Las autoridades del hospital Pereira Rossell de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) conformaron una mesa de trabajo con integrantes de las dos instituciones para dar seguimiento semanal a la situación de los pacientes que una vez que obtienen el alta médica permanecen en el hospital porque, por diferentes motivos, no tienen a donde ir.
En diálogo con la diaria, Gustavo Giachetto, director general del hospital pediátrico, explicó que fundamentalmente son pacientes con resoluciones judiciales pendientes y otros que, aunque la tienen, no hay un familiar referente que los pueda recibir, por lo tanto terminan institucionalizados, pero, hasta que no se resuelve en qué dependencia serán recibidos, están en el hospital.
La idea es analizar las causas más frecuentes de estas situaciones para buscar soluciones y resolver la situación individual de cada paciente, que en total, aunque la cifra varía, es “una proporción importante de las hospitalizaciones”, que oscila entre el 20% y hasta 40%.
Por su parte, Claudia Romero, la presidenta del INAU, agregó que preocupa que el porcentaje sea “tan alto” en una época en la que, además, la demanda de camas aumenta por el incremento de las infecciones respiratorias. Puntualizó que hay casos a la espera de resoluciones judiciales, en las que el INAU no tiene una competencia específica, aunque entre sus posibilidades interfiere. A la institución sí le compete la determinación de los cupos, indicó.
Romero adelantó que el INAU actuará desde su división de salud que en estos momentos se está replanteando sus objetivos para ver cómo interactuar, darles seguimiento a los niños y niñas, y acelerar los ingresos. Para esto se pensaron varias estrategias; una de ellas es “establecer un dispositivo puente que facilite que se retiren del hospital cuando tienen el alta y puedan ir a otro espacio que no sea un centro convencional, pero que les permita realizar sus actividades, como acudir a su centro educativo”.
La Academia Nacional de Medicina recordó la vigencia de una ley que exige evitar estas situaciones
Este jueves en la Academia Nacional de Medicina (ANM) hubo una exposición a cargo de expertos en pediatría, neonatología y ciencias sociales, sobre los recién nacidos y los niños que están en esta situación.
La instancia estuvo encabezada por José Luis Díaz Rossello, pediatra, exprofesor titular de Neonatología de la Facultad de Medicina de la Udelar e integrante de la ANM. Roselló tiene un largo camino recorrido en el tema, que empezó en 2004.
En 2016, con el apoyo de los abogados de familia, transmitió al Poder Judicial la problemática de los niños y niñas, sobre todo los recién nacidos, que se quedaban en el hospital.
Según datos del centro, en 2017 el departamento de servicio social del Pereira Rossell reportó 197 judicializaciones de recién nacidos cuyas madres no podían criarlos. Los recién nacidos debieron esperar “un lento proceso centrado en esperar quién tiene el derecho a criarlos”.
Finalmente el 8% de los casos fueron integrados a una familia del Registro Único de Adoptantes. El 70% fueron entregados a un familiar cercano o a la madre y, en el 20% restante, el juez no encontró familia y entonces fueron enviados a una institución de amparo”, según relata una carta sobre el tema escrita por quienes expusieron en la academia este jueves.
En 2024 Roselló acudió nuevamente al ámbito judicial y se reunió con el entonces prosecretario de la Suprema Corte de Justicia, Juan Pablo Novella, y en una semana “se acordó transmitir a los jueces que hay una ley que impide que los niños esperen su resolución dentro de un hospital”, según dijo Roselló a la diaria .
Lo que remarcó Roselló en esta y todas las instancias es que la Ley 19.092 el literal D del segundo artículo, establece que “en ningún caso la internación de un niño, niña o adolescente en un centro asistencial se prolongará más allá del alta médica”.
En suma, para el especialista es urgente que se cumpla con la ley ya que la espera a la que se exponen quienes esperan ser derivados hacia algún lugar es sumamente “violenta” porque quedan expuestos “al altísimo riesgo del deterioro invisible de su desarrollo y su salud mental como niño y adulto”, algo que “se mantiene invisible”.