“Notamos un retroceso en las políticas de control de tabaco, por ejemplo a raíz de la habilitación del Decreto 87/021”, comentó a la diaria Laura Llambí, coordinadora de la Unidad de Tabaquismo del Hospital de Clínicas (HC) y delegada de la Facultad de Medicina en la Comisión Interinstitucional Asesora para el Control de Tabaco. El decreto al que hace referencia se aprobó en marzo de 2021 y habilita la venta, importación y registro de dispositivos electrónicos que tienen una tecnología que calienta el tabaco seco.

“No son exactamente los cigarrillos electrónicos de vapear que funcionan con base en líquidos de nicotina que emanan vapor, estos siguen prohibidos”, aclaró. Los que el decreto habilita son “dispositivos electrónicos atractivos en su diseño, de colores, los hay de generaciones 2.0 y 3.0, y llevan un pequeño cilindro de tabaco prensado que se calienta y eso emana un humo que la persona fuma”, explicó. Además acotó que aunque los primeros están prohibidos y los segundos habilitados, pero sin marcas registradas que quieran comercializarlos, “han marcado un retroceso y las personas los pueden traer del exterior, incluso los electrónicos a vapor pueden ingresar al país como un objeto personal”.

Llambí recordó que el decreto se aprobó con nulo conocimiento y sin participación de la comisión. De hecho, “la directora del Programa Nacional de Control de Tabaco, Elba Esteves, se enteró cuando el decreto ya estaba firmado”. Ante la habilitación de los productos ocurrieron dos cosas: por un lado, la Sociedad Uruguaya de Tabacología presentó recurso ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo contra el decreto y por otro, los integrantes de la Comisión Asesora para el Control del Tabaco se reunieron con el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas.

“La comunidad vio esa habilitación como un retroceso en políticas de Estado que se aplican desde hace muchos años y que han hecho que Uruguay sea un ejemplo”, y por eso se solicitó la reunión, que según Llambí, se concedió dos meses después, es decir, en mayo de 2021. En la instancia y durante el intercambio con el ministro, “quedó claro lo negativo de la habilitación, pero el decreto sigue vigente, de hecho Salinas propuso tratar el tema en Presidencia pero nunca se avanzó en la derogación”, resumió.

Según la especialista, en los argumentos de la industria tabacalera para habilitar este tipo de productos se hace referencia a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de manera errónea.

En primer lugar, “la FDA en ningún momento dijo que los productos de tabaco calentado son menos dañinos”, dijo. Lo que sucedió fue que Philip Morris -la mayor empresa tabacalera del mundo- le solicitó a la FDA un permiso para vender estos productos para el cual “la empresa no declaró la cantidad total de tóxicos que contienen”, acotó. De todas maneras y más allá del análisis químico de los productos, lo que la FDA concluyó fue que “para algunos compuestos del humo estos productos tienen una menor concentración o exposición, pero que no pueden ser considerados de menor riesgo para la salud humana”, detalló Llambí. Según la especialista, la industria tabacalera omite algunos aspectos de la conclusión y “usa un caballito de batalla con información que no es del todo verídica”.

Para Llambí el Decreto 87/021 también tiene un impacto internacional. “Consideramos que esa aprobación generó que la industria tabacalera provocara a mercados más grandes que Uruguay, por ejemplo, como Brasil o Panamá”, para que también lo aprueben y sigan el modelo uruguayo. “Nos usan de mal ejemplo”, afirmó. De hecho, cree que “como el uruguayo es un mercado chico el foco está justamente en el impacto en otros mercados”.

Estancamiento

Desde 2005, con la implementación de las políticas antitabaco, hubo una baja en las cifras de consumo, pero según las últimas cifras del Ministerio de Salud Pública (MSP), ese descenso se estancó los últimos años. En el marco del Día Mundial Sin Tabaco de este año, que se conmemoró el 31 de mayo, el MSP informó, entre otras cosas, que 19,7% de la población mayor de 15 años consume distintos tipos de tabaco y que “el consumo se inicia en la adolescencia; además, alrededor de 6.500 personas mueren por año como consecuencia de enfermedades tabacodependientes.

En cuanto a los motivos de la actual situación, Llambí opinó que algunas de las cosas que influyen, sobre todo, en el aumento del consumo de tabaco en jóvenes y “en el estancamiento de las cifras” es la “venta de los cigarrillos saborizados”, algo que se demostró en uno de los últimos estudios de la Unidad de Tabaquismo del HC. Otro de los motivos es que “los impuestos al tabaco no han subido tanto como se recomendaba técnicamente; si los aumentos no acompañan la inflación no funciona tanto”. Por último, la especialista consideró que “no se avanzó en nuevas políticas”.

Para Llambí, una de las acciones que sería positivo agregar a las políticas vigentes es la prohibición de los saborizantes, la implementación de algunos medicamentos para el tratamiento contra el tabaquismo con los que Uruguay aún no cuenta y, por último, “evitar acciones que respondan al retroceso”.

En particular, se refirió al decreto que habilita la comercialización y consumo de los productos y sostuvo que aún sigue vigente. Con “el ánimo de contribuir en el avance de las políticas de Estado y no sólo detectar los problemas”, el Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, luego de tratar el tema en una de sus sesiones, decidió solicitarle y aguarda una reunión a Salinas y al director general de Salud, Miguel Asqueta, con el fin de hacerles llegar la preocupación y exponer su voluntad de colaborar.