La elección fue una competencia contra el pasado: el peronismo planteaba su repudio al pasado autoritario anterior a 1983 encarnado por Javier Milei, mientras que los libertarios rechazaban el pasado reciente de recesión económica encarnado por la “casta”; ganó la segunda opción
La victoria de Javier Milei puede leerse en dos planos: por arriba, como resultado de la exitosa operación de apoyo de Mauricio Macri; por abajo, como la expresión de hastío de una sociedad rota