A raíz de una solicitud de la Sociedad de Productores Forestales, la Dirección General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) emitió una resolución en la que autoriza el uso de nuevos agroquímicos en viveros forestales. La decisión se tomó luego de que la cartera detectara que el vivero Santana, propiedad de la empresa finlandesa UPM y ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Guichón, fumigó con 17 productos que no estaban permitidos para este uso.

En la notificación, enviada en setiembre a la multinacional, se menciona que las “infracciones” deberán ser “sancionadas de conformidad con lo dispuesto” en el artículo 285 de la Ley 16.736. Días más tarde, el subsecretario del MGAP, Ignacio Buffa, confirmó a Desayunos informales que se “va a sancionar a la empresa”, aunque hasta el momento no hay novedades. También se dio a conocer que el Ministerio de Ambiente le informó a UPM que se encuentra “pasible de ser sancionada” con una multa de 25.000 dólares por contaminación.

En la resolución se afirma que los nuevos agroquímicos que podrán utilizar las empresas forestales en viveros “no representan riesgos para el ambiente y organismos no objetivo debido a su modo de uso”. Sin embargo, a continuacion se detallan “medidas de mitigación para la salud humana”, dentro las que encuentran “usar guantes de látex”, “usar mameluco impermeable exclusivo para la tarea”, “usar botas por dentro del mameluco”, y “lavar cuidadosamente los elementos empleados con el producto luego de cada aplicación y en el lugar de trabajo evitando la contaminación del trabajador y su familia”.

Agroquímicos con toxicidad

¿Cuáles son los nuevos plaguicidas aprobados? En total son nueve y en la resolución se adjuntan sus categorías toxicológicas vinculadas a organismos acuáticos, aves, abejas y lombrices. Seis de ellos son “altamente tóxicos” o “muy tóxicos” para organismos acuáticos, los tres restantes son “ligeramente” y “moderadamente tóxicos” para estas formas de vida. A su vez, uno de los agroquímicos es “altamente tóxico” para las aves y otros tres son “moderadamente” y “ligeramente tóxicos”. Con respecto a las abejas, uno de los productos es “altamente tóxico” y otro es “ligeramente tóxico”. Los siete restantes, según el MGAP, son “prácticamente no tóxicos” para estos insectos que ocupan un rol tan importante en los ecosistemas.

En la resolución no se hace mención a las categorías toxicológicas de los productos en relación a seres humanos. Ahora bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene su propia calificación y divide los agroquímicos en varias clases: “Ia” corresponde a plaguicidas “sumamente peligrosos”; “Ib” a “muy peligrosos”, “II” a “moderadamente peligrosos”, “III” a “poco peligrosos” y “U” a “poco probable que presenten a un peligro agudo”.

Uno de los productos aprobados por el MGAP para el uso en viveros es la abamectina, considerado “muy peligroso”; otro plaguicida es el tebuconazole, catalogado como “moderadamente peligroso”. También están presentes dentro de la lista el oxicloruro de cobre y la clofentezina, que pertenecen a la categoría III. Dos de los nuevos productos aprobados se tratan de mezclas de diferentes principios activos, por lo que su toxicidad depende no sólo de la proporción de cada uno sino de efectos sinérgicos que no son analizados para la aprobación de su uso en productos concretos.

Preocupación local

“A nuestra organización le llevó diez años lograr que el Estado confirmara todas nuestras denuncias. La empresa, en una semana, hace que el MGAP le autorice los productos que usó por años sin autorización y que han causado ecocidio en la zona”, sentenció en un comunicado el Colectivo de Guichón por los Bienes Naturales.

La agrupación de vecinos y vecinas denuncia desde 2014 que el vivero de UPM -ubicado a pocos kilómetros de Guichón, Paysandú- arroja sus vertidos a una cañada afluente del arroyo Santana. La situación se comprobó después de que técnicos de la Dirección General de Servicios Agrícolas tomaran muestras de agua superficial en cursos de la zona aledaña.

En la cañada se detectó la presencia de tebuconazol, azoxystrobin (ambos fungicidas), imidacloprid (insecticida) y glifosato junto a su metabolito ampa (herbicida). En el desagüe del vivero había metolaclor, glifosato (ambos herbicidas) e imidacloprid (insecticida). Por esta razón, el Ministerio de Ambiente emitió una resolución en la que advirtió a UPM que se encuentra “pasible de ser sancionada” por incumplir con el Código de Aguas.

El colectivo declara que les “preocupa” que la resolución “se tomara en tiempo récord” y sin la participación del Ministerio de Ambiente y del Ministerio de Salud Pública. A su vez, también recuerdan que el área protegida Montes del Queguay se encuentra cerca del establecimiento. Afirman que se comunicarán con la cartera ambiental para que se involucre y “efectúen monitoreos fundamentalmente en la confluencia del arroyo Santana con el río Queguay”.