El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres uruguayas y del mundo. En nuestro país se diagnostican alrededor de 2.000 casos anuales y mueren unas 700 mujeres por año a causa de esta enfermedad, según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP).

En el marco del Día de Lucha contra el Cáncer de Mama, este jueves, el Hospital de Clínicas hizo una de sus habituales jornadas de concientización de la enfermedad, en la que hubo cortes de pelo para elaborar pelucas para pacientes oncológicas, shows artísicos y diversas exposiciones de especialistas, entre ellos, anestesistas, fisioterapeutas, oncólogos y ginecólogos, que desde sus respectivas áreas informaron sobre este tipo de cáncer, el diagnóstico y los tratamientos disponibles.

Desde hace un años el Hospital de Clínicas cuenta con el Programa de Rápida Resolución del Cáncer de Mama, que colabora con el diagnóstico precoz, la aplicación de tratamientos oportunos y la figura de la nurse navegadora, que acompaña a la paciente en el proceso, sobre todo de evaluación.

Dana Kimelman, el 19 de octubre, en el Hospital de Clínicas.

Dana Kimelman, el 19 de octubre, en el Hospital de Clínicas.

Foto: Mara Quintero

Asesorar de forma “cuidada y respetuosa”

Dana Kimelman, médica especialista en oncofertilidad, dialogó con la diaria acerca de la fertilidad de las mujeres que padecen este tipo de cáncer, los cambios físicos y hormonales que se generan y las posibilidades que hay para que pueda preservar su fertilidad y ser madre a pesar de la enfermedad.

En principio, Kimelman adelantó que si bien aún no hay datos oficiales (porque se publican cada cinco años), desde la clínica se observa que hay cada vez más mujeres jóvenes, cercanas a los 40 años, que padecen la enfermedad. En este sentido explicó que la oncofertilidad es importante una vez que se realiza el diagnóstico y antes de empezar tratamientos como la quimioterapia. “Frente al diagnóstico de una enfermedad oncológica que va a requerir un tratamiento que puede afectar la fertilidad, [hay que] asesorar las pacientes y brindarles herramientas es esencial”, detalló. A su vez, es importante que los tiempos se reduzcan y que de forma “cuidada y respetuosa” se le informe a la paciente sobre las posibilidades.

Explicó que “es un mito” que las mujeres que padecen cáncer de mama no pueden someterse a una estimulación hormonal. “Hay evidencia que respalda que sí se puede” y que incluso en “varias oportunidades” la estimulación es segura, al igual que el embarazo en “sobrevivientes” a la afección, aseguró.

Kimelman también se refirió al tamoxifeno, que se usa como terapia complementaria para el cáncer de mama y el embarazo. El medicamento se consume entre cinco y diez años y, mientras tanto, no se le recomienda a las mujeres transitar una gestación “porque el fármaco puede generar malformaciones” en el feto. Sin embargo, gracias a un estudio europeo reciente, que se aplicó en una muestra de 500 mujeres de entre 18 y 42 años con antecedentes de la enfermedad a las que se les suspendió el medicamento, se comprobó que “las mujeres con antecedentes de cáncer podrían dejar de tomarlo entre 18 meses y dos años para lograr un embarazo” y retomar la toma luego del período. Quienes motivaron el estudio fueron “las mujeres que estaban en tratamiento y querían tener hijos”, por lo tanto suspendían la toma. Los resultados preliminares indicaron que la estrategia “es segura”.

Puntualmente sobre las estrategias de preservación, Kimelman especificó que en quienes ya tuvieron su primera menstruación el método más estandarizado es la preservación de ovocitos. El procedimiento consiste en “estimular los ovarios con hormonas, que son las mismas del cuerpo pero en dosis más altas” para que generen “muchos óvulos al mismo tiempo” y no uno al mes como sucede de forma natural, y luego de dos semanas los óvulos se extraen del organismo mediante “un procedimiento guiado por una ecografía transvaginal”.

La especialista remarcó que la ley para que las pacientes oncológicas puedan acceder de forma gratuita a la preservación de óvulos fue un cambio “muy significativo”. Agregó que, según la respuesta a un pedido de acceso a la información pública, entre setiembre de 2022 y junio de 2023 –luego de la aprobación del proyecto–, el Fondo Nacional de Recursos financió 45 procedimientos de este tipo, de los cuales 28 fueron pacientes con cáncer de mama. “Eso explica que la barrera era puramente financiera”, agregó, y puntualizó que 80% de las mujeres que reciben el asesoramiento lo quieren hacer.

Kimelman también se refirió a lo que sucede en el organismo y en la apariencia de las pacientes que transitan la enfermedad. Las mujeres “muchas veces tienen que recibir tratamientos que les bajan los niveles hormonales” y eso tiene una afectación significativa en la salud global, sobre todo porque se presentan síntomas similares a los del climaterio y la menopausia. En cuanto al aspecto, sostuvo que “si bien se hacen reconstrucciones [de las mamas], hay quienes la pierden” y “tienen que adaptarse a un cuerpo distinto”, por eso “siempre es importante el apoyo psicológico”.

Mejoras en la detección

El MSP anunció este jueves un nuevo convenio que ayudará en la detección temprana de esta enfermedad, que si se diagnostica a tiempo se puede curar o lograr una supervivencia de 90%. “Estamos muy contentos de poder dar un pasito más en el avance de lo que es el screening o el diagnóstico de cáncer de mama”, afirmó la ministra de Salud Pública, Karina Rando.

La ministra anunció que a partir de principios del año que viene, “gracias a la colaboración y el aporte del Cudim”, se va a incorporar como prestación sin costo para los usuarios y para los prestadores de salud “la resonancia nuclear magnética para diagnóstico de cáncer de mama en aquellas pacientes que tienen alto riesgo” de tenerlo, detalló.

Entre otras novedades, la ministra resaltó que se están reevaluando los protocolos y se estudia comenzar a recomendar las mamografías a partir de los 40 años.