Más de 15 pacientes debieron esperar este viernes en diferentes emergencias de hospitales de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) para ingresar a camas de CTI, informó Búsqueda en sus redes sociales. Según supo la diaria con base a fuentes médicas, la coordinadora de CTI de ASSE les explicaba a los médicos de guardia, cuando hacían una solicitud de camas, que tenía 25 pacientes por ubicar. Hospitales de gran porte de Montevideo cuentan con los dedos de una mano la cantidad de camas disponibles, no sólo para pacientes con covid-19, sino para cualquier patología que sufra una persona en riesgo de vida.

En algunos, como en el Pasteur, cuatro pacientes con covid-19 esperaron durante horas en la emergencia del hospital con ventilación artificial. Finalmente, dos lograron ingresar, mientras que los otros dos serían trasladados al segundo centro para pacientes con covid-19 que inauguró ASSE este viernes, en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología, que tiene un CTI de 12 camas para personas con coronavirus. Según supo la diaria, el CTI de adultos del Hospital Policial también se llenó este viernes.

El País publicó sobre las 18.30 que las autoridades estaban reunidas desde las 15.00 para resolver la situación. En diálogo con la diaria, fuentes de ASSE afirmaron que el nivel de demoras era “normal” y que ocurren casi a diario porque por momentos se satura la demanda, pero que con las altas que se dan en el correr de la jornada (por fallecimientos o por mejoras), los casos se resuelven. Negaron, además, que hubiera habido una reunión por la alta demanda de camas en CTI.

Fuentes médicas aclararon en diálogo con la diaria que la saturación en CTI de ASSE es frecuente en todos los inviernos y que se recurre a la compra de camas de CTI a privados, el problema es que esa capacidad está extralimitada.

La saturación que se dio este viernes en hospitales grandes de Montevideo no se había registrado hasta ahora desde el transcurso de la pandemia, y preocupa que se dé en un momento en que se dispone de 300 camas más que las que se tenían hace un año, cuando buena parte de la actividad quirúrgica está suspendida y no han empezado los fríos.

Demoras de SAME 105

El Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME 105) de ASSE recibe alrededor de 1.000 llamadas por día de pedidos de asistencia, contó a la diaria Mariela Navas, presidenta de la comisión interna de SAME de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP). Hace una semana eran 900 llamados, pero aumentaron, y el miércoles la lista de espera cerró en 300 personas. “El sistema está desbordado”, dijo, y este es sólo un eslabón de la cadena.

Desde hace al menos 15 días SAME 105 comenzó a registrar demoras de largas horas en espera en puerta de emergencia para la internación de pacientes en servicios de CTI y en cuidados intermedios. Navas sostuvo que las esperas a veces son de ocho horas. Las demoras se producen porque “no hay lugar en los servicios de internación”, dijo. En ocasiones, después de esperar algunas horas y ver que no se libera ninguna cama, la única alternativa es trasladar al paciente a un centro hospitalario del interior del país. Navas tiene esperanzas de que la inauguración del segundo centro de referencia covid-19 en el INOT dé un “poco de oxígeno a la situación”.

Las esperas se registran en los principales hospitales de ASSE de Montevideo, como el Pasteur y el Maciel, en el Español -el primer centro de pacientes con covid-19- y también en el Clínicas. El único hospital en el que no se registran demoras es en el Hospital Pereira Rossell, dijo a la diaria Silvana Pamparato, presidenta del núcleo de base del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) de SAME 105. En el caso del Hospital Saint Bois hay poca demora porque -por su capacidad de atención- recibe pocos pacientes.

En el interior no hay demoras

En diálogo con la diaria, Carlos Cardoso, presidente de la Federación de Prestadores Médicos del Interior (Fepremi), sostuvo que en el interior del país “prácticamente no hay demoras” en sanatorios y hospitales para el ingreso de pacientes que son trasladados por emergencias móviles tanto de ASSE como de prestadores privados o instituciones de asistencia colectiva. "A lo sumo se podrá estar esperando entre 15 y 20 minutos", señaló Cardoso, quien manifestó que en los casos de traslados de emergencias, urgencias y servicios de CTI "no existen esperas" porque los ingresos de pacientes se coordinan previamente a lugares donde hay disponibilidad.

Pamparato sostuvo que las demoras en las puertas de emergencia existieron siempre. No obstante, ahora aumentaron por el incremento de la demanda. Manifestó que los tiempos de espera “varían mucho” y dependen del día, la semana y la cantidad de pacientes. Señaló que en “promedio” hay demoras de “tres horas”. “Hay días que llegás [a la puerta de emergencia], hay bastante lugar y en 20 minutos estás ingresando el paciente. En otras ocasiones, tenés que esperar entre cuatro y seis horas”, dijo.

Pamparato aclaró que los pacientes clave uno -en situación de emergencia- “entran siempre” a los centros asistenciales y “no hay espera”. Lo mismo ocurre cuando hay una coordinación previa para el ingreso del paciente; una vez se concreta el traslado no se tiene que esperar en la puerta de emergencias. Es con los pacientes en situación de “urgencia” con los que se registran demoras. Para el ingreso de los pacientes con covid-19 la espera puede extenderse “un poco más” mientras se preparan el equipo de salud y la unidad con los elementos necesarios. Pamparato sostuvo que, por lo general, los pacientes que son trasladados a áreas respiratorias se coordinan previamente y se derivan a hospitales que tengan lugar para ubicarlos. Los que esperan más tiempo son, entre otros, pacientes cardiológicos o que tuvieron un accidente de tránsito pero se encuentran estables, manifestó.

