El Servicio de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República organizó el jueves, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República, un conversatorio sobre la cadena láctea con representantes de los trabajadores, del Instituto Nacional de la Leche (Inale), de la Universidad Tecnológica (Utec) y del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU) con la intención de abordar distintos problemas productivos: la inserción en el mercado internacional, la transformación tecnológica y de los procesos de trabajo, la relación salarial, el empleo y las condiciones laborales, el vínculo entre educación y trabajo, y el rol de las políticas públicas. Faltaron a la invitación representantes de la Asociación Nacional de Productores Lácteos y de la Cámara de la Industria Láctea.

“En este momento el mercado está sin dirección”, dijo Mercedes Baldibar, del Inale. “Sólo los precios de la manteca tuvieron una sobrerreacción y ahora descendieron, pero aún están en niveles más altos en relación con el promedio histórico, mientras que la leche en polvo nunca había tenido un precio tan bajo, algo que se produjo a raíz de una medida de sobrestock que tomó la Unión Europea [UE]”, agregó. “El tema es que cuando un producto tiene sus precios bajos se contrarresta produciendo más de otro; entonces, con el exceso de oferta, baja el precio”, explicó. Baldibar sostuvo que la “guerra por precios” entre China y Estados Unidos seguramente se sienta e insistió en que “para los próximos 12 meses no hay señales de que aumenten” los precios en general ni “de que vayan a bajar”.

Sobre la situación del Mercosur, Baldibar sostuvo que las condiciones son “muy particulares, tanto en lo político como en lo económico”. Remarcó que Argentina –un “gran competidor” para Uruguay– está con “problemas de inflación y económicos” y que, “si hiciera lo que tiene que hacer, nos sobrepasa”. En tanto, el tema de Brasil dijo que “es una incertidumbre”. Consultada por las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio con la UE, Baldibar explicó que “es casi imposible llegar a un acuerdo en las indicaciones geográficas, porque todos queremos lo mismo, entonces no podemos negociar”, y dijo que cree que el tema “va a quedar en decisiones políticas”. Por su parte, Hebert Figuerola, de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea, consideró “un error muy profundo la promoción del acuerdo” y llamó a “pensar en qué modelo productivo queremos”, si uno “en torno a la priorización de los commodities” o “uno que profundice la diversificación de la matriz productiva”. Figuerola dijo que priorizaría el mercado nacional “sin dejar de lado la inserción internacional”, pero que le prestaría mayor atención a los pequeños y medianos productores. “La matriz productiva debería apuntar mucho más a los que tienen menos recursos”, afirmó.

El representante de los trabajadores resaltó la importancia de la generación de empleo, el rol de la capacitación y la formación, y en ese sentido defendió los Consejos de Salarios como “herramienta fundamental”, en la que, “más allá de salarios y condiciones de trabajo, se discuten cuestiones que hacen a la cadena productiva”. En relación con la mesa cuatripartita en la que participan el gobierno, los productores, los industriales y los trabajadores, si bien se trata de “una instancia muy importante porque se aborda la situación de las empresas, así como las perspectivas hacia adelante”, Figuerola consideró “lamentable” que no haya funcionado porque acabó por “viciarse con algunas discusiones, en particular con lo que concierne a la situación de Conaprole”. “Deberíamos elevar la mirada para trabajar en conjunto”, sentenció.

Figuerola también sugirió modificar “algunos aspectos” de la Ley de Inversiones, en particular lo que tiene que ver con contemplar la naturaleza del emprendimiento: “No podemos olvidar la lógica de las empresas internacionales, que llegan y si en algún momento no tienen un determinado margen de ganancia cierran y se van. Es verdad que hemos tenido experiencias de las buenas, pero también de las malas”. Distinguió estos casos “de los de empresas como Conaprole, y ni que hablar de los productores chicos y medianos”, y llamó a “seguir promoviendo el asociativismo, el cooperativismo y la autogestión, con el compromiso de las partes: tanto de los trabajadores como de los productores”. En este sentido, dijo, en referencia a Pili, la empresa de Paysandú que se encuentra en situación de liquidación, que como trabajadores “no queremos descartar la alternativa” de la autogestión.

En tanto, Enrique Malcuori, quien habló en representación de CETP-UTU, observó que “se han creado interacciones muy complejas” dentro de la cadena, que resultan en la “pérdida de eficiencia y dinero”. Señaló que “el gran problema que tiene el sector es que, en valores absolutos, el litro de leche cae 2,5% cada año”, que “una parte enorme” del crecimiento se debe a que “el sector se ve presionado a crecer para cubrir esa pérdida de valor” y que “el problema es que tiene limitaciones, y ahí radica el estrangulamiento”. Por su parte, Carlos Mato, de la Utec, relativizó los datos manejados y dijo que sólo 10% de la producción mundial se hace como libre comercio, que “todo lo demás está protegido” y que “productos como sueros de queso y leche en polvo son los únicos en los que la mitad de su producción se comercializa en los mercados libres”.

Malcuori destacó que en CETP-UTU hay una inscripción menor en carreras relacionadas con el oficio, un fenómeno que calificó de “preocupante”. “Por un lado, es un sector que está resultando poco atractivo, debido al escaso trabajo; por otro lado, no hay mecanismos de fácil de acceso a crédito para jóvenes, ni tampoco asesoría en cuestiones de organización”, cuestionó. Propuso que desde el ámbito académico “se eleve el nivel, porque hace falta gente con mayor profesionalización”. En tanto, Mato, de la Utec, adelantó la intención de extender en dos años la licenciatura, que hoy es de tres años, para “ir hacia una carrera de ingeniería”.

Con base en datos proporcionados por un estudio del sector que se llevó a cabo con el asesoramiento del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, los trabajadores dijeron que, al tiempo que el índice de volumen físico industrial del sector muestra una recuperación importante tras la caída de 2015 y 2016, está “volviendo a los máximos niveles históricos, creciendo además en un contexto de una industria manufacturera globalmente en caída”. También notan una “recuperación” de las exportaciones lácteas en el último año y medio, “pero aún lejos del pico máximo que se alcanzó entre 2013 y 2014, cuando se registraron precios extraordinariamente altos”, que tuvieron, además, un fuerte crecimiento del peso de la leche entera en la canasta y una caída del queso y, en menor medida, la manteca. Por otro lado, sostuvieron que la remisión de leche a planta después del “fuerte” aumento a partir de 2003, que alcanzó un pico entre 2013 y mediados de 2015 –pasó de aproximadamente 90 millones de litros anuales a casi 170–, desde 2016 hubo una caída a 150 millones y “hoy se aprecia un repunte, aunque todavía no se ha llegado al pico máximo”. Según Figuerola, en los últimos 12 meses se remitieron 164 millones de litros.

Los expositores también resaltaron el incremento del peso de Conaprole en la estructura exportadora por empresas, de “poco más de 40% en 2008 a más de 70% actualmente”, lo que “va de la mano con la caída o rebaja sustancial en la inserción exportadora de algunas empresas otrora relevantes”, señaló Figuerola. Al mismo tiempo, indicó que se registró una caída en la cantidad de tambos en números absolutos, concentrada entre los más chicos –con menos de 50 hectáreas–, lo que da cuenta –a partir del aumento de la producción– de “un proceso de fuerte concentración de la producción a nivel primario”.