Hace una semana el Ministerio de Salud Pública (MSP) comunicó que la intervención del Casmu continuará por un período de hasta un año, que se suma al que ya se cumplió desde que el gobierno anterior, liderado por Luis Lacalle Pou, decretó la medida.

Tras la decisión de la cartera, en entrevista con la diaria, el presidente de la mutualista, Raúl Rodríguez, recordó cómo se dio el proceso en julio de 2024, que definió que los veedores que se encontraban en la mutualista desde 2021 fueran reemplazados por tres interventores designados por el Poder Ejecutivo.

El presidente, que en un mes va por la reelección y por el tercer período al frente de la empresa, sostuvo con énfasis que, según entiende, el gobierno anterior no tuvo elementos válidos para intervenir la mutualista y denunció una “intención” de perjudicar a la empresa, aunque no tiene pruebas para demostrarlo. Remarcó que tanto esto como la voluntad de trancar los créditos del Banco República (BROU) eran “de Torre Ejecutiva, no del Partido Nacional”.

Del nuevo gobierno destaca una actitud “positiva”, de construcción, y espera que este sea el último año de intervención para el prestador de salud.

Un año después de la intervención del Casmu y todo lo que implicó el antes y el después de esa decisión del gobierno, ¿cómo recuerda ese momento?

Con bastante aprensión, porque nosotros consideramos que no había que intervenir la mutualista. Estoy acá desde 2002, viví en 2009 con la gran crisis de la institución, Casmu tenía un atraso en los pagos que era de seis meses con los médicos y de tres meses con los funcionarios, entró en una situación en la que no se podía pagar a nadie. No hubo ninguna intervención; Tabaré Vázquez, el presidente en ejercicio de ese momento, hizo los acuerdos necesarios y definió cómo se podía financiar a pesar de la situación, y se creó Casmu IAMPP, con un patrimonio negativo de 100 millones de dólares.

Ante esa situación el presidente creó el Fondo de Garantía de las Instituciones de Asistencia Médica Colectiva para poder acceder a créditos a través de esta posibilidad. A nadie se le ocurrió que nos tenían que intervenir por acceder a esa posibilidad de financiamiento. Luego, durante diez años, la mutualista accedió a 120 millones de dólares en préstamos, con el Estado de garantía, porque el Estado no da dinero. Cuando el gobierno [de Lacalle Pou] anterior decía “le vamos a dar al Casmu”, era erróneo, no nos daban nada. Ahora el patrimonio negativo está en 45 millones.

El primer fideicomiso Casmu lo solicitó en 2009, lo terminamos de pagar en setiembre de 2024. El segundo lo pedimos durante el gobierno de José Mujica y se terminó de pagar en mayo de este año, y el tercero, de 52 millones de dólares, se va a terminar de pagar en 2027; nunca nos atrasamos. Además, todas nuestras clínicas están hipotecadas, es decir, si no pagaamos, todo esto está en juego; más garantía que esa no podemos dar.

¿Ya les entregaron el total del último?

No, el gobierno anterior nos entregó una parte y trancó la otra. Luego accedimos a otro tramo y falta el último; es para tecnología; aún estamos en trámites para esa inversión y todavía no se definió, por eso no se concretó el último pago.

¿Cómo fue convivir con el control y la fiscalización de los interventores?

Nosotros tuvimos veedores desde 2021, dos años. Luego entraron los interventores. Acá se estudió todo, contadores, abogados, médicos, de arriba abajo, y acá seguimos porque no se encontró nada más que alguna dificultad administrativa; todos las tenemos. Nada fuera de lo común. Se le ocurrió intervenir a Torre Ejecutiva, no digo al Partido Nacional.

¿Entendes que la intervención fue totalmente intencional, para perjudicar a la mutualista?

Creemos que había una intención detrás de la intervención, se creó una leyenda urbana sobre el Casmu; no sé qué buscaba, pero en ningún momento entendimos que había motivos para intervenir. También la angustia de ver cómo se atacaba una empresa con excusas que no corresponden, se generó una corrida de socios porque no se cerró el padrón. Se nos fueron 3.000 socios, que aportaban unos 4.000 pesos mensuales a la empresa, multiplicado por dos años; es mucho dinero el que perdimos. Ahora que todo se calmó y que el gobierno, si bien continuó la intervención, dijo que no hay ningún riesgo, este mes ganamos 46 socios que, por lo menos, revierten la curva, y esperamos que sigan aumentando.

