Forestales

Los colectivos exigen que se detenga la actividad en la segunda planta de celulosa de la multinacional finlandesa hasta que estén dadas las garantías de no repetición de un accidente similar.

La planta de celulosa de Durazno recibió 11 sanciones durante su construcción y tres más luego de comenzar a operar por razones diversas, desde “inconsistencias e inexactitudes” en informes de monitoreo ambiental pasando por vertidos que superan los parámetros estipulados.

Sostienen que el hecho fue producto de “un procedimiento inadecuado, erróneo y negligente en el manejo de efluentes altamente contaminantes” que se agravó por “la falta de control”.

En total son nueve plaguicidas, uno de ellos es la abamectina, considerado como “muy peligroso” por la OMS; la medida generó preocupación en colectivos ambientales de localidades con viveros forestales

Cuatro de los 17 agroquímicos que la empresa utilizó, que no están autorizados para el uso que se les da en el vivero Santana que UPM tiene en Paysandú, pertenecen a la clasificación toxicológica II de la OMS, que los define como “moderadamente peligrosos”

En mayo, el Ministerio de Ambiente intimó a la empresa para que elimine los vertidos y le advirtió que “se encuentra pasible de sanción”; tras comparecer en el Parlamento los vecinos, el diputado Cervini indicó que “la empresa presentó los descargos” y la cartera envió una nueva inspección

Vecinos y vecinas de Guichón alertaron sobre la situación en noviembre, fecha tras la que se realizaron los monitoreos; desde la empresa se afirmó en ese momento que el vivero no vertía sus efluentes al arroyo