El próximo 9 de febrero los integrantes de la Comisión Nacional Asesora de Vacunaciones (CNAV) analizarán si es pertinente incorporar una cuarta dosis de una vacuna contra la covid-19. De momento, varios expertos han pedido cautela al respecto, destacaron que aún no hay informes concluyentes y plantearon que habría que vacunar en países de baja vacunación en primer lugar.

El pasado martes, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo en una rueda de prensa que “hay que dejar que los científicos trabajen tranquilos con el material bibliográfico, los artículos y los papers que han recibido, sin recibir presión de los medios. Recomiendo a los propios integrantes de la comisión que hasta la discusión interna sería bueno que cada uno exprese su opinión y que de alguna manera no se genere coacción”. El jerarca señaló que en la discusión se planteará una cuarta dosis de refuerzo, priorizando a las personas que tienen dos dosis de Sinovac, y una tercera para adolescentes.

Lo cierto es que hasta el momento no hay informes concluyentes sobre la eficacia de una cuarta dosis. A principios de enero, el jefe de estrategia de vacunas de la Agencia Europea de Medicamentos, Marco Cavalieri, dijo en una reunión informativa que no había datos que respaldaran la eficacia de implementar este refuerzo. También dijo que aumentar los refuerzos puede ocasionar un impacto negativo en la respuesta inmunitaria a la covid-19, causando “fatiga en la población” que ha recibido múltiples inyecciones.

El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, por su parte, sostuvo en diciembre que si las políticas de dosis de refuerzo se generalizaban, era más probable que la pandemia se prolongara en el tiempo en lugar de acabar con ella.

En Uruguay, los pasados 26 y 27 de enero se llevaron a cabo las primeras jornadas académicas del Colegio Médico del Uruguay de 2022, enfocadas en analizar la situación de la pandemia de covid-19. Allí, durante una mesa en la que se discutió el tema de la vacunación, uno de los miembros de la CNAV, Alejandro Chabalgoity, sostuvo que la implementación de una tercera dosis de refuerzo fue “absolutamente esencial”, pero al pensar en “la evolución de la pandemia, sobre todo en presencia de [la variante] ómicron y con sus características particulares”, se debería “cambiar la forma” en que se está analizando el tema de la vacunación. En este sentido, consideró que “seguir aumentando la inmunidad en poblaciones particulares, sin atacar el problema de la inmunidad global”, es decir, que se pueda “acceder con las vacunas a los lugares donde no se está accediendo”, podrá generar “el escenario para que esto sea un cuento de nunca acabar”.

“Más que desarrollar vacunas específicas contra ómicron o las variantes que vengan. Hay que apuntar a llegar a una inmunización global masiva, cambiar radicalmente el panorama”, explicó el inmunólogo durante la mesa de análisis, que se llevó a cabo de forma virtual mediante la plataforma Zoom.

Chabalgoity señaló que “tenemos países con porcentajes altísimos de vacunación, como Uruguay, y países que tienen menos de 1% de vacunación. La existencia de regiones donde el virus circule libremente es el escenario perfecto para que surjan variantes de preocupación que puedan escapar a las vacunas”.

En esta línea, mencionó el caso de ómicron, una variante que se detectó por primera vez en Sudáfrica, un país donde apenas 28% de la población recibió dos dosis de una vacuna contra el coronavirus, según los datos proporcionados por Our World in Data al 31 de enero.

El foco de las próximas políticas de vacunación, según Chabalgoity, “debería ser no tanto desarrollar vacunas contra las variantes de preocupación, como sí lograr la implementación masiva de la vacunación en lugares donde no hay”.

El problema para cumplir con esto, según el especialista, sería “de mercado”. “¿Cómo se convence a las grandes multinacionales de que es necesario fabricar vacunas para los países que no las pueden pagar, en lugar de fabricar nuevos modelos de vacunas para los países centrales, que pueden acceder a pagar los precios que consideren necesarios?”, se preguntó.

Por el momento, los países donde se ha autorizado la implementación de una cuarta dosis son Israel, Chile, Hungría y Dinamarca.

Estudios

Otra integrante de la Comisión Asesora de Vacunación, la infectóloga Victoria Frantchez, fue consultada el pasado martes por Telenoche sobre la pertinencia de una cuarta dosis. La especialista dijo que “varios estímulos en un corto período podrían debilitar la respuesta inmune” y que hay información concluyente que señala que “incluso con tres dosis, la capacidad de neutralización para ómicron es más baja que para las variantes anteriores”.

“Creo que con ese contexto y con la esperanza de aumentar un poco los anticuerpos es que se plantea esta cuarta dosis, pero no hay nada publicado al respecto”, explicó, aunque consideró que “sí hay divulgaciones de prensa y conferencias de prensa de los investigadores principales de dos centros en Israel”. Sin embargo, estas investigaciones indicaron que “no hubo diferencias de infecciones con el grupo de control con tres dosis”.

No sólo en Uruguay existen reparos sobre una cuarta dosis. Uno de los miembros del comité asesor sobre vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y coinventor de una vacuna contra el rotavirus, el pediatra Paul Offit, dijo a la Deutsche Welle el pasado 18 de enero que las vacunas contra el coronavirus han sido sometidas a un “estándar imposible”, ya que “no hay manera” de que una eficacia de 95% como la de vacunas como las Pfizer o Moderna “perduren en el tiempo”, lo que implica que algunas personas podrán desarrollar casos leves de covid-19.

“Lo único que se pretende es que las vacunas mantengan a la persona contagiada fuera del hospital, fuera de la unidad de cuidados intensivos y fuera de la morgue, y eso es lo que están haciendo. Pero etiquetamos esos casos como avances, lo que fue, en mi opinión, un error de comunicación, y luego exigimos a esta vacuna un estándar que no le exigimos a ninguna otra vacuna”, señaló.

Al igual que Chabalgoity en Uruguay, Offit en Estados Unidos dijo que la atención ahora debe enfocarse en administrar la primera y segunda dosis de la vacuna a las personas que aún no están vacunadas, en lugar de seguir reforzando a los ya vacunados. “No entiendo la historia de esta guerra contra la enfermedad leve en los jóvenes sanos”, sostuvo.