Entre fines de mayo y principios de junio proliferaron varios videos publicados en diferentes redes sociales (la mayoría salieron de Tiktok) en los que sus protagonistas afirmaban que, luego de haberse vacunado contra el coronavirus, habían quedado magnetizados. Las supuestas pruebas implicaban colocarse monedas en el cuerpo y demostrar que estas quedaban adheridas a la piel.

La mayoría de los videos empezaron como un reto y fueron hechos a modo de broma dentro de TikTtok, pero luego fueron compartidos sin contexto a través de grupos de Whatsapp o canales de Telegram de movimientos disidentes de la pandemia o de grupos antivacunas afirmando que el supuesto magnetismo se debía a un microchip que vendría con la vacuna.

Las vacunas contra la covid-19 no contienen tipo alguno de metal entre sus componentes y son libres de hierro, níquel, cobalto, litio u otros productos manufacturados como microelectrodos, nanotubos de carbono o nanocables semiconductores, como se puede comprobar en los informes de organismos como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Algunas sustancias que pueden ser metálicas, como el sodio o el potasio, sí pueden estar presentes en las vacunas, pero ni siquiera lo están en forma sólida, sino líquida, lo que impide que tengan interacciones magnéticas con cualquier elemento, según indicó la ingeniera eléctrica y profesora de Química de la Universidad de Berkeley Naomi Ginsberg en un artículo publicado en Wired el lunes 21 de junio.

¿Hay vacunas que puedan contener algún tipo de metal? Algunas, como las que se utilizan para combatir el tétano o la difteria, contienen sales de aluminio como adyuvante para aumentar la respuesta inmunitaria, pero en cantidades muy pequeñas, inferiores incluso a la cantidad de aluminio que un niño puede recibir de la lactancia materna en los primeros seis meses de vida, según señalaba el Colegio de Médicos de Barcelona en un artículo publicado en Redacción Médica en diciembre de 2019.

Además, el aluminio es un metal que no tiene propiedades magnéticas, por lo que no funciona como imán.

Entrevistado por la BBC el 22 de mayo, el físico Eric Palm, integrante del Laboratorio de Altos Campos Magnéticos de la Universidad Estatal de Florida, explicó que incluso en caso de que en la vacuna se inoculara un metal, el tamaño de la aguja es tan pequeño que no habría sustancia magnética de suficiente tamaño como para generar la fuerza necesaria de atraer una moneda a través de la piel.

De hecho, que una moneda quede adherida a la piel del cuerpo es algo que se debe más a la tensión superficial cutánea y oleosa asociada con esta práctica u otros trucos como residuos de pegamentos.

Este contenido forma parte del proyecto Aliados contra la Desinformación, apoyado por OPS/OMS y Unicef para brindar información de calidad sobre las vacunas contra el covid-19.