Tres meses después de ingresar los interventores al Casmu, en octubre, el MSP le entregó a la Comisión de Salud del Senado el primer informe de los interventores, y una cosa que se destacaba eran problemas asistenciales y de personal.

Ningún riesgo asistencial hubo porque siempre hubo inspecciones y no lo constataron. Nuestros servicios están evaluados por diferentes empresas internacionales. Nuestros problemas los genera el patrimonio negativo que tenemos, pero más dificultad nos genera que [la Administración de los Servicios de Salud del Estado] ASSE no nos pague; hoy nos debe 600 millones de pesos, que para nosotros son dos meses de salario, porque pagamos 330 millones líquidos por mes. La Torre Ejecutiva intentó que dejáramos de pagar, intentaron trancarnos los créditos en el BROU también.

Ese informe también se envió a Fiscalía.

Sí, lo estudió y lo devolvió sin encontrar nada, nos enteramos con este gobierno; desde el MSP nunca nos avisaron, lo ocultaron porque sabían que no tenían razón.

Cuando decís que hubo una intencionalidad desde la Torre, ¿a qué te referís puntualmente?

No tengo pruebas, pero si hacés lo que hacés y tratás de cerrar la empresa, vaya a saber uno para qué. Lo cierto es que si me querés ayudar no hacés que los socios se vayan y además me pagás la deuda de ASSE que mencioné, porque viene desde el período [de gobierno] pasado. Sos el Ministerio de Economía y Finanzas, tenés la plata, pagame.

Se entiende que el diálogo con las autoridades sanitarias del gobierno anterior no era bueno o por lo menos no era fluido, ¿tampoco con Lacalle Pou?

Recuerdo cuando se tomó 48 horas para analizar qué iba a pasar, yo estaba tranquilo porque pensaba que lo que iban a hacer era un atropello, sabía que no me iban a desplazar. Ese día nosotros dimos una conferencia de prensa, y personas que no eran socias del Casmu nos apoyaron. Lo mismo cuando enviaron el informe a Fiscalía, estaba tranquilo.

Plan de reestructura y cambio de interventores

El requisito que les puso el MSP el período pasado fue presentar un plan de reestructura que no aprobó. La exministra Karina Rando dijo, en más de una oportunidad, que el plan no era preciso.

Nunca nos llegaron las observaciones, siempre fueron de boca. Es un plan que dirige el intensivista Julio Pontet, contratamos una empresa especializada en esto y lo pusimos en práctica porque lo hicimos como corresponde. Lo estamos llevando adelante con muy buenos resultados.

¿Lo aplicaron a pesar de no estar aprobado?

Sí. Estamos en la mitad del proceso. En una semana Pontet y todo el equipo van a presentarles un informe a los interventores y al consejo directivo.

¿Cómo tomó la extensión de la intervención?

No lo tomamos bien, no era lo esperado, nosotros planteamos volver a los veedores. De todas maneras, no nos preocupa, hoy asumieron formalmente los interventores en el consejo directivo y vemos en ellos una actitud distinta a los anteriores, manifiestan que están para construir y plantear cosas positivas, algo que no vimos antes, cuando sólo había investigación y crítica, una autopsia de la empresa para ver qué había. Esta actitud es importante, nosotros les pagamos el sueldo y queremos que aporten para que la empresa mejore.

¿A qué se refiere el ministerio y en especial la ministra de Salud, Cristina Lustemberg, cuando dice que se viene una nueva etapa en la intervención?

A eso, a que si bien no se dice que se aceptó, el plan está aceptado de palabra; lo que están haciendo ahora es controlar que se lleve adelante, con una actitud del ministerio de construir y aportar.

En setiembre hay elecciones en la mutualista, ¿va por un nuevo período en la presidencia?

Sí, por el tercero, con el mismo equipo: la vicepresidenta Andrea Zumar, el secretario general Juan José Arocena y el gerente general Marcelo Girard. Perdí muchísimas veces la presidencia, hasta que en 2019 gané. Me propuse nueve años de gestión para que el Casmu sea la mejor institución del país; ya lo es, ahora voy por más.