Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 50 millones de personas en el mundo son afectadas por la demencia y alrededor de 60% de ellas viven en países de ingresos medios y bajos. Cada año se registran diez millones de nuevos casos y se calcula que entre 5% y 8% de la población de 60 años o más padece este síndrome, que se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva. Este martes es el Día Mundial del Alzheimer, la forma más común de demencia. De acuerdo a los datos publicados por la OMS, se calcula que representa entre 60% y 70% de los casos, además de ser una de las principales causas de discapacidad y dependencia de las personas mayores. En Uruguay, se estima que afecta a más de 50.000 personas. El Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim) advirtió que se prevé que su incidencia en la región se multiplique por tres en los próximos 30 años debido a un aumento de la esperanza de vida y la mejora en la atención de otras patologías.
Con este escenario, el Cudim trabaja en distintas y complementarias líneas de investigación para lograr avances en el diagnóstico de la enfermedad y en la atención de los pacientes mediante un tratamiento más preciso. El Cudim es un centro especializado que se inauguró en 2010 y permitió, además de la investigación clínica, el acceso de la población a tomografías por emisión de positrones (PET-CT) para el diagnóstico de distintas enfermedades, entre ellas las neurológicas.
Actualmente la institución trabaja, en concreto, en un nuevo radiotrazador que logre diagnosticar precozmente el Alzheimer, según adelantó a la diaria Milton González, director administrativo adjunto de la institución. “Un radiotrazador o radiofármaco –son sinónimos y se usan indistintamente– es un compuesto que está marcado con un radionucleído, es decir, que emite radiaciones que pueden ser detectadas por el equipo PET-CT y traducir estas emisiones en imágenes”, puntualizó. El objetivo de esta investigación que está en etapa preclínica, a cargo de la doctora en Química Ingrid Kreimerman, es visualizar las células denominadas astrocitos, que son las encargadas de darles soporte trófico y metabólico a las neuronas.
Una de las teorías alternativas de las posibles causas del Alzheimer se basa en que estas células pueden tener un comportamiento negativo y ser parte causal de los procesos degenerativos, según acotó a la diaria Florencia Arredondo, doctora en Ciencias Biológicas e integrante del equipo de investigación preclínica del Cudim.
Este estudio está en proceso de investigación preclínica para pasar posteriormente a la clínica. “Eso es lo que se llama investigación traslacional, cuando pasamos del conocimiento adquirido en laboratorio preclínico al paciente, es decir, de la mesada a la clínica”, señaló.
Se estima que en un plazo de un año y medio el estudio, que es abordado desde el área química, tenga algunas “conclusiones importantes” vinculadas al funcionamiento de este nuevo radiotrazador en modelos preclínicos, dijo a la diaria Andrés Damián, médico en medicina nuclear del Cudim. El objetivo final, explicó, es que la mejora en los rendimientos diagnósticos tenga un impacto en la terapia de los pacientes, y aseguró que a “mediano plazo es esperable que llegue a conclusiones relevantes en ese sentido”.
Asimismo, subrayó que una de las mayores fortalezas del centro es que, en el mismo lugar, se investigan desde los procesos moleculares específicos que generan la patología hasta llegar al trabajo clínico con los pacientes. El centro tiene “tres patas” bien definidas y complementarias, especificó Arredondo. La investigación preclínica estudia los procesos, las causas y los posibles “blancos diagnósticos”; el área química trabaja en posibles radiotrazadores que, justamente, luego se pueden utilizar en la clínica para mejorar el diagnóstico y las posibles terapias de la enfermedad. “Es una de las pocas instituciones en las que se puede lograr esto hasta llegar a la práctica clínica concreta, y en eso estamos trabajando”, agregó Damián.
Línea de investigación original
Una de las principales líneas de investigación de Henry Engler, impulsor y director del Cudim desde su fundación hasta 2018, fue sobre el Alzheimer. “Él sentó las bases del trabajo para enfocar una parte de la estructura del Cudim en esta enfermedad”, reconoció González. Pese a esto, explicó: “Lo que ha pasado ahora es que con la evolución, los nuevos conocimientos a nivel internacional y el intercambio con otras instituciones, el Cudim hoy tiene una línea de investigación original, totalmente distinta, sin desconocer el conocimiento en donde se fue apoyando”.
¿Cuáles son las causas del Alzheimer? ¿Cómo se puede tratar la enfermedad? ¿Cómo se puede diagnosticar? Estas son las preguntas que los profesionales que trabajan en la institución a nivel preclínico buscan responder. “Estudiamos los procesos que ocurren en un cerebro que está padeciendo Alzheimer”, señaló Arredondo. Enfatizó que lo que busca la institución es “cambiar el enfoque” y “abrir la cabeza a nuevas hipótesis” para detectar si en esta enfermedad, que es “multicausal”, también están involucrados otros actores celulares. “Trabajamos con diversos modelos y, de alguna manera, lo que hacemos es buscar resultados que después lleven a postular blancos celulares o moleculares que estén alterados en la enfermedad”, comentó. Esto permite atacarlos para prevenir el Alzheimer o identificarlos para saber de manera temprana que el paciente tiene la enfermedad.
Dentro del cerebro de una persona con Alzheimer suceden distintos procesos: la muerte de neuronas, también muchas veces inflamación y depósito de proteínas específicas. “En el área clínica nosotros tenemos la posibilidad de ver en imágenes varios de esos procesos” a través del equipo PET-CT, recalcó Damián. Este tipo de exámenes, que son indicados por el neurólogo o el médico de cabecera de cada paciente, permite la mejora en los pacientes no sólo en relación a su pronóstico sino también a los fármacos que se pueden utilizar para el tratamiento, manifestó.
Pero, además, están las investigaciones que se han hecho en el área clínica. “Permitieron optimizar el uso de las herramientas de imagen molecular para el diagnóstico de diversas patologías neurodegenerativas, como el Alzheimer”, explicó. Muchas veces los pacientes tienen síntomas solapados, como puede ser el olvido. “Cuando los pacientes se empiezan a olvidar de cosas, o tienen alguna conducta fuera de lo normal, sobre todo en etapas tempranas de la enfermedad, pueden quedar algunas dudas diagnósticas. Y es en estos pacientes que nosotros aportamos información de mayor utilidad para caracterizar mejor el diagnóstico”, agregó.
Financiación de estudios
El Cudim estudia a pacientes de distintas procedencias, tanto del subsector público como del privado. El Fondo Nacional de Recursos (FNR) cubre indicaciones clínicas del PET en diversas patologías, como las oncológicas, y, entre las neurológicas, la epilepsia y los tumores, pero el estudio de las enfermedades neurodegenerativas no está cubierto por el FNR. En estos casos, el costo estimado es de 1.500 dólares.
González subrayó que uno de los fines del Cudim es que ninguna persona que necesite este tipo de estudios se quede sin poder realizárselo. Por eso, su cobertura dependerá de la situación particular de cada paciente. Muchas veces la institución negocia con los prestadores y estos se hacen cargo del costo; otras veces corre por cuenta de la familia o del paciente; un último recurso, en el que la institución invierte mucho dinero cada semestre, es que el propio Cudim asuma el costo del estudio. Esto sucede si luego de llenar una declaración jurada de ingresos un comité integrado por distintos miembros del centro entiende que el paciente no llega a determinado nivel de ingresos para poder costearlo.