Cinco días después del cierre definitivo de Casa de Galicia y tras varios meses de negociación, aún no hay acuerdo entre los representantes de los médicos de Casa de Galicia, los delegados de las cinco mutualistas que absorberán a los socios, y referentes de los ministerios de Salud Pública (MSP) y de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).

“La situación de los médicos es mucho más compleja que la de los no médicos”, explicó a la diaria Daniel Porcaro, representante de las cuatro mutualistas de Montevideo -Círculo Católico, Cudam, Hospital Evangélico y Universal- en los Consejos de Salarios. Detalló que esas complicaciones se basan, en primer lugar, en que en 2001 “el Sindicato Médico del Uruguay [SMU] no firmó el acuerdo multisectorial, porque en aquel momento los médicos se distribuyeron al mercado sin reglas”. Esto refiere a un acuerdo que firmó la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) con el MSP y el de Economía cuando en 2001 cerraron varias mutualistas, y que se aplicó para este caso como base para el reparto de los trabajadores no médicos.

El documento plantea que las instituciones que reciben afiliados también contraten a los trabajadores en forma proporcional cuando una mutualista cierra, formato que se aplicó ante el final de Casa de Galicia. Por este motivo, el representante de las compañías médicas entiende que la FUS tenía otra base para la negociación, por lo que en el caso de los trabajadores no médicos “hubo que negociar cantidades y no tanto cuestiones de modelos de trabajo, en las que ya había una experiencia”.

Porcaro considera que lo más relevante y uno de los principales motivos por los que la negociación es más compleja se debe a la “desproporción abismal” entre los trabajadores que eran empleados por Casa de Galicia y los que demandan las instituciones que los contratarán. Detalló que Casa de Galicia “disponía de 20 médicos cada 1.000 usuarios”, pero, a modo de ejemplo, contó que “el Círculo Católico emplea 7,3 médicos cada 1.000 socios; Cudam 7,4; Universal 6,9; y el Hospital Evangélico 8”. En resumen, dijo que la propuesta inicial del gremio de incorporar 21 trabajadores médicos cada 1.000 usuarios “significaba incorporar a todos los médicos, en base a esa desproporción”, ya que Casa Galicia contaba con una cantidad de médicos superior en más de dos veces y media al número que tienen las mutualistas que absorberán a sus socios.

Otro de los motivos que Porcaro considera relevante para la negociación es que decidir sobre el trabajo médico “es más trabajoso por la cantidad de modalidades y actividades que desempeñan en las instituciones”. Para Porcaro, la primera propuesta de las empresas a los médicos -rechazada por el sindicato- no fue bien interpretada, porque lo que se planteó “fue contratar como mínimo 5,6 cargos de médicos de actividad ambulatoria, ya que es la que está más correlacionada con la demanda asistencial de los usuarios incorporados”. Además, dijo que “en ningún momento se planteó tomar un médico cada 1.000 afiliados, como trascendió”.

Tras el rechazo de la propuesta de las empresas, esta semana los trabajadores médicos enviaron una respuesta que es analizada por las cinco mutualistas. “Seguramente en los próximos días habrá avances significativos”, pero se está evaluando, “sobre todo desde el punto de vista económico, con una forma más compleja de hacer cálculos que ya no se basa en cantidad de trabajadores por cantidad de afiliados”, detalló el representante de las instituciones médicas. “Lo que no queremos es vulnerar los derechos y las condiciones laborales de quienes en la actualidad prestan servicios a las empresas”, concluyó Porcaro.

Este jueves a las 13.00 los representantes de las empresas irán a la Comisión de Salud del Parlamento a hablar sobre el proceso de negociación. “Vamos a explicar cuál era el punto de partida, el mecanismo de las empresas para hacer la integración de los trabajadores y los criterios que utilizamos”, adelantó Porcaro. Además, consideró que “la única de las partes que puso los datos arriba de la mesa de la negociación fueron las empresas”, que jamás tuvieron “ningún ánimo de hacer propuestas que no cumplan una proporción”.

SMU: “Problemas” y “sobrecarga asistencial”

“En el marco del Consejo de Salarios la discusión no está siendo fácil, fundamentalmente porque la postura empresarial ha sido dura, pretendiendo utilizar cada cápita para objetivos que no incluyen el salario médico”, advirtió a través de un comunicado publicado este martes el SMU.

El sindicato agregó que lo principal en la negociación son los objetivos de calidad asistencial para los usuarios, “en el entendido de que cuando una institución asistencial recibe miles de usuarios sin gastar ni un peso de marketing, lo lógico es que privilegie la incorporación de equipos asistenciales acordes en número y características”, para poder mantener la calidad asistencial, que “desde el vamos no muestra cifras aceptables sino en todo caso mejorables”.

Además, el SMU señaló que la situación de las cinco mutualistas, desde que absorbieron a los socios de la ex Casa de Galicia, no es la mejor: “Hoy, 5 de abril, sabemos que están ocurriendo problemas en las instituciones que han recibido los usuarios con colas de ambulancias, traslados acumulados, y sobrecarga asistencial para las médicas y médicos de esos prestadores, que esperan el aterrizaje de quienes provienen de Casa de Galicia para aliviar ese trabajo extra”, agregó el documento.

También, en el comunicado se aclaró que el “gremio médico de Casa de Galicia es un gremio autónomo, con personería jurídica propia, autoridades propias y por tanto decisiones propias, que el SMU ha acompañado y respetado en su espíritu y en su letra”.

Por último, se indicó que a la fecha no pretenden “mantener la proporción de trabajadores que tenía la institución que cierra” pero sí lo mínimo indispensable: que las mutualistas que toman médicos “lo hagan desde sus propias cifras, tomando el ratio que ya utilizan para asistir a sus usuarios hoy día”.

“Sabemos que muchos colegas serán perjudicados de todas maneras, pero menos que esto resulta inadmisible; la palabra ahora la tienen las empresas”, concluyó el SMU.