A tres días de que, en el marco de una sesión extraordinaria del Consejo Directivo del Casmu, la mutualista explusara a Álvaro Niggemeyer del Consejo Directivo y también como médico capitalizador de la institución, la diaria dialogó con Andrea Zumar, la vicepresidenta del prestador, sobre este y otros temas vinculados a la actualidad de la mutualista. Desde su rol de consejero, Niggemeyer había denunciado una situación crítica del prestador y advertido sobre “persecución política” en su contra, y calificó su expulsión de una “maniobra antidemocrática y antiestatutaria”.
Desde hace meses, son varios los actores sociales, políticos, médicos y sindicales que acusan a la gestión actual de ocultar la situación económico-financiera del prestador. Si bien uno de los últimos en expresarse en este sentido fue Niggemeyer, en otras oportunidades otros grupos vinculados al Casmu manifestaron desconocimiento casi total de los números de la mutualista.
Sin embargo, Zumar vinculó los cuestionamientos a que “se construyó un relato” negativo en la campaña electoral del Casmu en setiembre de 2022, y atribuyó las primeras declaraciones negativas sobre la situación de la empresa a Niggemeyer. En ese momento “se asoció a Casmu con Casa de Galicia”, especificó la vicepresidenta, quien reiteró en varias oportunidades tener pruebas documentales de su relato.
¿Cómo y cuándo comenzó la expulsión de Niggemeyer?
Mucho antes del viernes. Todo estuvo guiado por los estatutos. También hay que aclarar que la resolución es de la Comisión Fiscal, que tiene representación de las dos listas y que no tiene nada que ver con la Comisión Directiva. La Comisión Fiscal participa en las reuniones del Consejo Directivo y no tiene voto pero sí voz. En este sentido, el 12 de diciembre, pidieron la palabra para solicitar, a raíz de una investigación interna que se hizo sobre el accionar de Niggemeyer, que se le aplique el artículo 12 del estatuto social vigente. Lo que prevé ese artículo es el proceso de exclusión como integrante del consejo y como médico capitalizador. La justificación de la Comisión Fiscal para iniciar el proceso es deslealtad institucional porque, según manifestaron, hacía varios meses que habían hablado con Niggemeyer y que estaban vigilando su conducta, pidiéndole que no haga más ciertas cosas. En resumen, sacó para fuera y tergiversó situaciones de la empresa. Si salís a decir que la empresa está mal, generás pánico. La gota que derramó el vaso para la Comisión Fiscal fue que no hiciera caso a las advertencias. Como Consejo Directivo, lo que pedimos el presidente, el secretario general y yo fue que esa reunión del 12 de diciembre fuera en comisión general, con los cinco consejeros, los tres integrantes de la Comisión Fiscal y el asesor letrado, y que el acta sea reservada, que no se publique.
¿Por qué?
Tomamos esa decisión para cuidar la honorabilidad de Álvaro. A los días se viralizó una nota en la prensa [escrita por él] contando una versión que no es así. Activar el artículo 12, entonces, es notificarlo. Luego tuvo diez días para presentar descargos, que van a la Comisión Fiscal sin pasar por la Comisión Directiva, y la Comisión Fiscal es la que acepta los descargos; en este caso, finalmente, no hizo lugar. El viernes 29 de diciembre se convocó un consejo extraordinario con la finalidad de abrir el acta reservada. Además, ese día, sobre esa carta que él mandó, en la que hace varias afirmaciones que no son reales, nosotros presentamos documentos probatorios. El 5 de enero nos citó la Comisión Fiscal y en el momento nos entregaron los descargos de él, el segundo informe de la Comisión Fiscal y dos asesoramientos jurídicos previamente votados en el consejo. En sus descargos vuelve a hacer acusaciones, presenta amenazas y en ningún momento pide disculpas. La Comisión Fiscal vuelve a pedir, por unanimidad, la expulsión, y en eso concluye el proceso.
Uno de los reclamos de Niggemeyer es que no tenía acceso a información financiera del Casmu, aunque lo solicitaba. ¿Eso es así?
A la información podía acceder, ese es uno de los documentos probatorios que presentamos para refutar sus acusaciones: un listado con el número de cada acta. Cuando somos consejeros tenemos obligaciones que asumir; por ejemplo, debemos firmar una declaración jurada de bienes y haberes que queda en poder de una escribana y sólo se abre si un juez lo pide. Él se negó. También se negó a firmar la confidencialidad y a registrar su firma para los bancos. Tenemos un mecanismo de control de los cheques que implica que los firme alguien de la mayoría y alguien de la minoría del consejo; cuando te traen los cheques para firmar te traen toda la información de compras y demás. Eso da mucha información de control. Entonces, a lo que no podía acceder es a lo que no quería acceder por no registrar su firma, pero a los estados contables, masa salarial, lo que pagamos al Banco de Previsión Social, por ejemplo, sí. También tuvo acceso al balance cerrado y preliminar de nuestros contadores. Él lo que tenía era un sentido de la inmediatez, pero Casmu es una empresa muy grande, por eso a veces demoramos una semana en entregarle lo que pedía, pero se lo entregábamos.
¿Consideran despedirlo en su función de médico, que es el rol que le quedó dentro de la empresa?
Para nada, lo que hicimos fue atender la solicitud de la Comisión Fiscal y sacarle la calidad de socio capitalizador. En el último año y medio despedimos a un solo médico, porque agotó la escala de sanciones.
