20 de las 39 camas de Izcali están reservadas para personas usuarias de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), de ahí el papel del prestador público en el funcionamiento de este centro de tratamiento y rehabilitación del uso problemático de drogas, que se ubica en pleno Parque Rodó, en un local del Ministerio de Salud Pública donde antes funcionaba el hospital Pedro Visca. Abril fue el último mes que ASSE le pagó a Izcali, y por eso los administradores del centro habían anunciado que, si no recibían hoy el pago atrasado, suspenderían la asistencia de los usuarios de ASSE y los enviarían a sus casas, informó este jueves el semanario Búsqueda.

El centro alega que es imposible continuar cumpliendo con la asistencia si no recibe ingresos. Hasta ayer, ASSE no le había pagado, pero el centro, que le había avisado la semana pasada a los funcionarios, a los familiares y a los usuarios de la situación, resolvió esperar para tomar la decisión anunciada. “Decidimos hoy [por ayer] que no vamos a tomar mañana esa medida, estamos a la espera de la posibilidad de que nos paguen un mes, con ese mes podemos pagar los sueldos de los funcionarios, cuando venga el BPS [Banco de Previsión Social] podemos pagarlo, y a algunos proveedores”, explicó a la diaria Miguel Hernández, psicólogo y director de Izcali. “Vamos a tratar de no retirar a los usuarios, porque algunos ingresaron hace poco y en la situación en la que están, sería bastante complicado para ellos ir a sus casas en una situación de total inseguridad”, agregó.

Cuestión de números

Hasta ahora, ASSE paga 1.333.000 pesos mensuales por la contratación de las 20 camas. ASSE ata el pago de las facturas atrasadas a la firma de un nuevo convenio: el subgerente general de ASSE, Ramón Blanco, dijo a Búsqueda que cree “justo” pagarle a Izcali cada una de las cuatro facturas de 1.300.000 pesos y hacer un nuevo contrato, y en eso marca una diferencia con Juan Behrend, gerente administrativo de ASSE, quien proponía pagarles 1.000.000 de pesos por factura, según informó el semanario.

Lo cierto es que con el contrato ya vencido y con los servicios prestados, las negociaciones por el nuevo convenio, que datan de febrero, no han dado en el clavo, y terminaron cruzándose con el pago de la deuda. Para Izcali esto es “una presión”, porque se unen cosas diferentes.

Para continuar las negociaciones, ASSE espera una nueva propuesta de convenio de Izcali, que había rechazado la del prestador que, según informó Hernández, consistía en bajar el pago mensual a 1.000.000 de pesos y, al mismo tiempo, aumentar el cupo de camas de 20 a 25. “Es mucha la diferencia”, evaluó el director.

Según Búsqueda, Behrend le envió el 3 de setiembre una carta a Izcali en la que afirmaba que “es notoria la asimetría del servicio brindado a ASSE frente al que brinda a terceros”. Hernández negó que esto fuera así: “Comen todos la misma comida, duermen todos en las mismas camas, no hay ningún VIP, todos tienen la misma estufa o la posibilidad de sentarse en tal lugar en la mesa, no hay ningún tipo de discriminación, el servicio es exactamente el mismo”, dijo, y agregó que el centro le envía a ASSE las facturas con todos sus ingresos y egresos e información sobre los usuarios, que es corroborada por una veedora de ASSE.

Si se divide el número total de ingresos mensuales por camas contratadas, da que ASSE paga 2.150 pesos por usuario. Este costo es superior al promedio de 1.500 pesos por día que pagan las mutualistas, reconoció Hernández. Dijo, también, que Izcali suele atender a 22 usuarios por el pago de 20 (20% más) y acotó que, si tienen un usuario que no tiene internación completa, sino que va al centro diurno, lo contabilizan con medio usuario, y que, si están en la fase final del tratamiento, lo contabilizan como la cuarta parte de un cupo, por eso el número de 20 puede ser superior.

Hernández detalló que ASSE ahora ya no quiere financiar más tratamientos completos, que tienen una duración de diez meses, sino que incluyan tres meses de internación; en ese esquema, no habría más usuarios diurnos. La última propuesta de Izcali era ofrecer 21 camas y desarrollar dos grupos terapéuticos, el primero dirigido a usuarios que recién ingresan y el segundo a los que ya tienen adherencia al tratamiento.

la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con autoridades de ASSE. Según había informado a fines de mayo a este medio Pablo Fielitz, el director de Salud Mental y Poblaciones de ASSE, se estaba trabajando para reforzar la atención de personas que quieren dejar de consumir drogas, a través de la creación de una unidad de desintoxicación, un centro diurno y una casa de medio camino; en ese momento, Fielitz había anunciado que ASSE pretendía ampliar el cupo en Izcali, creando 20 cupos más.