En el marco de la Semana Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama varias instituciones, entre ellas, el Hospital Maciel de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Hospital de Clínicas de la Universidad de la República (Udelar), brindarán diferentes instancias de concientización, prevención y actividades vinculadas a este tipo de cáncer.

En diálogo con la diaria Pablo Sciuto, cirujano especialista en mastología, explicó varios puntos vinculados a la enfermedad. En principio, recordó que las causas del cáncer de mama son el resultado “de la interacción de múltiples factores”; por un lado, al igual que en toda enfermedad neoplásica, “hay una carga genética adquirida” que a raíz de varias investigaciones “se puede decir que son reconocibles”, porque “hay algunos genes que tienen determinada importancia en términos de herencia”.

De todas formas, la gran mayoría de los casos no son hereditarios sino que se vinculan con los demás factores. “El hecho de ser mujer” es el factor de riesgo más importante, y el segundo, envejecer. Según las expectativas de vida de los países y dependiendo del medio socioeconómico y cultural, vinculado a las dietas y los modos de vida, “el riesgo promedio para una expectativa de vida de 80 años es una de cada diez mujeres”. Entonces, lo hereditario, más el modo de vida de cada mujer y la interacción con otros tantos factores, “es lo que hace que la enfermedad aparezca”, resumió Sciuto.

En Uruguay ese riesgo se traduce en alrededor de 1.800 casos por año. “Es una cifra que los últimos años aumentó, junto a las políticas de screening, tamizaje y detección”. Las muertes anuales por este tipo de cáncer rondan los 650 casos.

Prevención y tratamiento

Si bien es un tipo de cáncer con incidencia elevada, los métodos de prevención, detección y tratamiento han evolucionado los últimos años. La prevención se divide en dos tipos: primaria y secundaria. En cuanto a la primaria, adquirir determinadas conductas como una alimentación saludable, evitar el consumo de alcohol, llevar un estilo de vida físicamente activo y la lactancia precoz o mantenida son “factores protectores” que tienen “cierto impacto en que el cáncer se desarrolle con menos frecuencia”. La prevención secundaria, en tanto, es la que se acompaña con políticas de salud, como el diagnóstico precoz, y se fundamenta en la imagenología; esto es que las mujeres mayores de 40 años se realicen mamografías cada dos años.

“Diagnosticar la enfermedad en un estadío muy precoz” brinda “posibilidades de cura claras, concretas y efectivas, a través de tratamientos menos agresivos”, detalló Sciuto. En cuanto a tratamientos “tenemos todo”, aseguró; lo que debe suceder es que se planteen de manera multidisciplinaria. “Sabemos que hay varios subtipos de cáncer de mama y dependiendo de cuál se trate” es lo que se aplica, acotó. Se puede aplicar cirugía o tratamientos sistémicos, que se dividen por instancias y se determinan avances. De todas maneras, en general, “el cáncer de mama se opera al inicio” y luego, según otros factores, se agregan otros tratamientos como hormonoterapia y quimioterapia.

“El mensaje que damos en octubre debería ser anual”, consideró Sciuto, que entendió importante difundir algunos puntos en cuanto al autoexamen mamario y a la importancia de la mamografía, así como de algunas características propias que varían según el cuerpo de cada mujer. “Tener la mamografía al día y conocer el propio riesgo es el mejor escenario para un diagnóstico precoz, prevención y buenos resultados postratamientos”, sostuvo.

Agregó que es deseable “no confundir” algunas cuestiones vinculadas al autoexamen, porque, si bien es parte de la prevención, “cuando a través de este método se palpa algo es porque la enfermedad ya tiene visibilidad clínica”, es decir, un estado posiblemente avanzado. En cambio, la mamografía muestra “un estado precoz de la enfermedad” que tal vez no sea detectable al tacto.

Por último, en cuanto al riesgo personal, Sciuto ejemplificó que la mayor densidad mamaria es uno de los factores a tener en cuenta, dado que si bien “no es una patología” hace a un “riesgo mayor”, porque porcentualmente tiene “más glándula, lo que hace que pueda ser más frecuente que se desarrolle el cáncer”.

Mamografías en el Hospital Maciel

A partir de este lunes, en el Hospital Maciel, por segundo año consecutivo y hasta el próximo miércoles, se realizan mamografías a pacientes que tengan 40 años o más. El martes y miércoles el servicio de imagenología estará dedicado a realizar este estudio a quienes se inscriban de forma presencial o telefónica, a través del 2915 3000, interno 2204.

Martín Rodríguez, integrante del servicio de Imagenología del hospital, comentó a la diaria que las tres jornadas permiten “triplicar la agenda de mamografías” a través de la entrega de vouchers a las pacientes que necesitan realizarse el estudio. Aclaró que la mamografía se indica entre los 40 y 50 años “si la paciente tiene factores de riesgo”; de lo contrario, la recomendación es empezar con las mamografías a partir de los 50 años, cada dos años.

Recordó que el área de Imagenología del Maciel cuenta con mamógrafo hace aproximadamente un año. 2021 fue el primer año en que se hizo la jornada de prevención y el primer día hubo 200 personas anotadas. En la convocatoria “notamos la necesidad del estudio y lo organizamos por agenda”, contó Rodríguez.

Este miércoles el Programa de Mama del Hospital de Clínicas cumplirá un año. El programa de rápida detección, que tiene el objetivo de garantizar a los pacientes un acceso rápido al diagnóstico y a los tratamientos, en su primer año de funcionamiento atendió a más de 150 pacientes.

Por otra parte, también este miércoles, habrá varias actividades en el hall del Clínicas. Desde las 9.00 y hasta las 15.00 se podrán acercar todas las personas que quieran donar cabello para utilizar en la confección de pelucas para mujeres que estén en tratamiento. También habrá charlas vinculadas a la imagenología, anestesia, alimentación y ginecología y un cierre musical.