La Asociación de Residenciales de Adultos Mayores (Aderama) y la Sociedad Uruguaya de Gerontología y Geriatría (SUGG) expresaron su disconformidad con el nuevo protocolo que presentó el Ministerio de Salud Pública (MSP) para los establecimientos de larga estadía para personas mayores (elepem).

El documento se conoció el miércoles y contiene nuevas medidas y recomendaciones para las visitas y las salidas de los residentes con el fin de prevenir el contagio de SARS-CoV-2. Permite la visita de más de un familiar a la vez sin establecer límite de tiempo; habilita las excursiones y las salidas con familiares. Al regreso al establecimiento, el residente no tendrá que hacer cuarentena ni presentar un test de PCR. El protocolo dispone, además, el restablecimiento paulatino de los talleres que se desarrollaban en los residenciales, comenzando por las actividades que no requieren contacto estrecho entre residentes y talleristas; aquellas actividades que exijan materiales difíciles de sanitizar siguen suspendidas por el momento. Por otra parte, todos los funcionarios del elepem, vacunados o no vacunados, deberán permanecer con el tapabocas durante toda la jornada laboral, incluyendo el tiempo de descanso.

Intercambios y discrepancias

Si bien el presidente de la SUGG, Dardo Roldán, consideró favorable que el MSP se haya pronunciado sobre el tema, en diálogo con la diaria afirmó que “la publicación de las nuevas recomendaciones no se dio en el marco que se había acordado” en la reunión que habían mantenido el martes con la subdirectora general de Salud, María Luján Giudici. “No es lo claro que esperábamos”.

En la misma línea se expresó Gustavo Díaz Gadea, integrante de la directiva de Aderama: “Nos pareció que era muy escueto. Está mal escrito, hecho a las apuradas y sin pensar”, explicó a la diaria. Opinó, además, que el que hizo el protocolo “estaba sentado atrás de un escritorio y nunca estuvo en un residencial”. En contraposición, dijo que el documento que le habían presentado el martes al MSP era “realmente lo que se merecía el país y los residenciales en este momento”.

Según Díaz, una de las diferencias fundamentales que tiene el documento del MSP con respecto al que había propuesto la asociación es que no hace distinciones entre vacunados y no vacunados. Indicó que si bien puede entender esta posición porque la inmunización no es obligatoria, el ministerio debería dar la potestad a los directores técnicos de los residenciales de tomar medidas en el caso de los familiares no vacunados.

Aderama proponía cambiar lo que era una burbuja sanitaria cerrada en el residencial por una “burbuja inmunitaria” de modo que los familiares que visitaran a los adultos mayores estuvieran completamente inmunizados. Consultada por la diaria, Giudici respondió que “se escucharon y se tomaron en cuenta las recomendaciones de todos quienes participaron en la reunión excepto aquellas recomendaciones o puntos que el MSP considera que desde el punto de vista epidemiológico o jurídico no se podían tomar”. La directora agregó que el MSP mantiene un diálogo permanente con las empresas de residenciales y con SUGG y que “los protocolos han acompañado la evolución epidemiolígica”.

Visitas y controles

El nuevo protocolo del MSP mantiene la suspensión de visitas en los elepem en los que haya personas con coronavirus o sospechosas de tener covid-19 (salvo ante casos excepcionales en función de la situación de un residente, algo que ya era contemplado). En los establecimientos en donde surja un brote de covid-19, las visitas se suspenderán hasta que este culmine. En aquellos en que no haya casos positivos ni sospechosos, el familiar deberá utilizar doble tapabocas y sobretúnica durante toda la visita y el residente tendrá que usarlo “siempre y cuando no tenga contraindicación” para hacerlo, dice el texto. Se sugiere evitar el saludo con “abrazo, beso o apretón de manos”, especifica el protocolo; en caso de hacerlo, el ministerio recomienda “que ambas personas estén vacunadas con esquema completo, utilizando el residente tapaboca y el visitante sobretúnica y tapaboca”.

Con respecto al plazo de duración de la visita, Giudici respondió que se ajusta al número de residentes, porque “no es lo mismo un elepem que aloja diez personas al que aloja 20 o a aquel que aloja a 100 personas”. El texto consigna que para evitar “aglomeraciones y alto tránsito de personas”, el titular del establecimiento deberá coordinar y controlar la agenda de visitas, que tendrá que diseñar en conjunto con el director técnico del elepem. Según Giudici, de este modo “se da mayor flexibilidad a aquellas familias que visitan asiduamente a sus familiares”.

Para las salidas o paseos con familiares, se pide el uso de tapabocas incluso para los residentes. Según Díaz, “es desmedido” que esto se aplique a las personas que están inmunizadas. “Los residentes generalmente tienen trastornos conductuales que a veces hacen que se los quieran sacar, que se sientan mal o no puedan respirar con ellos”, comentó. Otro problema, añadió, es que muchos tienen dificultades auditivas y el uso de tapabocas por parte de familiares constituye otro obstáculo en la comunicación.

Por otro lado, el ministerio estableció que los familiares que hayan viajado al exterior no podrán concurrir al residencial hasta cumplidos los siete días de su retorno y presenten el resultado negativo de un test de PCR. Díaz aclaró que se les puede exigir a los familiares exhibir el pasaporte para comprobar que cumplieron los requisitos estipulados.

En la reunión del martes, el MSP había planteado que las nuevas medidas comenzaran de forma escalonada el domingo 5, cuando hayan pasado los 15 días de la Noche de la Nostalgia. Díaz reclamó que el protocolo no sólo comenzó a regir cuatro días antes, si no que lo recibieron a través de los prestadores de salud, sin la posibilidad de poder dar una devolución al respecto.

Giudici señaló que el ministerio hace “un control indirecto” del cumplimiento de las medidas en los elepem “a través del registro y seguimiento diario que lleva el MSP por medio de la División de Vigilancia Epidemiológica”, para lo que evalúa indicadores como el “número de casos positivos, número de brotes, mortalidad”.

Si bien mencionó que podrán aplicarse sanciones, destacó que confían en la “cooperación” que todos los actores han mostrado hasta ahora, y mencionó a las personas que residen en los elepem, a familiares, funcionarios, titulares de establecimientos, directores técnicos, los prestadores de salud y asociaciones de residenciales. En ese sentido, destacó que “la estrategia iniciada en marzo de 2020 para evitar la morbimortalidad en personas que residían en elepem en nuestro país ha sido un éxito en comparación con otros países, incluso desarrollados”.