Los reclamos por la situación financiera
Hace unos días trascendió la intención de contratación a Isaac Alfie. ¿En qué quedó eso y para qué rol se lo contrataría?
La contratación de Alfie se manejó cuando estalló el tema de Niggemeyer y por eso, por ahora, quedó congelada. Le hicimos una propuesta para contratarlo en calidad de analista de la macroeconomía del prestador. Hubo una conversación con él, se quedó con información de la mutualista y nos dijo que lo iba a estudiar.
¿Recientemente ingresaron al Casmu dos nuevos veedores del Ministerio de Salud Pública (MSP)?
En este momento hay cuatro. Dos están desde 2021, ya controlaron en qué se usaban los pagos del fideicomiso; como el tercer tramo todavía no cerró, en estos días estaban por dar su último informe, por eso no se han retirado. Las otras dos veedoras están desde el 11 de diciembre de 2023, hicieron flujo de caja con datos aportados por los contadores del Casmu, ahora están extrayendo la información del sistema por sus medios. Van a estar un mínimo de seis meses. El tercer tramo del fideicomiso está en vías de ejecución. Nosotros no recibimos de forma directa ninguno de los pagos, lo que hacemos es darle al MSP la instrucción de pago a los proveedores. El dinero se pidió con determinados objetivos, el último es para mejoras en tecnologías y en obras.
Sobre los servicios VIP, hay socios del Sistema Nacional Integrado de Salud que denuncian que hay prioridades dentro de la atención a quienes pagan una sobrecuota. ¿Eso sucede?
El funcionamiento de este servicio aún no queda claro. Los socios de Medis Group se atienden sólo en la clínica ubicada en Punta Carretas. En los únicos casos en los que se atienden en otros policlínicos es cuando solicitan turno con un médico en particular. A veces pasa, y si el profesional acepta se genera un sobrecupo para que atienda a ese socio de Medis Group, pero no se le quitan lugares a otros socios.
Los afiliados también reclaman que de un tiempo a esta parte no reciben información sobre la mutualista, algo que antes era habitual.
Reclaman que los integrantes de la dirección no nos presentamos en el consejo consultor. No pueden decir que tienen falta de información porque se reunieron por primera vez con presidente, secretario y conmigo, y luego, por cuestiones de tiempo, designamos a representantes nuestros, con los que se reúnen cada 15 días.
Las denuncias de los trabajadores
El último reclamo de los trabajadores es del sector del Programa de Gestión de Urgentes. ¿Se incumplió con los pagos de las guardias agendadas antes del cierre del servicio?
Ese servicio existe desde hace más de 15 años. Antes funcionaba sin médico extra; en la pandemia, cuando se modificaron un montón de cosas, el servicio se agrandó porque ya no podíamos ir presencialmente a los policlínicos. Aumentó la cantidad de médicos al teléfono, pero, una vez finalizada la emergencia sanitaria, a partir del 1º de noviembre, se volvió a la modalidad prepandemia. Estos médicos tenían las guardias asignadas, como la idea no era perjudicarlos, los fuimos llamando para otros servicios. Les íbamos a pagar siempre y cuando fueran a trabajar, en guardias dentro de Montevideo y con ciertos recaudos. Ellos reclaman, pero hasta ahora el Sindicato Médico del Uruguay, que firmó el acuerdo, no salió a decir que no cumplimos; nos llamó, se reunieron con la persona que organiza las guardias y se les mostró el documento que establece que a los médicos no se les pagó porque no aceptaron las guardias en otros servicios.
Lo que dicen los médicos es que en el acuerdo se estableció que las guardias de noviembre y diciembre de 2023 se les pagarían a pesar de no trabajarlas.
Todos los sectores tienen buen diálogo con nosotros: vienen y les explicamos las cosas. Justo este grupo no vino, por eso hablamos con el Sindicato Médico. No sé quién les dijo que aunque rechazaran las guardias se las íbamos a pagar igual.
En otras oportunidades los reclamos han sido de los funcionarios no médicos. Según indican, hay alrededor de 300 en seguro de paro.
Sí, y es un acuerdo. Casmu tiene casi 90 años de historia, por su filosofía siempre pagó por encima del laudo, por eso tenemos exceso de personal administrativo. No queremos despedir a nadie y bajo esa premisa es que firmamos un acuerdo con la Asociación de Funcionarios del Casmu, la Federación Uruguaya de la Salud y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Los seguros de paro son rotativos, siempre hay 300 y van rotando cada cuatro meses.
Por lo que comentás sobre todos los aspectos, la actualidad de la empresa es buena. ¿Por qué hay varios actores, propios y ajenos a la empresa, que tienen una visión contraria?
Lo estuve pensando porque no entendía cómo llegamos a esto y cómo varios factores coinciden con esa mirada. Creo que sobre el Casmu se construyó un relato, y cuando ese relato se instaura, después es muy difícil tirarlo abajo. Si me preguntás cuándo la mutualista sale por primera vez a la palestra pública, fue en la campaña electoral en setiembre de 2022, cuando Niggemeyer sale a la prensa a hacer campaña. Ahí se asoció Casmu con Casa de Galicia. A la gente es muy fácil construirle un relato, nuestra tarea es mostrar las pruebas de que no es así.