Las diferentes organizaciones que integran el Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) enviaron una nota al Ministerio de Salud Pública para cuestionar el lema elegido para la campaña de prevención de este año. Ven con “profunda preocupación” la intención del Área Programática ITS-VIH/Sida del MSP de centrar el lema de prevención, en el marco del Día Nacional de Respuesta al VIH/Sida –que se conmemorará el 29 de este mes–, en el uso del preservativo.

En el comunicado que el MSP envió a las organizaciones se informa el lema y se pide a los grupos que brinden información sobre las actividades que se realizarán ese día. La cartera agrega que el 29 de julio circularán materiales gráficos con algunas frases, por ejemplo, “prevención”, “detección precoz” y “tratamiento oportuno de VIH”.

Además de preocupación, la nota de respuesta de las organizaciones –a la que accedió la diaria– expresa que los integrantes lamentan “no haber sido convocados para contribuir en la elaboración de los mensajes propuestos”. El grupo entiende que la respuesta al VIH tiene “varios ejes” de abordaje y que la experiencia anticipa que la campaña “no puede centrarse pura y exclusivamente en lo comportamental, ya que las cifras demuestran que 40 años promoviendo el uso del preservativo no han sido suficientes”.

Por otra parte, entienden pertinente adquirir el uso de un “lenguaje amigable, que no fomente el miedo ni contribuya al estigma y discriminación”, porque la expresión “construye relatos que impactan en forma negativa en la comunidad, generando conceptos erróneos que no contribuyen a la promoción en salud”.

Por último, mencionan y creen que “dar respuesta al VIH” es fomentar la educación sexual integral, el acceso libre a preservativos internos y externos –incluso sin receta médica–, el acceso a los tratamientos siempre y cuando la persona lo requiera y bajo prescripción médica, el acceso real y sostenido al tratamiento antirretroviral, y la capacitación del personal de salud para un abordaje integral de la prevención y el tratamiento de personas con VIH.

Combinar las estrategias

Según los especialistas, hace varios años que se combinan diferentes métodos de prevención de la infección por VIH además de los métodos de barrera –como el preservativo–, que “han demostrado su seguridad, eficacia y que no necesariamente se deben implementar de forma aislada”, explicó a la diaria Mariana Guirado, representante del Sindicato Médico del Uruguay en la Conasida.

“La dificultad que notamos en la campaña que propone el MSP es la necesidad de ampliarla y que se difundan otros aspectos”, agregó. Si bien la cartera se mostró abierta a incluir nuevos lemas de difusión, “aún es una aspiración que finalmente ocurra”.

Guirado subrayó la necesidad de difundir, por ejemplo, dos tipos de tratamientos disponibles en Uruguay: la profilaxis de preexposición y la profilaxis posexposición.

“La de preexposición consiste en tomar un comprimido por día de medicación antirretroviral, para evitar adquirir la infección”, detalló Guirado. El tratamiento tiene indicación médica y “no es para todas las personas”. Para la prevención posexposición, es decir, una vez que la persona estuvo expuesta al virus, “se pueden tomar medicamentos” que son principalmente “para personas que tienen exposición laboral al virus y para recién nacidos”.

Aunque el tratamiento es accesible en Uruguay, Guirado marcó tres dificultades que todavía se presentan: “Cuando la exposición ha sido sexual y consentida, el acceso a la medicación no es tal”, y es mucho más accesible cuando “existió violación o por el nacimiento de una madre VIH positiva”. Pero debería ser accesible para todos los casos porque pueden darse situaciones en las que “el preservativo se rompe, no se usó adecuadamente o hubo algún inconveniente”, casos en los cuales “tomar el medicamento durante un mes es muy efectivo”.

Por otra parte, explicó que está comprobado que los métodos de barrera, aunque sean bien utilizados, “tienen un tope de eficiencia”. “Las personas saben que está disponible, hay que seguir fomentando [su uso], pero no de forma única”, señaló. También consideró importante promover la educación sexual integral.

“Hemos encontrado dificultades en las autoridades sanitarias a la hora de transmitir estos mensajes”, lamentó. “Sería bueno que se promuevan herramientas que se sabe claramente que están aprobadas y son eficientes”, acotó.

La especialista recordó que en Uruguay se han dado grandes pasos que marcan una mejora, por ejemplo, con la erradicación de la transmisión vertical –de madre a hijo–, pero “en muchos aspectos la asistencia está muy burocratizada, lo que dificulta la atención de personas que ya tienen otras dificultades”.