Equipos resentidos

Durante la espera, los pacientes son atendidos por el personal de salud con los recursos que cuentan en las ambulancias, que tienen el equipamiento “absolutamente” necesario pero, de todas formas, no cumplen con las condiciones “óptimas” de atención, sostuvo Navas. Durante esa cantidad de horas que transcurren el paciente no recibe ningún tipo de alimento y las largas esperas influyen en la condición de salud en la que finalmente llega a ser hospitalizado.

Navas agregó que en esas circunstancias de trabajo, “el equipo de salud se resiente”. Todas esas horas que acompañan al paciente en la emergencia móvil lo hacen sin comer y sin quitarse el equipo de protección personal. Otra consecuencia negativa que se desprende de las largas esperas es que, al tener una ambulancia ocupada durante tanto tiempo, se retrasa la atención a otros pacientes hasta que el móvil se libere.

Pamparato sostuvo que por la pandemia se registraron “brotes” de coronavirus en emergencias de diferentes hospitales. Esta situación determinó que se tuvieran que cerrar puertas de emergencias y dejar de recibir pacientes para sanitizar puertas, hisopar a mucho personal de salud y que tuvieran que realizar cuarentena. Por ejemplo, esto sucedió en el Hospital Maciel a raíz de un brote en el sector no covid-19, y el centro no pudo recibir pacientes por 12 horas, contó la médica.

“El sistema está desbordado”, reafirmó Pamparato. Consideró que esta situación no pasa por las camas disponibles en CTI, sino porque las personas están horas en espera para que se atienda su llamada, porque los seguimientos de los pacientes con covid-19 no se realizan con periodicidad cada dos o tres días, porque los hisopados demoran en realizarse y en entregar los resultados, y como hay una fuerte demanda por consultas por coronavirus, hay otras patologías que están quedando solapadas. Todos esos motivos generan que “se están trasladando pacientes cada vez más graves”, manifestó.

Pamparato consideró que el foco de atención está en el funcionamiento de los servicios de CTI, cuando el resto de los sectores de la asistencia (emergencia prehospitalaria, puerta de emergencia, consultas telefónicas, entre otros,) están “mucho más demorados” y planteó que de esa forma se dificulta la atención a los pacientes que la requieren para evitar que empeoren sus cuadros de salud y lleguen a cuidados intensivos.

Pamparato señaló que, al igual que otros sectores de la salud, en las emergencias hay “problemas” de recursos humanos; “hay compañeros en cuarentena, hay compañeros enfermos”, dijo y señaló que “en la puerta te falta un enfermero y funciona igual, pero la ambulancia si no tiene enfermero, médico y chofer, no podés salir”. Por eso, hay días en los que hay móviles fuera de servicio por falta de personal, médico y no médico.

Demoras en emergencias privadas

En las emergencias móviles de servicios privados en Montevideo la situación es similar a la del sector público. La médica Érika González, representante de las emergencias móviles en la Unidad de Negociación Colectiva del SMU dijo a la diaria que las demoras en puerta de emergencia se repiten en todas las instituciones privadas, alcanzan en promedio "hasta tres o cuatro horas" y, en general, ocurren con pacientes con covid-19 o sospecha de coronavirus. "Estamos teniendo demoras para recibir a todos los pacientes, pero fundamentalmente los pacientes con covid-19, confirmados o no", subrayó la médica y planteó que la situación preocupa porque los equipos tienen una mayor exposición por permanecer aislados por tiempo prolongado en las ambulancias con el paciente.

Las demoras, al igual que en el sector público, se deben en muchos casos a la disponibilidad de camas en los servicios de internación. La médica sostuvo que a veces se debe aguardar a que los pacientes "suban a piso" o sean trasladados para que se vacíen las áreas que están destinadas en la emergencia a pacientes con coronavirus o con patologías respiratorias y puedan ingresar otros. Otro factor que influye en las esperas es que una vez que se va un paciente de un área de la emergencia se debe realizar un proceso de limpieza que toma tiempo.

Los prestadores privados también tienen demoras en la respuesta a las llamadas. "Es un círculo vicioso", sostuvo González. La cantidad de unidades con las que cuenta cada emergencia móvil es fija y si los móviles se demoran, hay menos unidades operativas, manifestó la médica. "Las demoras en las puertas de emergencia resienten la asistencia en los domicilios, señalo. Asimismo, en el sector privado se repiten las dificultades de disponibilidad de recursos humanos por personas médico y no médico enfermo o en cuarentena.

Víctor Muniz, integrante de la Red de Sindicatos de Trabajadores de la Emergencias Móviles de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) también sostuvo que las demoras se dan en su mayoría con pacientes con SARS-Cov-2 positivo. Muniz dijo que la duración de las esperas es variable y no ocurren todos los días, pero en los días de mayor saturación las demoras alcanzan hasta 10 o 12 horas. "Es difícil tener un paciente con un cuadro respiratorio en una ambulancia durante tantas horas. Además, eso produce un desgaste y cansancio muy grande de los equipos asistenciales", expresó Muniz.