La División Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP) era dirigida, hasta hoy, por Raquel Rosa, que fue desplazada del cargo y ahora será asesora directa de la Dirección General de la Salud (Digesa) del MSP, a cargo de Miguel Asqueta.

El ministerio comunicó el viernes que hubo una reestructura, y si bien no menciona quién quedará a cargo del área de Epidemiología, menciona que Adriana Alfonso se desempeñará como “encargada del área de Vigilancia en Salud de la Población”.

Alfonso es médica especialista en epidemiología por la Universidad de Córdoba y especialista en geriatría y gerontología. Dirigía el Departamento de Vigilancia en Salud, que hasta ahora estaba dentro de la División Epidemiología, junto con el Departamento de Vigilancia en Frontera y el Departamento de Salud Pública.

Según supo la diaria, el cargo de Rosa fue ofrecido a varias personas, pero ninguna aceptó; Rosa había accedido por concurso. El comunicado del MSP no deja claro si Alfonso asumirá la función de dirigir la división. Por el momento, se halla en un lugar nuevo, en un área que hasta el momento no existía.

Rosa es médica especialista en epidemiología, en salud pública y en parasitología y micología médica. Es funcionaria del MSP desde 1992 y dirigió la División Epidemiología de 2007 a 2015. En la administración de Jorge Basso fue nombrada subdirectora de la Digesa y luego directora, en mayo de 2017. Cuando asumieron las actuales autoridades del MSP, Rosa volvió a su cargo al frente de la División Epidemiología.

En marzo de 2020 Rosa y otros ocho técnicos de Epidemiología habían puesto su cargo a disposición, por entender que las autoridades del MSP no estaban escuchando sus recomendaciones técnicas para enfrentar la epidemia por covid-19. La diferencia surgió cuando el ministro de Salud, Daniel Salinas, anunció en una conferencia de prensa que se les seguiría haciendo test diagnósticos a todos los casos sospechosos de tener covid-19. La estrategia diseñada por el anterior gobierno, y ratificada por las actuales autoridades del MSP, establecía que cuando el virus alcanzara circulación comunitaria, no se harían test diagnósticos a quienes presentaran casos no graves de covid-19, por entender que era muy probable que tuvieran el virus y porque el tratamiento en la enorme mayoría de los casos no variaría (se indica reposo, al igual que para cualquier otra afección respiratoria viral).

Lo que había molestado a los técnicos de Epidemiología era la comunicación interna del MSP –se habían enterado del cambio por la prensa- y el rol de la Junta Nacional de Salud en temas sanitarios que debía tomar la Digesa. Tanto Rosa como Alfonso habían firmado la carta de renuncia.

Además de ser especialista en epidemiología y en geriatría, Alfonso es magíster en dirección de empresas de salud y tiene un posgrado en administración de servicios de salud. Ha sido consultora de la Organización Panamericana de la Salud, ha trabajado como geriatra en varias mutualistas, y en 2010 ingresó por concurso a la Dirección Técnica de la Dirección Nacional de Sanidad de las Fuerzas Armadas. Ha integrado, también, el comité editorial de la revista Salud Militar de las Fuerzas Armadas. Según consta en su currículum, sus principales actividades están vinculadas a la investigación epidemiológica de casos y brotes y al registro de casos en bases de datos. En enero Alfonso había dado varias notas de prensa sobre la implementación del rastreo tecnológico con el celular, por el cual las personas con covid-19 pueden enviar al MSP, por mensaje de texto, datos sobre sus síntomas y sobre contactos.

En la sesión del martes 13 de la Comisión de Salud del Senado, en que los legisladores recibieron a las autoridades del MSP, Alfonso fue designada por Salinas para exponer el informe epidemiológico, en el que también había trabajado Rosa.