El nuevo Hospital de Clínicas ya es una realidad, no sólo porque los recursos para iniciar las obras están confirmados, sino porque un buen número de los 20 pisos que conforman el edificio están en obras que son parte de la reestructura que empezó hace un buen tiempo; de hecho, algunas instalaciones ya se inauguraron en los últimos meses y otras quedarán inauguradas los próximos días. Aunque desde fuera no se percibe y la fachada puede no ser indicio de ello, el estado antiguo de las instalaciones es una parte bastante reducida del centro de salud, y las salas modernas, con espacios individuales y distribuciones estratégicas ganan cada vez más espacio.

Dos de las obras más recientes son una nueva sala para la Cátedra de Hematología, que permitió que los pacientes –que ya fueron reubicados allí hace alrededor de dos semanas– tengan mejores condiciones de atención, espacios más privados y que el sector disponga de herramientas propias y fundamentales, como una planta para filtrar el agua que se utiliza y consumen los pacientes del sector y dos salas de nacer con todo lo necesario para que el parto respetado sea una opción asegurada y con condiciones en el hospital en el que se fundó esta línea de atención vinculada a la maternidad.

El actual equipo de dirección, con Álvaro Villar al frente, Martín Esteche como director adjunto y Mariana Cora como coordinadora de Gestión Clínica, recorrió el centro y dialogó con la diaria sobre todas las obras en proceso, la proyección para lo que queda de la gestión actual y la idea de continuar durante un período más para poder acompañar todo el proceso del nuevo hospital.

Sobre la iniciativa que empezó con el anuncio del presidente, Luis Lacalle Pou, y se encaminó con la aprobación de los fondos necesarios para el inicio de las obras, los jerarcas coincidieron en que la base del logro son todos los proyectos de atención que se han presentado al Parlamento en los últimos años, otros que se ejecutaron sin presupuesto adicional y la lucha para que el centro de salud marque ciertos parámetros de “ejemplo” dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).

El equipo enumeró una serie de aspectos en los que trabajan desde que comenzaron la gestión y adelantó que mientras continúan las obras edilicias será igual de importante generar un clima de atención agradable, consignar nuevos programas, mejorar los ya existentes y, a su vez, optimizar la enseñanza, algo que no es menor dentro de un hospital universitario.

La suma de muchos proyectos

“Si pensamos en el proceso por el que el nuevo hospital ahora es cercano, pensamos en muchos proyectos”, aseguró Villar. Para el director, en los dos años y medio que lleva la administración actual, quedó demostrado que “el crecimiento, tanto en la atención como en todas las áreas, era una prioridad”. En esa línea, se avanzó, “sobre todo”, en ampliación y creación de iniciativas.

Algunas de ellas son el Programa de Rápida Resolución del Cáncer de Mama, un proyecto integral para tratar patologías vinculadas a la próstata que implicó adquirir un robot, el programa de medicina materno fetal, que, aunque ya es un sello del centro, cada vez cuenta con más mejoras e incrementa diferentes áreas de atención, y el reciente programa de salud mental caracterizado por la corta estadía y la atención diurna, que Villar presentó al Parlamento.

“Todos son buenos ejemplos de que cumplimos y vamos a seguir trabajando en el objetivo” de marcar presencia e innovar dentro del sistema, agregó Villar. A su vez, recordó que otra de las acciones que distinguió al hospital en el último tiempo fue la vacunación contra la covid-19, que pasó de ser “una opción más” dentro de todos los vacunatorios “a convertirse en el centro hospitalario con más personas vacunadas”, dado que alcanzó a “más de 590.000”, y al que el Ministerio de Salud Pública “eligió para vacunar a las embarazadas y a los extranjeros que estaban en misión diplomática”.

Para Villar, las obras en la emergencia y en el block quirúrgico, las nuevas salas que hay en varios pisos y “el nuevo hospital desde el punto de vista funcional” mostraron “que se podía confiar en el Hospital de Clínicas para avanzar y estar en la punta de los desarrollos” en salud, y que dentro de lo público surge la iniciativa de las mejoras, algo que sucede desde hace décadas. “La idea de crear los CTI se desarrolló en este hospital, fue un proyecto de la década de los 70, luego se extendió a todo el sistema; queremos repetir eso con varios otros procesos”, sostuvo.

