En el marco de una nueva semana mundial de la lactancia materna, que se celebrará la primera semana de agosto, el comité de lactancia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) presentará el primer Manual de Lactancia Materna para profesionales de la salud, en el cual se aborda la lactancia en relación a temas no tan habitualmente asociados como por ejemplo, la economía y el medioambiente.
Según la introducción del manual, a la que accedió la diaria, el grupo interdisciplinario de profesionales uruguayos, españoles y argentinos que estuvo a cargo de su elaboración partió de la base de una “vasta información científica sobre lactancia”, que se definió volcar en una publicación que se compone de más de 40 capítulos. En el manual se afirma que los recursos que se invierten en la actualidad para promover y asegurar la lactancia materna “son insuficientes” y que la práctica se mantiene fundamentalmente “gracias a los esfuerzos unilaterales de las madres y el voluntariado”.
De una forma muy detallada, en el texto se aborda el cuidado de la alimentación, incluido el aporte de micronutrientes y del bienestar de la mujer embarazada, y cómo hacer que las acciones del equipo de salud durante y después del nacimiento impacten beneficiosamente en la instalación de la lactancia.
En diálogo con la diaria Analhí Mogni, médica pediatra e integrante del comité de lactancia de la SUP agregó que si bien hay “mucho material” sobre lactancia materna desde el punto de vista del acompañamiento a la madre y el apoyo en cuanto a las consultas con asesores, psicólogos y otros profesionales, en Uruguay y en la región “no había ningún libro sobre lactancia para profesionales en la salud”, es decir, un material que no se base sólo en el acompañamiento a la madres sino que incluya la ciencia en la lactancia, algo que el comité incentiva desde “hace mucho tiempo”.
“Las implicancias que tiene tanto para la salud de la mamá como para el bebé” son muy importantes por lo que “es fundamental” acercar más no sólo a la familia sino a la academia, explicó Mogni. Hace seis años la SUP comenzó a desarrollar las jornadas científicas de lactancia materna e invitó a profesionales interdisciplinarios para acercar a la lactancia temas vinculados, como alergias, neurodesarrollo y duelo perinatal. “Eso generó más interés del que nos habíamos imaginado”, afirmó, incluso en profesionales que al principio “no estaban tan afines”. Debido al interés generado es que se planteó y ejecutó la idea de reunir gran parte del material expuesto en las jornadas en un libro.
Lactancia, economía y medioambiente
Uno de los capítulos del manual refiere a la lactancia desde “una mirada desde la economía”. Mogni adelantó que ese apartado, entre otras cosas, hace una evaluación de las licencias maternales antes de la creación de la ley que contempla la licencia maternal en Uruguay, y sostuvo que además hay “muchas visiones de la lactancia desde el punto de vista económico”, cuatro de las cuales se desarrollan en este capítulo.
Lo que se hace es pensar la producción de leche materna como parte del Producto Interno Bruto (PIB) del país porque, “por un lado, hay una reducción de costos en consumo de alimentos que no son naturales”, y, a su vez, también se reducen otros gastos, ya que la lactancia también ayuda a disminuir las consultas por enfermedad, dado que “está comprobado que los niños que toman leche materna en forma prolongada son más productivos y contraen menos enfermedades infecciosas”. Además, mejora su desarrollo emocional e intelectual y se protege a la mamá de “enfermedades metabólicas y del cáncer de mama”. “Cada litro de leche que se produce reduce un amplio abanico de costos”, resumió Mogni.
Otro de los capítulos relaciona a la lactancia con el medioambiente. Al respecto, Mogni explicó que allí se contempla la leche materna como un “producto verde”, ya que aporta a la disminución de productos industrializados. Además de reducir los daños en la salud, genera “una reducción en la contaminación y en la producción de algunos preparados que sabemos que contaminan”, por ejemplo, los preparados para lactantes. Si bien la SUP no está en contra de estos productos, se promueve “reducir su consumo sólo a los niños que lo necesitan debido a determinadas situaciones puntuales”. Los productos alimenticios para bebés conllevan “un altísimo consumo de agua” y generan “una huella de carbono muy importante”, indicó la pediatra.
Por último, Mogni dijo que en el material también se habla de fisiología mamaria, técnicas de lactancia y otros temas sobre los que “cuesta hablar”, como la depresión materna. A su vez, se le brindan a los profesionales conocimientos sobre la relactación -recuperar la producción de leche luego de haberse interrumpido en el tiempo-, dado que “muchas veces se cree que luego de que una madre deja de amamantar” ya no puede volver a hacerlo, pero “hay diversas técnicas que lo permiten”.