La cantidad de test de diagnóstico de VIH se redujo durante la pandemia, “al igual que en tantos otros países del mundo”, comentó Guirado, por lo que sostuvo que también es algo que hay que fomentar. “Vemos una reducción de las campañas, de las jornadas de testeo que suelen ser impulsadas por la sociedad civil, por eso creemos que es necesario un mayor impulso por parte de las autoridades”, concluyó.

El informe sobre la situación epidemiológica del VIH/Sida en Uruguay, que el MSP presentó en julio de 2021 y complementó en diciembre en el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, muestra que en 2020 –último año cerrado– hubo 876 casos nuevos de VIH. El número de diagnósticos cayó con respecto al quinquenio previo: entre 2016 y 2020 se registró un promedio de 902 nuevos casos de VIH por año. Según el informe, en 2020 hubo 152 fallecidos por sida, el promedio de edad de quienes murieron por esta causa se situó en 48 años, y 74% se atendía en el sector público de salud.

“Hablar de una estrategia es limitar los avances al respecto”, explicó a la diaria Susana Cabrera, infectóloga grado 4 de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y responsable desde 2011 hasta 2020 del área de Infecciones de Transmisión Sexual. Esto sobre todo porque a Uruguay “le costó mucho” seguir la evolución del mundo en este tema y “poder llevarlo a las políticas públicas”. De todas maneras, aún estamos lejos de algunos avances, ya que “hay lugares en los que comprás un autotest en la farmacia, mientras que acá eso todavía no existe”, ejemplificó.

En cuanto a los tratamientos con medicación, consideró que es algo “de lo que la población no está informada” y que si bien quien lo conoce lo reclama, no es la mayoría de las personas. La especialista coincidió con su colega en que quienes tienen exposición laboral al virus cuentan con un tratamiento sin complicaciones, y también está naturalizado “para casos de abuso”; sin embargo, “si se trata de alguien que tuvo una relación sexual consentida y después se da cuenta de que quedó expuesto” no es tan fácil acceder al tratamiento.

“A quienes estamos en esto nos ha pasado [que estamos frente a] situaciones en las que se negó o se nos pidió que como cátedra hagamos una intervención para que quien pide [el tratamiento] tenga el acceso”, contó. “Los medicamentos están, pero no hay énfasis en darlos a conocer y tampoco existen pautas nacionales”, remarcó.

Según Cabrera, el preservativo “tiene un rol sumamente importante, porque previene otras infecciones de índole sexual y se utiliza como anticonceptivo”, pero hay que “ofrecer y difundir las variaciones que existen”.

Para respaldar las razones de la necesidad de ampliar la campaña y de difundir más los tratamientos disponibles, la infectóloga recordó una encuesta en línea –en la que participó– dirigida a hombres, sobre el comportamiento sexual y prácticas de prevención del virus VIH. Allí se vio, respecto del tratamiento de profilaxis de preexposición, que “hay sólo 45% de personas que saben que existe”, y que “menos de 50% de los encuestados saben lo que es” la profilaxis posexposición, acotó.

“Sería deseable dar a conocer mejor los métodos e ir individualizando el riesgo, porque no es igual en todas las personas”, concluyó.

Naturalizar

“Lo que hay que difundir son todos los métodos de prevención; la idea es que el preservativo sea uno más”, comentó a la diaria María José Fraga, integrante del grupo Personas que Viven con VIH o con Sida (PVVS).

Consideró que “aún hay muchas barreras para acceder a los métodos” de prevención, incluso al preservativo, y añadió: “Si bien el prestador de salud lo brinda gratuitamente, es por receta, sigue medicalizado y no es tan accesible”, sobre todo pensando en la población joven, “que seguramente no vaya al médico a pedir eso”.

Fraga también mencionó brechas en el acceso al diagnóstico. Señaló que son limitados los lugares en los que está disponible el test rápido y que la mayoría de las veces se ofrece en días puntuales. “Si en todos los prestadores [de salud] existiera, tendría más acceso y más demanda”, opinó. La activista considera que no está naturalizado el examen de VIH: “No hay una oferta amplia, como sí sucede con otro tipo de chequeos”, y “son pocos los lugares y los profesionales que lo ofrecen”.

“Desde los distintos organismos no logramos que se pronuncien con una consigna contundente”, resumió. También mencionó que la brecha entre Montevideo y el interior del país es muy amplia: “No se accede [en el interior] de la misma manera a los medicamentos y a los tratamientos”, pero además “el estigma y la discriminación son mayores”.

Por último, entendió que “la crítica al discurso del MSP fue en el sentido de seguir construyendo los mensajes”, porque “tampoco habría que retroceder en cuestiones de lenguaje”, y subrayó que principalmente hay que “naturalizar” al VIH como algo “que es parte de la sociedad”.