El destino de Casa de Galicia se sigue negociando desde que el 23 de diciembre se determinó el cese de actividades, tras la acumulación de deudas millonarias. El plan del gobierno para la mutualista consiste en atenerse a un esquema adaptado a la actualidad del que se aplicó en 2001, tras la crisis del sistema mutual. Esto implica que los más de 45.000 afiliados a Casa de Galicia se distribuirán en otras mutualistas con menos de 100.000 socios, con la particularidad de que tengan presencia en el oeste montevideano, en donde Casa de Galicia es una referencia. Según informó Búsqueda este jueves, en base a fuentes del sector, las instituciones que absorberán a los socios serán Círculo Católico, Hospital Evangélico, Universal y Cudam.

El semanario agrega que fuentes del Ministerio de Salud Pública dijeron que el proceso de distribución aún no está definido, pero que se buscará que sea parejo y cada una de ellas se quede con algo más de 10.000 socios.

El hecho de que se continúe con la negociación de esta forma entra en tensión con la decisión de los trabajadores. La propuesta del gobierno tenía el respaldo de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), ya que en el aspecto laboral se había acordado que de los 1.300 trabajadores no médicos, 840 fueran absorbidos por otras instituciones y 460 fueran a un seguro de paro especial. Sin embargo, la Asociación de Trabajadores de Casa de Galicia (Afuncag) decidió revocar el respaldo que se le había dado a la FUS y se votó buscar otra propuesta que contemple la redistribución de un número más grande de trabajadores.

Según el sindicato, los motivos por los que se revocó la decisión fueron que la mayoría de los trabajadores entendieron que, “además de las irregularidades comprobadas por el estatuto, se había votado en base a amenazas y al miedo”. Para ellos “el plan B” del gobierno, que se contrapone a continuar con la institución funcionando, “nunca fue una opción a descartar”, pero aseguran que no se debería proceder “firmando un cheque en blanco”.

Ahora el sindicato quedó liderado por una comisión interina de seis trabajadores votados en asamblea, más tres integrantes de la comisión fiscal, tras la renuncia de la mesa directiva del gremio, y la comisión electoral tiene que hacer un llamado a elecciones, que deberán realizarse la próxima semana.

Otra de las opciones sobre la mesa es que la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) se quede con la mutualista. El lunes 17 Leonardo Cipriani, presidente de ASSE, quien se encarga de la gestión médica de la institución mientras se resuelve qué hacer, dijo en el programa Así nos va, de radio Carve, que para ASSE la mutualista “es un centro más que se puede seguir gestionando sin problema” y que “quedarse con la infraestructura de Casa de Galicia sería poder ampliar la atención en la zona norte, que es muy necesaria”. Añadió que esta propuesta se la presentaron al MSP y que depende “del ministerio, de la economía –por lo cual se están haciendo números– y del sector judicial”.

Tras esas declaraciones, Pablo Cabrera, representante de los trabajadores en el Directorio de ASSE, consideró en diálogo con la diaria que es bueno “lograr tener en salud pública el fortalecimiento de los servicios que en esa zona se necesitan”, y que los trabajadores “estarían muy de acuerdo, ya que ASSE tendría la capacidad de expandirse y que la estructura de Casa de Galicia sea nuestra”.