A 20 días de la inauguración del Hospital del Cerro, la obra todavía divide las aguas. Por un lado, hay quienes se preguntan si era necesario invertir 15 millones de dólares y si realmente se logrará el trabajo conjunto que se prevé con otros centros, por ejemplo, con el hospital Maciel. Por otro, hay quienes defienden la estructura y entienden que se saldó una deuda histórica respecto de la atención de los usuarios de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).

Para conocer cuáles son los servicios que están en funcionamiento, la diaria recorrió el centro de salud. Si se ingresa por la entrada principal, que se encuentra en la esquina de Santín Carlos Rossi y Pedro Castellino, la percepción sobre el hospital es una, pero si el ingreso es por la emergencia, que está a aproximadamente una cuadra de la entrada principal, la impresión es otra. Lo que varía, además de la estructura, es la presencia de usuarios. Mientras que el ingreso por la entrada “principal” es para los familiares de las personas que están internadas, el otro ingreso es para la emergencia y la policlínica, que, junto con la internación, por el momento, funcionan más que nada a nivel administrativo.

En el sector de internación todavía se están ultimando detalles, de hecho, hay personas colocando cámaras de seguridad y terminando cuestiones de cableado. El área cuenta con 30 camas en total, 22 de internación, dos de aislados y cuatro de recuperación. En el mismo piso funcionan la unidad de medicina transfusional, el laboratorio de análisis clínico y otros servicios. Todo es absolutamente nuevo y, según las autoridades del centro, cada uno de los servicios está en marcha desde hace días y se han realizado diversos procesos quirúrgicos. En ningún sector se deja de escuchar el eco de las voces, aunque estén en funcionamiento. En internación hay diez pacientes, pero por el momento son más las camas libres que las ocupadas.

En la emergencia hay un mayor flujo de pacientes. El sector, junto con la policlínica, se reconstruyó varios años antes de que se finalizara la obra del centro de salud. Según las autoridades, en la emergencia se reciben entre 250 y 300 consultas por día de pacientes pediátricos y adultos, de los cuales 90 son heridos por arma blanca. En tanto, en la policlínica se reciben unas 3.345 consultas de diversas especialidades. En este momento hay más de diez, pero todavía faltan algunas especialidades.

Otro de los temas por los que fue cuestionada la obra es la habilitación del hospital. Al respecto, Patricia Varela, arquitecta y directora general del proyecto, sostuvo que este ya cuenta con la habilitación de Bomberos, mientras que la del Ministerio de Salud Pública (MSP) está en trámite porque se realiza por sector. Además, la arquitecta valoró que el hospital cuente con una inversión tecnológica que lo habilite a compartir datos con otros centros de forma rápida y que haya paneles para energía y bombas de calor para que no haya que utilizar combustible para generar energía. Además, adelantó que la próxima obra que se hará en el centro es la estructura para instalar el tomógrafo y que esta llevará varios meses, por lo que estima que el equipo estará en funcionamiento en abril de 2024.

A su vez, en diálogo con la diaria, Leonardo Cipriani, presidente de ASSE, dijo que si bien la licitación para la compra del tomógrafo cerró el 31 de octubre, por el momento la adquisición continúa en trámite y las tomografías se derivan al hospital Maciel. En cuanto a los anestesistas, comentó que los que serán “del hospital” comienzan el 1º de diciembre, porque cuando se los contactó “ya tenían guardias pautadas para noviembre en diferentes centros de salud”. Por el momento se desempeña en el Hospital del Cerro un grupo de anestesistas cedido “sin costo” por el Casmu. “El hospital ya podía operar y no nos íbamos a quedar sin hacerlo” por el contratiempo con esa especialidad, sostuvo. En tanto, afirmó que la habilitación del MSP está “en curso”.

En la puerta de la entrada principal del hospital hay una guardia policial. Esto fue alertado por El País, que informó que esta no estaba permitiendo el ingreso al lugar. Cipriani lo desmintió y dijo que siempre habrá una guardia, como en cada centro de salud, porque “no se puede ingresar a ningún hospital en forma libre”.

Hospital del Cerro.

Hospital del Cerro.

Foto: Alessandro Maradei

Para los usuarios parece que el hospital “fue un triunfo”, pero no es así

En diálogo con la diaria, Ricardo Larrañaga, integrante de la Organización de Usuarias y Usuarios de la Salud del Oeste, manifestó que si bien los usuarios no se oponen a que el centro hospitalario se haya construido, entienden que las mejoras en la atención de salud se centran en optimizar otras cuestiones, por ejemplo, la atención que se brinda en las policlínicas, que es a donde los usuarios llegan, por cercanía, ante los primeros malestares.

“No podemos centrarnos sólo en un hospital para entender los problemas de la salud. Si bien es importante, además hay que dar el debate sobre la calidad de la salud en el oeste”, acotó Larrañaga. No somos “los miserables que no queremos un hospital para el Cerro, como han dicho algunas autoridades”, lo que queremos es “un mejor sistema de salud para nuestro barrio”, manifestó. Según Larrañaga, los usuarios desconocen cómo surgió la decisión de crear el hospital, cuáles fueron los fundamentos y por qué se hizo.

Desde 1988 la Organización Panamericana de la Salud “sostiene que a través del modelo hospitalocéntrico no se logra mejorar la salud de la gente” y que de la forma en la que se puede mejorar es “con atención primaria [de calidad] en el primer nivel de atención”. Según Larrañaga, este modelo contempla la prevención de la salud y requiere que las policlínicas estén en buen estado y el sistema, “cerca de la gente”.

“La crítica que hacemos en este momento es el costo del hospital. De alguna manera a muchos nos suena que responde a una promesa que empezaron hace 80 años los blancos”. En ese momento era necesario porque el hospital Maciel quedaba muy lejos, pero ahora “la comunicación y el tránsito son otros”, por lo tanto, “hacer un hospital donde no se necesita es un costo de inversión y de mantenimiento” que se perpetúa en el tiempo, opinó Larrañaga.

Sobre las policlínicas, explicó que luego de la pandemia la Organización de Usuarias y Usuarios de la Salud del Oeste hizo un estudio junto con estudiantes de la Universidad de la República en el que se detectó que las 24 policlínicas de ASSE luego de la emergencia sanitaria se redujeron a 16. Larrañaga sostuvo que es en estos espacios donde se resuelve “80% de los problemas de salud”, entonces opinó que “se hizo un hospital para atender los problemas graves” pero no se resolvió el problema anterior. A su vez, apuntó que el estado de las policlínicas “es crítico”: algunas atienden “dos veces a la semana”, hay pocas especialidades y “quienes se desempeñan allí se enfrentan con muy pocos recursos a situaciones críticas”.

Otra de las carencias que los usuarios observan es la falta de medicamentos, algo que “ya se ha vuelto costumbre” no sólo en el Hospital del Cerro. Larrañaga señaló que en algún momento se ponían listas de los faltantes, “ahora ya no, porque se sacaban fotos y quedaba la evidencia”, comentó. “Hubiese sido una buena alternativa destinar la inversión que se hizo en el hospital en la mejora de las policlínicas del prestador público”, porque si fuera por cercanía “todo el mundo quisiera tener un lugar a dos cuadras de la casa. Parece que [el hospital] fue un triunfo, pero cuando la gente cae en el hospital es porque el sistema y la atención previa fallaron”, concluyó.