Según el último informe del Registro Nacional del Cáncer (RNC) sobre la situación epidemiológica en Uruguay, el cáncer de piel no melanoma es el tumor maligno más frecuente en algunas poblaciones, especialmente en aquellas personas que poseen características tales como fototipos (colores) claros de piel.

En diálogo con la diaria, Alejandra Peyré, la presidenta de la Sociedad de Dermatología del Uruguay (SDU) acotó que, por semana, “dos uruguayos mueren a causa del cáncer de piel” y los casos nuevos de melanoma son alrededor de 272 por año. Los carcinomas de células basales, los más frecuentes, son más de 3.000 por año y se diagnostican “alrededor de ocho casos diarios”, pero, tal y como indica el RNC, a pesar de tener una “gran frecuencia”, una vez que es detectado tiene un alto grado de cura.

La exposición al sol es un factor muy influyente en cualquier tipo de cáncer de piel y en otro tipo de lesiones que se pueden generar en el órgano. Según Peyré, la exposición al sol genera “diversos daños en la piel”, por lo tanto, “el bronceado saludable no existe” y lo que ocurre cuando la piel se broncea es que entra en un proceso de defensa frente a la radiación ultravioleta (UV). Lo que se produce en esa actividad es la melanina, “un pigmento que protege a las células de la exposición a la radiación para que no haya alteraciones genéticas en su núcleo”.

A largo plazo, lo que genera la exposición a los rayos UV es “el aumento del riesgo de contraer cáncer de piel”, pero también se pueden ocasionar daños inmediatos, es decir, “quemaduras solares de primer o segundo grado” y fotoenvejecimiento. “Más de 90% de los cambios y del envejecimiento en la piel son a causa de la exposición al sol”, indicó Peyré.

Si bien la recomendación general de los dermatólogos, por todo lo mencionado, es no exponerse al sol, cuando ocurre hay una serie de recomendaciones para intentar reducir el daño. Algunas de ellas son evitar la exposición directa entre las 10.00 y las 16.00, elegir espacios con sombra para las actividades al aire libre e informarse acerca del índice de radiación UV y tener en cuenta que si es “mayor a tres es necesario protegerse y si es mayor a siete directamente no se aconseja exponerse, ni siquiera con protección”.

También es deseable utilizar ropa preferentemente oscura, sombrero de ala ancha y lentes de sol con protección UV. El protector solar “debe aplicarse en las zonas que aún queden descubiertas”, lo más adecuado es que sea de factor igual o mayor a 30 y que especifique “UV alto”. También se recomienda reaplicar cada una o dos horas, sobre todo “si se ingresa al agua o se hace deporte”, porque “aunque indique que es resistente al agua, ninguno permanece más de 80 minutos en la piel”.

Según Peyré, hay poblaciones de riesgo que deberían incrementar aún más los cuidados. Hizo hincapié en que “hay que proteger a los niños”, porque la posibilidad de que en la adultez contraigan cáncer de piel “se reduce 80%” si se acatan las medidas de cuidado en los primeros años. También son población de riesgo las personas de piel clara, con muchas pecas o con pieles que ante la exposición al sol “quedan rojas”, quienes tienen lunares irregulares o más de 50 lunares en todo el cuerpo, antecedentes propios o familiares de cáncer de piel e inmunodeprimidos, por ejemplo, VIH positivos o trasplantados.

Por último, Peyré recomendó revisar frecuentemente la piel, porque el cáncer de piel “se ve” y ante cualquier mancha o lunar que cambia se debe consultar al médico. Cuidarse del sol “no significa no disfrutar del aire libre”, pero hay que “cambiar el concepto de que al hacer determinadas actividades en verano hay que broncearse”, resaltó.

Legislación pendiente

En noviembre de 2022, el diputado frenteamplista Enzo Malán presentó un proyecto de ley para regular las camas solares y quitarles el IVA a los protectores solares. Peyré recordó que el diputado presentó la iniciativa en conjunto con la SDU y la Fundación Melanoma Uruguay. La especialista valoró el proyecto, entre otras cosas, porque si bien “la población acata cada vez más las recomendaciones”, que se “suelen acentuar en verano”, la conciencia sobre el tema se concentra en la época de calor, y la ley enmarcaría las recomendaciones para que perduren más allá de la temporada.

En primer lugar, celebró que la ley proponga crear un plan nacional integral y una comisión honoraria asesora, algo que se implementaría como “una especie de GACH en el tema”, que funcionaría en el ámbito del Ministerio de Salud Pública (MSP) con la intervención de varios otros organismos que tienen el tema en común.

Por otra parte, consideró favorable que el proyecto busque crear zonas protegidas de la radiación solar y que las actividades recreativas y colectivas no se realicen en horas pico porque, en el caso de los niños, aunque los padres acentúen los cuidados, luego “no es tan fácil de controlar”.

Con respecto a las camas solares, se prevé prohibirlas para menores de 18 años, difundir información clara en cuanto a sus riesgos y no promocionar el bronceado como algo seguro. Los incumplimientos serán multados y el dinero de las multas se destinaría a la realización de campañas. Senadores nacionalistas también habían presentado, a fines de 2021, un proyecto para prohibir el uso de camas solares en menores de 18 años.