Mientras recorrió los pisos en obra y detalló qué se instalará en cada nuevo espacio, celebró que todo el sector político mostró apoyo a la iniciativa del nuevo hospital y consideró que si bien fue “el broche”, el nuevo centro es, sobre todo, producto de “mucho trabajo conjunto” de todas las disciplinas que conviven en el hospital universitario. Con la idea de ser parte de todo el proceso de renovación –y aunque dijo que ya recibió “algunos planteos” desde el Frente Amplio–, Villar proyecta presentarse a la reelección del cargo y respetar “el pacto de sangre” que hizo con su equipo para culminar todos los cambios proyectados desde ahora y hasta 2030.

Redistribución

El equipo directivo tiene presente que, mientras se construye el nuevo hospital, el que ya existe tendrá que continuar funcionando. Sobre esa base se pensó el proceso de reestructura y el esfuerzo que implicará modificar o mover cada sector. En este sentido, Esteche detalló cómo se proyecta que queden distribuidos los 20 pisos y por qué.

En principio, contó que aunque hace “más de 30 años que se habla de que el hospital tiene que cambiar”, recién en 2016 el tema se consideró en el Consejo Directivo Central (CDC). Allí se votó una propuesta que tuvo en cuenta la “practicidad” del hospital, pero no avanzó. De todas maneras, algunos aspectos se tomaron en cuenta para el último proyecto. Sobre el presupuesto económico, sostuvo que “pensando en que el hospital es una política de Estado” se planteó obtener una primera partida que ronda los cuatro millones de dólares para que las nuevas obras comiencen durante los próximos dos años, y a partir de 2026, “con un nuevo gobierno”, se gestionará un nuevo refuerzo para utilizar “en lo que reste”, hasta 2030, año en el cual se prevé inaugurar la totalidad de las obras.

El hospital dispone de 112.000 metros cuadrados que en su mayoría serán redistribuidos. Se proyecta que el área asistencial vaya desde el primer y hasta el piso 11. A su vez, dentro de esa área, específicamente entre el piso siete y el 11, la idea es concentrar el área de internación “para que haya una única circulación y que el espacio sea más eficiente”. A su vez, el “polo crítico” consiste en juntar el CTI y maternidad cerca de la emergencia, con servicios como imagen y diálisis, los cuales ahora “están muy distribuidos, incluso en diferentes pisos”.

La emergencia quedaría ubicada donde está ahora, porque allí ya se realizaron “modificaciones importantes”, y en base a que es fundamental “una alta vinculación con imagenología”, en este momento se está instalando un tomógrafo dentro de la emergencia. Desde el piso 11 hasta el 15 se crearán aulas y lugares para discusiones, salas de simulación y laboratorios. Sobre este punto, Esteche planteó que “no es concebible tener 20 estudiantes” trabajando con un paciente o que la primera vez que realizan un procedimiento “lo hagan en una persona”. Los pisos 15 al 20 se destinarán a la Universidad.

El “mientras tanto” es igual de importante que los nuevos espacios y eso, a veces, puede sonar “contradictorio”, según el director adjunto, que puso como ejemplo el hecho de inaugurar salas de nacer que en 2028 serán reinstaladas, pero eso se sostiene en que “no podemos dejar” que los nacimientos se desarrollen en “malas salas de nacer”, en lugares que “no acompañan la calidad de los recursos humanos”, fundamentó.

Por su parte, la coordinadora de la Gestión Clínica remarcó que algunas mejoras son parte de continuar la historia del hospital, por ejemplo, en cuanto a la calidad de los nacimientos. El área materno fetal “tiene una historia”, dentro de un hospital general que tiene maternidad, “algo que no es común”. Entonces, se apunta a que “las consecuencias se vean en el proceso”, afirmó Cora.

Sobre la reestructura, sostuvo que es necesario imaginar “lo que es hacer la obra en un hospital que funciona”, con pacientes que durante todo el proceso van a seguir allí. Sobre esa base hay que tener en cuenta “por qué empezamos por las áreas que se seleccionaron, la idea es que la obra no afecte determinadas cosas; en internación será complejo, porque implica cerrar áreas”, explicó. También por estos elementos la obra total lleva el tiempo que se estimó.

Cora agregó que además de la inversión en asistencia hay que invertir en lo que, tal vez, es una de las inversiones menos desarrolladas hasta el momento: la enseñanza. Para llegar a la premisa de que determinados procesos de aprendizaje “nunca” se deben aplicar “primero en el paciente”, el hospital ha tenido “avances importantes”, aseguró, y dijo que la idea es que se amplíe y llevar eso a múltiples disciplinas durante el entrenamiento, porque “cómo se enseña también es una forma de enseñar”, concluyó.