El Colegio Médico del Uruguay organizó un espacio de intercambio sobre mitos y verdades sobre el cáncer de mama, a cargo del cirujano Alejandro Pérez. Su intervención se centró en responder las preguntas “más frecuentes” que las pacientes llevan a las consultas y desmentir algunos mitos sobre la prevención, los factores de riesgo, el diagnóstico y los tratamientos para este tipo de cáncer.

Algunos de los mitos más frecuentes, según Pérez, se relacionan con los antecedentes familiares, por ejemplo, que si la enfermedad viene “de la rama paterna” no hay riesgos. Eso “es falso”: tanto la rama materna como la paterna son “igual de importantes”, aseguró. Otros mitos en cuanto a los antecedentes son que no hay posibilidad de tener este cáncer si antes se padeció cáncer de colon, de ovario u otro.

Según el especialista, “no hay evidencia” que sostenga que ingerir anticonceptivos orales favorece el desarrollo de la enfermedad, aunque sí se asocia el consumo de anticonceptivos orales con la enfermedad en personas con antecedentes personales o familiares de cáncer de mama u ovario. En tanto, que no haya antecedentes familiares no asegura la ausencia de la enfermedad, ya que en “el 80%” de los casos “no es hereditario”.

Con respecto a la edad, Pérez sostuvo que tampoco es cierto que el cáncer de mama no aparezca hasta la menopausia, porque si bien el riesgo aumenta con la edad, “los tumores mamarios pueden aparecer a cualquier edad”; por eso, los controles son fundamentales también antes de la edad recomendada, que es luego de los 50 años.

A su vez, Pérez aclaró que el tamaño de las mamas no tiene relación con la probabilidad de tener este cáncer, pero explicó que las personas jóvenes tienen las mamas más densas y eso hace que sea “más difícil” obtener imágenes claras al realizar estudios diagnósticos como la mamografía. Otro mito frecuente se relaciona con la ropa interior. Al respecto, Pérez aclaró que no hay evidencia sobre el hecho de que dormir con corpiño o usar los que tienen aro pueda generar cáncer.

Síntomas y estadísticas

El especialista subrayó que, aunque no aparezcan síntomas, “se debe consultar igual”, porque 80% de las mujeres que padecen la enfermedad son asintomáticas. Algunas cuestiones a valorar en la consulta deben ser los nódulos mamarios, cambios de coloración o textura de la piel, ganglios axilares duros y persistentes, secreción por el pezón o telorrea y retracción de estos. Sobre los nódulos, dijo que “la mayoría” no necesariamente son cáncer, pero es una forma de presentación, por lo que ante cualquier manifestación en la mama se debe consultar al especialista, reafirmó.

Pérez comentó que, “por lo general”, no aparece dolor y que surja “no es sinónimo de que la enfermedad ya está avanzada”, porque aunque los nódulos duelan y sean palpables “pueden curarse con diagnóstico y tratamiento oportuno”.

Que no se puede hacer nada para evitar la enfermedad es otra creencia errónea, porque sí se puede cambiar hábitos para disminuir los factores de riesgo. “Está demostrado” que aumentan la incidencia de cáncer de mama la vida sedentaria, la obesidad en la posmenopausia, una dieta rica en grasas saturadas y el consumo de tabaco. Por el contrario, para prevenir la enfermedad se recomienda llevar un estilo de vida saludable, una alimentación rica en frutas y verduras y baja en grasas saturadas y bajo o nulo consumo de alcohol. Tener hijos y amamantar antes de los 30 años es un factor protector, pero “no es una garantía”.

El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres –una de cada 11 lo desarrolla en algún momento de su vida– y sólo 1% de los casos se presenta en hombres. Por año se diagnostican alrededor de 2.000 casos y se realizan cinco diagnósticos por día, y es la primera causa de muerte en mujeres: cada año mueren más de 700. La probabilidad de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad, y 77% de los casos se dan en mayores de 50 años.