Alrededor de 150 mujeres fallecen cada año a causa del cáncer de cuello uterino. Según los últimos datos del Registro Nacional del Cáncer, entre 2014 y 2018 hubo un promedio de 313 casos nuevos por año y 133 muertes anuales por este cáncer, y la incidencia cayó sostenidamente entre 2002 y 2018. Se trata de un cáncer que se desarrolla con más frecuencia entre los 30 y los 40 años, según los datos disponibles.

En el mes de la concientización de la enfermedad, en diálogo con la diaria Luciana Bertolino, presidenta de la Sociedad de Patología del Tracto Genital Inferior, Colposcopía y Citología del Uruguay, explicó que en “la gran mayoría de los casos” este tipo de cáncer se genera por el virus del papiloma humano (HPV por su sigla en inglés), que se transmite por vía sexual. “Es un virus extremadamente frecuente” y la mayoría de la población lo tuvo, lo tiene o lo va a tener en algún momento de su vida, agregó.

Según Bertolino, en Uruguay se registran entre 315 y 330 casos anuales, pero “no debería haber ninguno” porque existen medidas de prevención que, a pesar de que “estemos expuestos al virus”, son efectivas. Esto implica que estamos expuestos al virus pero, si nos controlamos como se recomienda, podríamos evitar que el cáncer aparezca.

Sobre los fallecimientos debido a esta enfermedad, Bertolino agregó que la “responsabilidad es compartida entre la población y el sistema de salud”, porque si las mujeres concurren periódicamente a los controles ginecológicos y se realizan estudios como el PAP y la colposcopía, la lesión premaligna se detecta “temprano”, se trata y la paciente “no llega a desarrollar el cáncer”. Para ello es necesario que se difunda la importancia de los controles, así como respetar cada cuánto tiempo hay que hacerlos. Bertolino sostuvo que cada mujer debe asesorarse con su ginecólogo de confianza, pero que la recomendación general es que el PAP se empiece a hacer a los 21 años.

A su vez, la especialista remarcó que la vacuna contra el HPV es la medida “más importante” para disminuir la infección por este virus y, por lo tanto, también este tipo de cáncer. En Uruguay está incluida en el esquema de vacunación de las niñas y niños, es gratuita hasta los 26 años y es efectiva “aunque ya hayamos tenido HPV o se aplique una vez comenzada la actividad sexual”. La vacuna es tetravalente, es decir, previene cuatro tipos de virus: además del cáncer de cuello de útero, previene el cáncer genital y el cáncer anal, entre otros.

Aunque el test de HPV aún no se incorporó como test primario, las guías “ya fueron actualizadas” y lo indican. Por lo tanto, tal y como anunció el Ministerio de Salud Pública, es probable que a la brevedad se incluya en las prestaciones.

Durante años, el PAP fue el único método disponible en el país, pero el test HPV es más efectivo porque tiene mayor sensibilidad y si arroja un resultado negativo se realiza cada cinco años y no una vez por año, como sucede con el PAP.