de una especialidad que no es la de ellos”. De todas formas, sostuvo que la cátedra ha ido recogiendo las opiniones de los centros de salud y lo fundamental ha sido el "aspecto humano: cómo se integran esos colegas nuevos a un área que no es la propia”, algo que “en líneas generales viene funcionando bien". Sin embargo, acotó que eso no se puede transferir a resultados clínicos, y por eso es importante que estos médicos se sumen a grupos que ya estén trabajando.

La decisión de abrir una segunda convocatoria fue por varios motivos, manifestó a la diaria Arturo Briva, docente de la Cátedra de Medicina Intensiva. Por un lado, el aumento de la demanda en la asistencia por la cantidad de pacientes que ingresan a CTI requiere más recursos humanos. “Llevamos unas cuantas semanas aumentando los ingresos en CTI y es un desafío muy grande que estamos viviendo en todo el país”, expresó. Por otra parte, señaló que ante ese panorama, “muchos colegas” que no pudieron anotarse o completar el curso anterior plantearon interés en formarse para asistir en las unidades de cuidados moderados y críticos.

Briva sostuvo que la estructura, los contenidos y el “espíritu” del curso son los mismos que en la primera edición. El objetivo es “incorporar en la medida de lo posible colegas a las estructuras ya formadas de CTI” para realizar tareas de apoyo en la asistencia de los pacientes, siempre bajo la supervisión y la responsabilidad de un médico intensivista titulado. La fecha de inicio de la capacitación teórica (que será asincrónica) es el miércoles 21 de abril y se extenderá hasta el 4 de mayo. Luego se establecerá un plazo de al menos dos semanas para cumplir con las instancias prácticas. “El médico no necesita dos semanas enteras para la capacitación práctica, es un plazo para que se puedan acercar a los centros para irse integrando”, comentó Briva.

En la parte práctica se les pide a los médicos lo “más esencial” para poder incorporarse al trabajo: “conocer las rutinas que se realizan, los equipos que se usan, cómo se maneja la protección personal en ese lugar, cómo son los circuitos de circulación de pacientes con covid-19 y sin la enfermedad”. Todo eso para que cuando se incorporen al equipo tengan un conocimiento del entorno y del funcionamiento particular de cada centro.

“Estamos generando las oportunidades para que la ayuda sea efectiva. Si un médico trabaja en un hospital que está desbordado de pacientes y le piden que haga cosas para las que no está preparado, probablemente las haga igual. Lo que tratamos de hacer es reducir las diferencias entre una especialidad y otra para que sea un poco más sencillo para esos colegas ayudar”, expresó Briva.

Destinatarios y grupos

El curso está destinado a médicos que están haciendo el posgrado o la residencia de medicina intensiva (no titulados) y médicos no especialistas en medicina intensiva, que se dividirán en dos grupos. El grupo A estará integrado por posgrados y residentes de CTI, posgrados de medicina intensiva que aún no hayan rendido la prueba final, médicos anestesiólogos titulados, médicos residentes de anestesiología, médicos intensivistas pediátricos y médicos cardiólogos titulados con cargo desempeñado en un instituto de medicina altamente especializado. En este caso, los profesionales contarán con una capacitación teórica virtual obligatoria en la fecha comprendida por el curso y un módulo práctico en una fecha a determinar, señala el comunicado. Agrega que los médicos que realicen esta capacitación podrán realizar tareas como “médicos de apoyo en CTI bajo supervisión de un intensivista titulado”.

El grupo B estará constituido por médicos internistas, médicos neumólogos y médicos emergentólogos. En este caso, realizarán una capacitación teórica “no obligatoria” y otra instancia práctica -que sí será obligatoria- para “mejorar habilidades y competencias” para asistir a pacientes con covid-19, que estará “centrada en el manejo de la oxigenoterapia convencional y oxigenoterapia de alto flujo en cuidados moderados”. Al finalizar, cada participante recibirá un certificado en el que se especificará que el médico queda habilitado para desempeñar “tareas de apoyo en CTI solo en el marco de la emergencia sanitaria por SARS-CoV-2”.