El Ministerio de Salud Pública (MSP) junto a la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con el apoyo de Naciones Unidas en Uruguay, presentaron el Nodo de Inteligencia Sanitaria del Uruguay (NISU), un proyecto que las instituciones elaboraron en conjunto y que busca la cooperación técnica horizontal en salud.
El objetivo es que se visibilicen e intercambien conocimientos prácticos y experiencias para generar “una base” de conocimiento que será compartida con otros países, para que puedan tomar algunos ejemplos del ámbito sanitario uruguayo y aplicarlos en sus territorios. La plataforma que se pretende crear, en la cual ya se está trabajando, busca utilizar mecanismos presenciales y virtuales para contar con diferentes modalidades de cooperación.
Según el programa, se consideran tres ámbitos: “la necesidad” de generar inteligencia sanitaria para contribuir a la toma de decisiones en salud, resalta “la importancia” de que sea explícito el conocimiento táctico de las organizaciones y la meta de obtener “el mandato” regional de fortalecer la cooperación horizontal entre países.
En cuanto a la necesidad de crear e implementar el NISU, el programa argumenta que la pandemia por coronavirus puso “una vez más” sobre la mesa la necesidad de tomar decisiones en un contexto de “desafíos sanitarios” a nivel mundial. Además, el contexto demostró que las amenazas de salud no diferencian fronteras y “hacen necesaria la colaboración y el intercambio” entre los territorios.
Por otra parte, la inteligencia sanitaria es un término que se ha ido incorporando justamente en respuesta a los diferentes desafíos sanitarios y tiene el fin principal de emplear información para generar conocimiento y “asistir” en la toma de decisiones, pero luego de tener evidencia en la cual basarse.
En resumen, las principales funciones del programa pretenden identificar y visibilizar experiencias, iniciativas y conocimiento explícito sobre diversas cuestiones del sistema de salud de Uruguay, seleccionar y luego presentar a la comunidad internacional las prácticas y la experiencia acumulada, para hacer que ese conocimiento contribuya a la mejora del sistema de salud uruguayo.
El proyecto ya tiene algunas áreas para integrar, entre ellas, el Fondo Nacional de Recursos que “asegura” el financiamiento de medicamentos y procesos de alto costo para algunos usuarios, la respuesta intersectorial para abordar el embarazo adolescente no intencional, el control de la resistencia a los antimicrobianos y el fortalecimiento del primer nivel de atención en el sector público y privado.
Articulación
En la presentación del proyecto, Daniel Salinas, el ministro de Salud Pública, en la misma línea, recordó que en el transcurso de la pandemia “todos los sistemas de salud” a nivel mundial quedaron en un escenario de incertidumbre y vulnerabilidad, algo que “afectó todo”, y puso a prueba no sólo al sistema de salud sino a todo el tejido social. Aun así, consideró al período como una “ventana de oportunidades”.
En cuanto a Uruguay, dijo que durante tres años el país estuvo en colaboración con 32 naciones a través de reuniones bilaterales para el intercambio y transferencia de información sobre vigilancia epidemiológica, testeo, estrategias de vacunación, uso de la tecnología de la materia sanitaria, también por cómo se integraron las instituciones en el sistema de salud, los gremios, las autoridades y la academia. Todos estos intercambios “nos posicionan como oferentes en materia de cooperación internacional sanitaria”.
Acotó que a grandes rasgos lo que se busca es generar “un mecanismo de articulación” que genere un ámbito que tenga contenidos, un repositorio con datos y que otros países los tomen como ejemplo, sobre todo a “algunas de las fortalezas que tiene Uruguay”.
Por su parte, Cecilia Muxi, la coordinadora del NISU, agregó que la idea “no es generar más burocracia”, sino poner en práctica mecanismos innovadores de trabajo y el análisis de los conocimientos prácticos. Por último, comentó que el proyecto ya cuenta con un espacio físico, un equipo técnico que hace algún tiempo está trabajando y además se contratarán los perfiles necesarios para determinadas tareas.